- El islamismo y la política exterior americana Peter Mandaville
- Túnez en clave política de riesgo y oportunidad Guadalupe Martínez Fuentes
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Editorial
Como adelantado del mundo árabe y heredero de una rica historia, el pequeño Túnez mantiene sus promesas políticas, impulsado por el viento de renovación que barrió hace cuatro años el régimen de Ben Ali. Las elecciones legislativas y la primera vuelta de las presidenciales han confirmado la buena salud de la transición democrática. A pesar de los temores de desafección por parte del electorado, finalmente su movilización sin ser masiva fue satisfactoria. El activismo de una plétora de actores parece haber dado sus frutos para que el país levante de nuevo el vuelo hacia el horizonte de la estabilidad política. Túnez se siente orgulloso de su tradición nacional diferenciada como producto de una historia que incorpora la herencia tanto de la Cartago púnica o romana como la de la monarquía háfsida medieval o la común pertenencia al mundo otomano y su contacto con Europa, a veces pacífico, a veces no.
Túnez ha reflexionado ahora sobre su historia y también ha mirado al mundo buscando inspiración en otras experiencias de transición política y de modernización, pacíficas y exitosas. Pero lo ha hecho a sabiendas de que no existen fórmulas mágicas en el ámbito de la transitología; el país ha conseguido así labrarse su propio camino aprovechando sus mejores bazas. Ha profundizado con valor en los debates espinosos y ha salido airoso del lance: modelo político, lugar de la religión en la esfera pública, equilibrio entre libertad y seguridad, justicia transicional… En Túnez se van capeando cuestiones que en otros países han derivado en una extrema polarización social y política y en el colapso del proceso democrático. La parlamentarización del islam político, el debate sobre la inclusión económica y social y la implicación ciudadana, son algunos de los aspectos que demuestran que Túnez apuesta por un modelo inclusivo todavía frágil pero esperanzador. Es pronto para cantar victoria, sobre todo porque la coyuntura económica y el entorno regional pueden perjudicar las aspiraciones democráticas. Túnez no es aun el islote de prosperidad imaginado y sus indicadores macroeconómicos siguen en rojo.
El desempleo entre los jóvenes, las desigualdades territoriales, la política de industrialización o la falta de reforma eficaz del sistema fiscal y financiero, junto con la vulnerable recuperación turística son escollos difíciles. Y por supuesto la deriva terrorista, con grupos como Ansar al Sharia empeñados en torpedear los intereses del Estado y las posibilidades de futuro de todos los tunecinos, valiéndose de la porosidad de las fronteras y de la capacidad de atracción sobre una parte de la juventud que, sin comprender el futuro o sintiéndose excluidos, puede acabar optando por la vía del radicalismo. Prueba de ello es que Túnez es el país que proporcionalmente más ciudadanos tiene combatiendo en las filas yihadistas en Oriente Medio. En silencio, además, hace frente a la oleada de refugiados libios desde 2011. A finales de año podrían llegar a ser dos millones de libios asentados en un pequeño país con fuertes limitaciones en su capacidad de acogida y con un potencial importante para agudizar las tensiones.
La implosión del Estado libio y la dispersión entre todo tipo de grupos de su inmenso arsenal amenaza a los libios, a los tunecinos y a toda esta parte del mundo. El futuro equipo de gobierno deberá llevar adelante reformas difíciles y hacer gala de toda su audacia para no comprometer las expectativas ciudadanas. El fantasma de los antiguos males autoritarios sigue muy presente. Túnez no está aun a salvo de la resaca y el viento puede girarse en su contra. El consenso social y político debe mantenerse a toda costa, es la base del proceso de cambio y la mejor garantía de éxito. Queda mucho por hacer, pero Túnez es la muestra de que los pretendidos excepcionalismos y determinismos que, según los agoreros, acechan a la compatibilidad entre islam, arabidad y democracia, naufragan cuando la ciudadanía y la clase política son capaces de priorizar valores comunes como la libertad y la convivencia. El éxito de la transición democrática de Túnez es el gran ejemplo que todo el mundo árabe necesita.
- En manos del presidente Jordi Pérez Colomé
- Yémen : par-delà la polarisation confessionnelle Laurent Bonnefoy
- Monarquía y gestión securitaria del islam Mohsine el Ahmadi
Insécurité alimentaire et nutritionnelle: un défi d’ampleur pour le monde arabe
Selon la dernière version du rapport L’état de l’insécurité alimentaire dans le monde, présenté en octobre 2014 au siège de l’Organisation des Nations unies pour l’alimentation et l’agriculture (FAO), les pays d’Afrique du nord et du Moyen-Orient sont dans une situation préoccupante, où aucun progrès en matière de réduction de l’insécurité alimentaire n’a été fait. La situation se serait même détériorée, alors qu’au niveau mondial la prévalence de la sous-nutrition dans la population a reculé. Selon la FAO, entre 1990 et 2014, la proportion de personnes mal nourries a augmenté, passant de 6,6 à 7,7 % de la population, faisant des pays d’Afrique du nord et du Moyen-Orient les plus exposés aux risques d’accroissement de l’insécurité alimentaire. Une partie de ces pays est d’ailleurs largement dépendante des importations pour son approvisionnement alimentaire. Du Maroc à la péninsule arabique, ces territoires sont marqués...
Lire la suiteRelever le défi de la désertification au Maghreb
Les écosystèmes arides fournissent non seulement des services à valeur économique tangible comme la production agricole et animale, le tourisme, l’eau, la protection des bassins versants et l’approvisionnement énergétique qui assurent la subsistance de leurs habitants, mais ils fournissent aussi divers services écosystémiques aux populations locales. Dans ces écosystèmes, les variations de température, le vent, l’humidité disponible et la composition du sol sur des distances très courtes produisent une grande diversité. Cependant, les écosystèmes arides sont très sensibles aux effets du changement climatique, comme la désertification. Le terme désertification désigne la dégradation des terres relativement sèches où les écosystèmes deviennent de plus en plus arides et perdent généralement leur végétation et leur faune. La désertification représente un grave problème écologique et environnemental dans le monde, spécialement dans les région...
Lire la suiteProjet ITAN
Pierre Beckouche est professeur de géographie à l’Université Paris I et président du Conseil scientifique du Collège international des sciences du territoire (www.gis-cist.fr). AFKAR/IDEES a eu l’opportunité de le rencontrer le 27 novembre à Barcelone, à l’occasion de la présentation des résultats du projet ITAN. AFKAR/IDEES: Présentez-nous le projet ‘Integrated Territorial Analysis of the Neighbourhoods’ (ITAN), dont vous êtes le coordinateur scientifique. PIERRE BECKOUCHE: Le Collège International des Sciences du Territoire (CIST) a remporté un appel d’offres de la Commission européenne sur un projet de recherche socioéconomique concernant les pays de la politique européenne de voisinage, de la Russie au Maroc. Ce projet est financé par le programme European Spatial Planning Observation Network (ESPON) dont le travail se centre sur l’aménagement du territoire et dont le but est d’être une passerelle entre chercheurs et décideurs publics...
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