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Co-edition with Estudios de Política Exterior
¿Puede la diáspora magrebí inspirarse en el modelo asiático?
Para el presidente angloindio de The Indus Entrepreneurs (TIE) y para el cofundador de Toward A New Start, sus experiencias como binacionales son posibles en el Magreb.
ENTREVISTA conNish Kotecha y Ahmed Larouz por Fatima Lahnai
Apartir del modelo asiático, el Magreb aspira a la inversión extranjera, para financiar el crecimiento y así contribuir a su desarrollo económico y social. Los empresarios binacionales pueden ser los actores clave de este proceso. De hecho, cada vez están más solicitados con este fin. Para hacer frente a este reto, pueden inspirarse en el éxito de los binacionales asiáticos. ¿En qué se basa? La “red”, o network, constituye el elemento esencial de ese éxito.
La idea no es nueva. Erigir, financiar y promover redes de influencia internacional es condición sine qua non a la hora de movilizar los capitales humanos y las competencias. Prueba de ello es el fenómeno TIE. Fundado en 1992 en Silicon Valley por un grupo de empresarios de origen surasiático (India y Pakistán), The Indus Entrepreneurs (TIE) es un club de empresarios privados. Según Nish Kotecha, ejecutivo binacional anglo-indio, presidente de TIE Reino Unido y principal accionista de Sphere Partners, consultora líder en Europa, los cimientos del grupo residen en el origen asiático de sus miembros.
La diáspora se ha convertido en una herramienta natural de expansión económica, pues sus miembros comparten los mismos valores e inquietudes. De modo que, gracias a TIE, disfrutan de una red sólida. Y añade: “La creación de una empresa en Asia arranca a menudo con la financiación aportada por la familia y los amigos. En el caso de TIE, sencillamente hemos ampliado el círculo de amigos”. TIE está abierto a todos sin distinción ni discriminación. Las mujeres cuentan incluso con su foro (TIE’s Women Forum), donde pueden abordar temas que les afectan más especialmente, como el empresariado femenino.
TIE organiza más de 500 acontecimientos al año por todo el mundo a los que asisten más de 100.000 participantes. Suelen tener un protagonismo especial las success stories. La conferencia anual constituye uno de los mayores foros mundiales de empresarios. Las actividades de TIE abarcan la tutoría, la generación de redes, la formación de empresarios y la libre creación de empresas en los países emergentes, pero también en los países de acogida de la diáspora. Al preguntarle sobre el objetivo principal de su club, Nish Kotecha reconoce que “es la creación de riquezas gracias a métodos modernos y científicos, sin dejar de ser socialmente responsables”.
Y añade con orgullo: “TIE ha contribuido a la liberalización de sectores fundamentales de la economía india y paquistaní, ¡y ha generado unos ingresos de casi 200.000 millones de dólares! En la actualidad, TIE está considerado el primer club de empresarios del mundo”. ¿Las razones del éxito? 1.600 ejecutivos eméritos entre los miembros fundadores, patrocinadores entre los que se cuentan los mayores grupos mundiales y sociedades clasificadas entre las Fortune 500. Hoy TIE consta de 12.000 miembros, más de 500 voluntarios y 47 oficinas en 12 países. Además, ansía implantarse en otros Estados. Su credo: inspirar y formar.
En pocas palabras, se trata de una organización apolítica, no religiosa, dedicada a la generación de riquezas. En el caso del Magreb, Nish Kotecha admite que su entidad aún no dispone de representación. Sin embargo, insiste en que los candidatos magrebíes pueden incorporarse, sin problemas, a una de las 47 secciones de TIE, “¡donde se les dispensará una calurosa acogida!”. ¡Atención, pues, binacionales magrebíes!
Asimismo, opina que un partenariado entre un club de empresarios mediterráneomagrebí –aún por crear– y TIE supondría una ventaja para la región. Ahmed Larouz, para quien uno de los caballos de batalla es la creación de un club de empresarios privados binacionales de esas características, abunda en el mismo sentido, al afirmar: “Una red magrebí de la envergadura de TIE contribuiría en gran medida a desarrollar el empresariado y la colaboración interregional, a mejorar la competitividad de las empresas magrebíes para que pudieran hacer frente a los colosos chinos e indios que inundan los mercados magrebíes y africanos con sus capitales”.
Este binacional marroco-neerlandés se considera un modelo de triunfo. Es el director de MEX-IT (Gabinete de Gestión Intercultural, con sede en Ámsterdam) y, desde 2005, organiza cada año el Ramadan Festival, que tiene lugar en los Países Bajos y Bélgica (está previsto que Reino Unido y Francia lo acojan en 2008). Ahmed Larouz es también cofundador de TANS (Toward a New Start), club de binacionales altamente cualificados (marroquíes, turcos, surinameses originarios de India y África…) fundado en 1997, que cuenta con más de 2.000 miembros. Se trata de la red de empresarios más amplia de los Países Bajos. Su propósito coincide con el de TIE: la creación de riquezas en sus países de origen y residencia.
Asimismo, como vicepresidente de Marokko Fund, trata de fomentar la creación de pequeñas y medianas empresas (pymes) y las inversiones en Marruecos. Marokko Fund, que nació en 2005, con el apoyo de la Comunidad Neerlandesa para la Cooperación Internacional y el Desarrollo Sostenible en los Países Bajos, permite a empresarios neerlandeses de origen marroquí contribuir al desarrollo económico, social y cultural de su país de origen. Sin embargo, a pesar de las iniciativas y las llamadas a la inversión de los binacionales en Marruecos, Ahmed Larouz lamenta la falta de experiencias positivas en ese ámbito.
Las razones, según él, son la pesadez de la burocracia y la falta de retorno de la inversión. La simplificación de los procedimientos supone, pues, un gran reto para Marruecos, a la hora de atraer inversores. A raíz de todo ello, prefiere invertir en… ¡Dubai! “Es mucho más fácil invertir en Asia que en el Magreb. En Dubai, piden inversiones, pero también las facilitan. El empresariado se basa en el modelo occidental. La combinación entre la cultura árabe, musulmana y occidental me va muy bien”, reconoce. En este sentido, Dubai ha dado prioridad a la innovación y la creatividad: los países del Magreb, pues, harían bien en tomar ejemplo de este emirato.
Para Nish Kotecha y Ahmed Larouz, reproducir la experiencia de los binacionales asiáticos en el Magreb es posible. Para ello, proponen lo siguiente: utilizar el potencial de los empresarios binacionales; instaurar un clima empresarial competitivo; no poner trabas a las inversiones; introducir nuevas pymes en sectores definidos de bienes de consumo; valorar mejor el savoir faire tecnológico magrebí en el sector de las nuevas tecnologías de la información; organizar partenariados entre empresas magrebíes y asiáticas; favorecer la investigación científica.
No obstante, mientras los miembros de TIE han adquirido directamente la categoría de inversores y creadores de empresas en sus países de origen, no sucede igual con la diáspora magrebí, cuya contribución pasa, en primer lugar, por las transferencias de dinero. Así, la ONU ha calculado que las inversiones extranjeras directas en Marruecos en 2006 ascienden a 2.010 millones de euros; las inversiones de los marroquíes de la diáspora solo representan el 1,5% de ese total, concentrándose en los sectores inmobiliario y comercial. ¡Durante el mismo periodo, sus transferencias supusieron más de 4.400 millones de euros!
En este contexto, Marruecos trata de establecer una estrategia para atraer los capitales que se le escapan y suscitar las inversiones de los binacionales, en especial en la industria y los sectores competitivos. La conferencia sobre los fundamentos de la inversión, que se celebrará el 13 y el 14 de diciembre en Skhirat-Rabat, abordará estas cuestiones. Al mostrar la inversión extranjera directa en Marruecos tendencia a estancarse, habrá más interés por obtener los favores de los empresarios binacionales…