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Co-edition with Estudios de Política Exterior
Marruecos no ha entrado todavía en una fase de respeto de los derechos humanos
El país ha logrado avanzar en el respeto de los derechos políticos y civiles; la prioridad actual es poner en marcha el pacto de derechos económicos, sociales y culturales.
ENTREVISTA con Amina Bouayach por Gabriela Glez. de Castejón
Militante de los derechos humanos en Marruecos desde hace más de 30 años, Amina Bouayach ha sido elegida presidenta del Consejo Nacional de la Organización Marroquí de Derechos Humanos (OMDH).
AFKAR/IDEAS: ¿Qué representa para usted y para la organización ser la primera mujer que preside la OMDH? ¿Cree que el hecho de ser mujer tendrá repercusiones en su trabajo diario?
AMINA BOUAYACH: Lo que recuerdo de mi elección fue la unanimidad de los votantes. Las elecciones se celebraron mediante voto secreto. El responsable del comité de comprobación de los votos anunció el resultado de una forma muy sutil, precisando que los miembros de la OMDH deberán “saborear” el momento histórico de la elección de una militante de los derechos humanos. Para mí, simboliza también un cambio en la sociedad respecto al papel de las mujeres. El esquema sociocultural está tomando un camino distinto en la historia de Marruecos. Siempre he trabajado con hombres y mujeres de una gran calidad humana. El sistema democrático, tanto en el funcionamiento como en los mecanismos de acción y de toma de decisiones dentro de la OMDH, permitirá esta alternancia. La OMDH es la única organización marroquí que, desde su creación en 1988, estipuló una cuota de mujeres, que debe ser de al menos un tercio en todos los órganos decisorios.
A/I: ¿Cuáles son sus prioridades como presidenta de la OMDH?
A.B.: Los congresistas han difundido un comunicado final y han elaborado algunas recomendaciones relativas a la primacía de la ley sobre cualquier otra consideración, sobre todo en el plano de la justicia, que atañe a la impunidad, el respeto de las disposiciones de un proceso equitativo, la problemática de la libertad de prensa y el buen gobierno. Otra prioridad es la puesta en marcha de un pacto de derechos económicos, sociales y culturales.
A/I: ¿Qué medidas serán necesarias para impulsar esos derechos?
A.B.: Consideramos que nuestro país ha realizado avances en el respeto de los derechos políticos y civiles, y la garantía de éxito de dicho proceso depende del esfuerzo que se realice para respetar los derechos económicos, sociales y culturales. La OMDH presentó el 10 de mayo de 2006 un informe alternativo al del gobierno marroquí sobre la aplicación del pacto de derechos económicos, sociales y culturales, y en él planteamos algunas recomendaciones al gobierno a través de los expertos de Naciones Unidas.
Si se analizan los datos, se comprueba que Marruecos ha realizado algunos avances en el ámbito del acceso a la sanidad, a la educación, a la vivienda… Pero los objetivos establecidos no se alcanzan. Otro análisis se refiere a los mecanismos de acción, cuyas disfunciones hemos destacado: la abundancia de mecanismos estatales de intervención y su incoherencia, lo cual influye en los resultados, y la ausencia de un planteamiento adecuado en todas las medidas que se han tomado para su desarrollo. Esto tiene un gran impacto en el ciclo de creación de riqueza y su necesaria acumulación para responder al déficit social.
A/I: ¿Qué balance hace usted de la labor de la Instancia Equidad y Reconciliación (IER)? ¿Cuáles deberían ser los próximos cometidos de la Comisión de la Verdad?
A.B.:Acabo de asistir a una jornada de estudio sobre la aplicación de las recomendaciones de la IER, organizada por el grupo parlamentario de la Unión Socialista de Fuerzas Populares (USFP). La discusión fue muy interesante y el debate en el Parlamento tiene un gran simbolismo. La reforma de la Constitución, la impunidad, la buena administración de los servicios de la autoridad y de seguridad, la independencia de la justicia, son propuestas que se han debatido y el Parlamento tiene un papel importante que desempeñar a la hora de proponer leyes y reforzar el control del ejecutivo.
El informe de la IER tiene una gran importancia para no-sotros, por sus resultados, pero también por el método y las comprobaciones reales que nos ha proporcionado. Esperamos que próximamente se publique la lista de las 66 personas sobre las cuales la verdad sigue siendo poco clara. Por nuestra parte, preparamos unas propuestas para la persecución de la impunidad y la ratificación de la Corte Penal Internacional.
A/I: Dos años después de la aprobación de la Mudawana, el balance sobre su aplicación es desigual, con diferencias entre las zonas rurales y urbanas.¿Cuáles son los principales problemas que dificultan la eficacia de su puesta en marcha? ¿Qué medidas propone usted para superar estas dificultades?
A.B.: En el informe paralelo que hemos presentado a la Comisión de derechos humanos sobre la puesta en práctica del pacto de derechos económicos, sociales y culturales, señalamos que hay disfunciones en la aplicación del Código de familia. Se trata de dos elementos importantes: por un lado, la falta de renovación de los jueces, lo que hace que la nueva visión del Código esté lejos de ser percibida como es debido y, por otro, la mala interpretación de la ley debido a una visión muy patriarcal. El cambio de la Mudawana es el resultado, entre otras cosas, de la movilización del movimiento de las mujeres y de derechos humanos; estamos reflexionando conjuntamente para supervisar la correcta aplicación del Código de la familia.
A/I: La imagen de Marruecos en el exterior es la de un país que avanza en el ámbito de los derechos humanos. Sin embargo, en lo que respecta a la libertad de prensa, no parece que esta imagen se corresponda con la realidad. ¿Bajo qué ángulo van a abordar ustedes los problemas que encuentra la prensa independiente?
A.B.: Es cierto que Marruecos avanza, pero se desarrollan otros problemas. El espacio público está permanentemente agitado por manifestaciones por motivos diversos, para reclamar a las autoridades la puesta en marcha de las estructuras necesarias para la adjudicación del agua, la instalación de la electricidad, la vivienda, la seguridad o el respeto a la ley. Todo esto es nuevo y el disfrute de estos derechos por parte de la población nos obliga a estar cada vez más presentes y más cerca. La OMDH iniciará un ciclo de formación de sus miembros para responder a las expectativas de la población, sobre todo la que está alejada del eje Rabat-Casablanca. A medida que seguiremos con estas reivindicaciones, presentaremos recomendaciones y realizaremos peticiones a las autoridades.
Una verdadera separación dentro de la sociedad para que la gente logre su derecho al bienestar. La misma situación se advierte en la prensa, que trata de ampliar su espacio de difusión y de acción. Se sitúa como oposición al gobierno y al sistema y, por lo tanto, no asume el papel de información e investigación necesario para la opinión pública. Los procesos contra algunos periódicos no respetan las condiciones de un juicio justo, cuando son solo denuncias por difamación, como el caso de una parlamentaria que fue descrita por un semanario como una “mujer de vida alegre y placer” o la difamación contra un centro de investigación por su connivencia con los servicios secretos de un país extranjero…
Las multas impuestas eran muy elevadas. Respecto a los demás semanarios, seguimos el proceso de uno de ellos, que reunió todas las condiciones de un juicio justo, mientras que con otro, no sabemos qué quiere hacer la justicia. Aplaza el juicio una y otra vez.
A/I: En su opinión, ¿cuáles son los principales logros y carencias en materia de derechos humanos en Marruecos?
A.B.:Marruecos no ha entrado aún en una fase de respeto de los derechos humanos, pero ya ha superado las violaciones masivas y graves. Por lo tanto, estamos entre dos niveles. Nuestro papel es mantener la movilización y la vigilancia para consolidar los avances y llamar la atención de las autoridades y de los actores cada vez que se producen excesos o trasgresiones de cualquier tipo y en cualquier plano.
A/I: A corto plazo, ¿en qué ámbitos debería el país progresar en materia de derechos humanos?
A.B.: El gran capítulo y el reto a corto plazo es el respeto al Estado de derecho en cualquier ámbito de intervención, tanto en el plano de los derechos civiles y políticos, como en los económicos, sociales y culturales. Los avances logrados no se consolidarán si no existe una estrategia de desarrollo socioeconómico del país. La renovación de los mecanismos del Estado y sus procedimientos es algo que nos preocupa a diario. La modernidad es la capacidad de los diferentes actores para encontrar soluciones a las nuevas problemáticas planteadas por la población. Los marroquíes plantean cada día un nuevo problema que merece nuestra atención, pero que también requiere que tengamos los conocimientos adecuados.