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Co-edition with Estudios de Política Exterior

Magreb Musical Alternativo
Grupos de rock, rap y fusión forman la nueva ola musical que contribuye a los cambios sociales, políticos y culturales de la región.
COMENTARIOS recogidos por Amel Abou el Aazm
En el Magreb, se está activando todo un circuito cultural, una especie de Magreb Musical Alternativo. Con una fusión de lenguas y de estilos, los grupos musicales describen su vida cotidiana, confían en un mejor porvenir y aspiran a que cambie su situación.
H-Kayne, grupo de rap marroquí
A/I: ¿De qué hablan vuestras letras?
H-KAYNE: Cantamos sobre lo que vivimos, lo que existe, sobre la realidad, no mentimos. El desempleo, por ejemplo, está ahí, existe. No hay tabúes, no nos autocensuramos. Sin embargo, sabemos cómo maquillar las cosas. Hay que saber transmitir el mensaje y lograr captar el máximo de personas con el mismo tema, pero más o menos con humor. Bigg, rapero de Casablanca
A/I: A Bigg también se le conoce con el apodo de Al Khasser (en castellano el rebelde, el desobediente, el indisciplinado). ¿Por qué? BIGG: Lo de rebelde, lo asumo. Yo no me escondo. No miento. Es lo que he vivido y punto. La pura realidad, vista desde la perspectiva en que me encuentro. Puede que otros no conozcan esta realidad, pero es mi realidad. No conozco la autocensura, no tengo tabúes, ni límites. Digo lo que pienso tal cual. Y a los jóvenes que quieran lanzarse al mundo de la música, les digo que tengan el valor de decir lo que piensan en voz alta.
Djmawi Africa, grupo argelino
A/I: ¿De qué hablan vuestras letras?
DJMAWI AFRICA: Hablamos de varias cosas: de la vida cotidiana de los jóvenes argelinos. Una canción como Zmen habla de la época en que vivimos y cómo la vemos, de los cambios, de las regresiones y de los fenómenos sociales que emocionan. Zawali, como indica el título, relata la vida de un zawali (parado, desfavorecido), el día a día de la gran mayoría de la población magrebí.
A/I: ¿En qué salas actuáis? ¿En qué festivales?
DJMAWI AFRICA: En Argel no hay ninguna sala de conciertos de música actual (sin asientos) y las otras se cuentan con los dedos de una mano. Hemos actuado prácticamente en todas las salas argelinas. A veces las entidades privadas nos llaman para participar en algún evento. Los otros conciertos –los festivales, por ejemplo– los organizan instituciones públicas. Ahora bien: no son muchos. Sin embargo, en 2007 se hizo un gran esfuerzo con motivo del año “Argel, capital de la cultura árabe”, durante el cual nacieron varios festivales. Ojalá no se quede ahí. Pero, hace falta una inversión enorme en infraestructuras.
A/I: ¿Cómo explicaríais esta nueva ola de artistas?
DJMAWI AFRICA: Sencillamente por el contexto general (…). Los jóvenes han comprendido que podían transmitir mensajes, han aguzado el oído y ya está. Hay una enorme sed de vivir, quienes no quieren arriesgarse a emigrar en embarcaciones precarias deben vivir plenamente sus pasiones aquí.
Amina Alik, directora de la publicación mensual argelina ‘D full’
A/I: En Argelia, ¿qué posibilidades tienen de actuar en directo los grupos de esta música alternativa?
AMINA ALIK: Muchos festivales han visto la luz este año. 2007 ha sido el año de “Argel, capital de la cultura árabe”. Muchos artistas y grupos, pues, han tenido ocasión de actuar, e incluso de ir de gira por el territorio nacional. Sin embargo, con eso no basta. ¿Y por qué? Por la falta de iniciativas por parte de organismos estatales y la escasez de medios, a veces privados. Y también la falta de infraestructuras: pocos espectáculos, ausencia real de espacios acondicionados al aire libre.
A/I: ¿Hay una profesionalización de este panorama?
AMINA ALIK: En absoluto. Los músicos hacen lo que pueden para sobrevivir.
A/I: ¿Cuáles son las grandes diferencias entre Marruecos, Argelia y Túnez por lo que respecta a este panorama?
AMINA ALIK: Como ya he dicho, en Argelia el problema de las infraestructuras es más grave. No hay suficientes
salas, ni hoteles… Además, aquí todo se hace en plan aficionado (…). Lo poco que he visto (fuera) me ha devuelto a la amarga realidad: Argelia sigue estando lejos en comparación con lo que hacen sus vecinos. Los 10 años de retraso que arrastramos aún tienen consecuencias en todos los ámbitos, y especialmente en el musical, que, en un momento
dado, estaba a años luz de ser una de las prioridades.
Myrath, grupo tunecino de metal.
A/I: ¿Hay bastantes conciertos o festivales para que vivan los músicos?
MYRATH: ¡Oh, no! Para nada. Los grupos de metal no pueden vivir de su música (a no ser que interpreten versiones de soft rock en los hoteles), porque, aparte del Festival Mediterráneo de Guitarra, ninguno de los muchos otros festivales cuenta con la participación de grupos de metal. Hay quien trabaja para que esto cambie, y confiamos en que sus esfuerzos acabarán remediando esta situación. De momento, no podemos vivir de nuestra música, pero
nuestro objetivo es precisamente vivir de nuestra pasión, que es la música. Aún queda mucho camino por recorrer, pero estamos decididos a imponernos en la escena internacional y –¿por qué no?– vivir de nuestra música. Aún somos jóvenes (la media de edad es de 22 años), ¡así que tenemos tiempo de alcanzar nuestros sueños!
A/I: ¿Observáis algún cambio en el ámbito cultural tunecino? ¿Una evolución? En caso afirmativo, ¿a qué nivel?
MYRATH: Sí hay un cambio. Un cambio de mentalidad: el metal ya no es un tabú, así que los patrocinadores ya no son un bien escaso en los festivales de metal (…). Hay más conciertos y no dependen de ninguna autorización específica de las autoridades. Hay festivales anuales de metal/jazz que se celebran periódicamente. Hasta la televisión nacional empieza a cambiar, puesto que Myrath ha tocado tres temas en un programa vespertino del sábado
de mucha audiencia, normalmente dedicado a la música oriental.
Karim Benamor, periodista tunecino y locutor de radio.
A/I: ¿Hay profesionalización de la escena alternativa tunecina? ¿Pueden los artistas vivir de su arte?
KARIM BENAMOUR: Por el momento, el panorama es básicamente amateur. Ningún músico puede permitirse vivir
de su música, ya que la mayoría de conciertos son no remunerados, o con una remuneración que a penas da para cubrir los gastos (sonido, trabajos de impresión, desplazamiento, salas de espectáculos…). El número de conciertos es insuficiente.
A/I: En Túnez, y sobre todo con respecto a este movimiento, ¿empiezan a desarrollarse los oficios relacionados con la música?
KARIM BENAMOUR: Los profesionales del sector no se ocupan en absoluto de la escena alternativa. Se trata de un movimiento muy reciente, lo que no motiva a los jóvenes a decantarse por estas profesiones.