La sociedad civil en el partenariado: iniciativas alrededor de la Cumbre Euromediterránea

Sociedad civil y empresariado han impulsado diferentes eventos con el fin de dar un empuje al partenariado.

Helena Oliván, responsable de Políticas Mediterráneas, IEMed

La celebración del décimo aniversario del Proceso de Barcelona y la realización de la cumbre extraordinaria de jefes de Estado y de gobierno de 27 y 28 de noviembre tienen grandes implicaciones para los principales actores que participan de manera activa en el partenariado euromediterráneo.

Supone, por un lado, un momento para hacer balance de 10 años de un proceso que nació como proyecto político y con grandes expectativas. Diez años después de la conferencia euromediterránea de Barcelona elementos como el terrorismo internacional, el mantenimiento de los conflictos en la región, pero también la lentitud de las reformas en el sur del Mediterráneo o la globalización económica plantean un escenario si cabe más complejo que el de hace 10 años, que demanda nuevas iniciativas para una puesta a nivel que le permita competir con otras zonas del mundo en estabilidad y crecimiento.

También es un momento de reivindicación, de alerta para los gobiernos del Sur y del Norte, para los decision-makers que deja claro que hay que seguir trabajando en ciertas líneas ya desarrolladas y que es urgente resolver algunas cuestiones pendientes, puesto que de su encauzamiento depende el futuro de la región.

Más allá por tanto de la cumbre extraordinaria, es conveniente resaltar que durante los últimos meses y, sobre todo, en los días previos a la conferencia, se desarrollan diversas actividades que implican a actores de la sociedad civil y a sectores transversales (empresariado, ámbito universitario), cuyos resultados les hacen merecedores de un empuje. Por otra parte, el Proceso de Barcelona se encuentra actualmente en una encrucijada, debido a los proyectos y acontecimientos exteriores que le afectan (la ampliación de la Unión Europea y la iniciativa americana para un Gran Oriente Medio y norte de África) y, sobre todo, la puesta en marcha a partir de 2007 de la política europea de vecindad.

Desde el punto de vista de la incidencia del proceso en el ámbito económico de los países del Sur, son reseñables algunas actividades como la celebración de la Conferencia Sindical Euromed y la tercera asamblea general del Forum Sindical Euromed. Dicho foro agrupa, desde finales de los años noventa, a sindicatos del norte y sur del Mediterráneo. El encuentro tenía como objetivo reflexionar sobre la cooperación sindical y el proceso de gobernabilidad de los diferentes territorios y Estados que conforman la realidad económica y social del Mediterráneo. Una de las grandes preocupaciones que surgen desde este sector es la consecuencia en el empleo en la zona de la creación de la zona de librecambio entre la UE y los países socios.

No debe olvidarse que entre un 40% y un 50% de la población en el sur del Mediterráneo son jóvenes, con una tasa de paro muy elevada y sin formación adecuada para encarar los retos que supondrá este nuevo proyecto. También destaca la Cumbre Euromediterránea de líderes empresariales, empresarios por la paz, organizada por la Cámara de Comercio de Barcelona, y el seminario “Cooperación euromediterránea y desarrollo regional” organizado por Carta Mediterránea con el objetivo de analizar algunos de los factores clave y de las condiciones que pueden estimular las inversiones para el codesarrollo regional, con especial atención a las posibilidades de la sociedad civil como protagonista real del desarrollo compartido. Otro de los ámbitos de gran interés para la sociedad civil es el capítulo que podemos denominar “humano”, del Proceso de Barcelona.

Cabe resaltar aquí la celebración del Evento Civil Euromed de Málaga el pasado mes de octubre que formuló una declaración para la cumbre euromediterránea, así como la jornada organizada por Sodepau para hacer balance social de los diez años del Proceso de Barcelona. No hay que olvidar que una de las características del partenariado euromediterráneo, que diferencia esta iniciativa de otras, es la voluntad política de apoyar el diálogo cultural, el conocimiento mutuo y el establecimiento de redes que permitan desarrollar unos valores comunes para afrontar los retos de la región.

En este sentido, cabe destacar las jornadas internacionales “Cultura en el espacio euromediterráneo” organizadas por la Fundación Interarts en colaboración con el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona (CCCB) y el Centre d’Estudis i Recursos Culturals (CERC), que representan una buena oportunidad para el encuentro de los profesionales del sector y los expertos que reflexionan sobre la complejidad y riqueza de la cultura en la región. Desde la puesta en marcha del Proceso de Barcelona se ha generado una gran riqueza de intercambios a través de la creación de redes culturales que dedican recursos al Mediterráneo, desde diferentes puntos de vista: el análisis de las grandes cuestiones culturales en la actualidad y de cómo pueden desembocar en fórmulas conjuntas de actuación; el acceso de las sociedades del Sur y el Norte a la cultura, en sus diferentes formas y la necesidad de generar iniciativas relacionadas con la movilidad de los actores culturales para poder intercambiar experiencias y desarrollar nuevas iniciativas.

Este ámbito es uno de los que mayor interés y acuerdo ha generado entre los socios euromediterráneos, sobre todo a partir de la creación, en noviembre de 2004, de la Fundación Euromediterránea Anna Lindh para el diálogo entre culturas, que supone la primera institución del Proceso de Barcelona. Esta fundación tiene ciertas características que permiten un desarrollo potencial de actividades destinadas a rentabilizar el diálogo llevado a cabo entre los actores. Está constituida por redes nacionales de los 25 países miembros de la UE y los 10 socios, redes que incluyen centros, actores y operadores culturales del país con capacidad para presentar proyectos, auspiciados por la Fundación.

Ésta se propone desarrollar actividades relacionadas con la cultura, pero sobre todo con dos sectores de gran importancia en el partenariado: los medios de comunicación y los jóvenes. Barcelona, y en concreto el Instituto Europeo del Mediterráneo (IEMed), acoge también una reunión de la Fundación antes de la celebración de la cumbre euromediterránea, además de celebrar un taller de trabajo sobre el programa europeo Euromed Heritage. El ámbito sociocultural también incluye un concierto de cantantes de ambas orillas del Mediterráneo, un seminario sobre los medios de comunicación y el diálogo cultural y una conferencia sobre la situación de la mujer en la región.

Los objetivos de dicha conferencia se centran en defender los derechos de las mujeres como garantía de los derechos humanos, la profundización de la democracia y como vector de una sociedad más cohesionada. También analizará la contribución de las mujeres a nivel micro y macroeconómico y su acceso a la formación, educación y cultura. Por último, deben destacarse dos actividades a iniciativa de la red Arco Latino (compuesta por colectividades territoriales en la Europa mediterránea) y de la Generalitat de Catalunya.

Ambas insisten en la necesidad de incrementar la cooperación descentralizada, que implique a entidades subestatales, para aumentar la colaboración con el Sur. En la primera, que se celebró en septiembre, se recoge la necesidad de crear un foro político y permanente con carácter consultivo para la UE y un observatorio de la cooperación descentralizada en la región que permita analizar las buenas prácticas. La conferencia regional Euromed, por su parte, contará con la participación de las regiones europeas y del sur del Mediterráneo por primera vez, y pretende analizar las potencialidades de la cooperación y los intercambios entre estas entidades en cuestiones de gobernabilidad, economía y dimensión humana.