
Dentro de los campos de refugiados palestinos de Ein el Helwe
“Apoyamos al pueblo sirio contra el régimen, pero no apoyamos el envío de hombres para luchar allí. Los sirios no necesitan más hombres. Necesitan armas, y en los campos no tenemos.”
ENTREVISTA con el sheij Yamal Khattab por Natalia Sancha
Asus 53 años, el sheij Yamal Khattab es el religioso más influyente de los campos de refugiados palestinos de Ein el Helwe, en Sidón, al sur de Líbano. Dos calles principales delimitan a cada lado el campo que se extiende por un escaso kilómetro y medio cuadrado. Entre ambas, un amasijo de cemento con construcciones caóticas, estrechas callejuelas y marañas de cables dan cobijo a 75.000 refugiados palestinos a los que se suman 10.000 refugiados llegados de Siria en su huida por la supervivencia. En Ein el Helwe, “fuente de agua dulce” en árabe, conviven también una decena de milicias, divididas entre las afiliadas a la Organización para la Liberación Palestina (OLP), por un lado, y las islamistas por otro. Cada pocos meses, ambos bandos saldan sus diferencias con las armas, paralizando la vida en los campos durante varios días. El sheij Yamal es conocido en los campos como el apagafuegos, moderador indispensable para zanjar cualquier reyerta. A pesar de ser un grano de arena en el mapa libanés, Ein el Helwe, el más poblado de los 11 campos que existen en Líbano, evoca una peligrosa jungla para los libaneses. Los buscados por la ley se esconderían en este campo en el que el ejército libanés no tiene potestad para entrar. Entre ellos, el sheij, que solo puede salir del campo con un permiso especial del ejército libanés. Igualmente, Ein el Helwe sería un mercado de armas, hogar de traficantes y base para los terroristas, incluida Al Qaeda, de quien algunos llegan a acusar al sheij de ser el líder. No obstante, Ein el Helwe no es más que un complicado tablero que reproduce una Palestina en miniatura y condensada, con sus milicias aglutinadas por barrios, una alta densidad de armas por habitante y miles de palestinos que luchan cada día por sobrevivir y juntar un sueldo que les permita alimentar a los cinco hijos de media por mujer. Sheij Yamal Khattab es el secretario del organismo que reúne a todas las facciones islamistas de los campos. Tras graduarse en lengua y literatura árabe en la Universidad Americana de Beirut, la más prestigiosa de Líbano, y obtener un máster en administración de empresas, ingresó en la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina como trabajador social, puesto que abandonó más tarde para liderar la mezquita Al Nur, donde tiene lugar esta entrevista y donde el sheij comenzó como conferenciante para más tarde liderar los sermones de cada viernes ante sus seguidores. La influencia de este sheij no se limita a los campos, sino que se extiende a Sidón, último bastión suní conservador antes de adentrar en el sur chií controlado por Hezbolá. Ciudad en plena arteria principal del mapa libanés, donde los enfrentamientos entre un sheij salafista y Hezbolá, con Siria como telón de fondo, casi sumergen al país en una guerra civil el pasado mes de junio.
AFKAR/IDEAS: Usted lidera el Movimiento Yihadista Islámico en Ein el Helwe. ¿Se trata de una organización política o dispone de un brazo armado?
SHEIJ YAMAL KHATTAB: “En el nombre de Dios, el Clemente y Misericordioso”. Tenemos ambos, político y armado, ya que nuestro país está ocupado y nuestra obligación es liberarlo. Comenzamos en 1975 y luchamos contra la ocupación israelí durante la invasión de 1978, la de 1992, así como en 2006.
A/I: ¿De cuántos hombres disponen?
S.Y.K.: No tenemos un número limitado. No somos como otros partidos, sino que dependemos de otros movimientos como Hamás o Osbat el Ansar. Cuando hay un problema, todos los movimientos islamistas nos unimos.
A/I: Al inicio del conflicto sirio una docena de palestinos dejaron Ein el Helwe para sumarse a la lucha con los rebeldes sirios. Varios volvieron en féretros. ¿Es un fenómeno que ha ido en aumento?
S.Y.K.: No, ha sido un número muy reducido de personas las que han ido a luchar a Siria, por lo que no ha tenido efecto en los campos. Como palestinos tenemos otros problemas más prioritarios y hemos intentado limitar el impacto de la revolución siria. Por supuesto apoyamos al pueblo sirio contra el régimen, porque éste nos hizo lo mismo en 1976 en Tel al Zaatar [campo de refugiados palestinos destruido durante la guerra civil] e incluso invadió Sidón. Pero, al mismo tiempo, no apoyamos el envío de hombres para luchar allí, porque pensamos que los sirios no necesitan más hombres. Necesitan armas, pero no hombres. Y no tenemos armas en los campos, que es lo que necesitan.
Los refugiados sirios en los campos no vienen a llamar a la ‘yihad’, sino que huyen de la guerra
A/I: Hay muchas armas en los campos…
S.Y.K.: Sí, pero el tipo de armas que ellos necesitan no está disponible aquí, más bien en el ejército sirio que es de donde las consiguen los rebeldes.
A/I: Entonces, en los campos no hay un sistema organizado para enviar palestinos a luchar con los rebeldes?
S.Y.K.: No, no lo hay.
A/I: ¿Y a la inversa? ¿Combatientes de Siria organizados que vienen a luchar a Ein el Helwe? El conflictivo joven Bilal Badr y su grupo son considerados como el nuevo brazo del Frente Al Nusra en los campos.
S.Y.K.: Es un grupo muy pequeño. Es más bien el fenómeno de los abadai [héroes en árabe]; una persona que se considera muy fuerte y agrupa a varias personas a su alrededor. Este es el caso de Bilal Badr que tiene 20 años, es inmaduro y no conoce los entresijos de la política o de los movimientos islamistas aquí. Este grupo no tiene mayor impacto en los campos. Con respecto a los sirios que vienen para llamar a la yihad, no es el caso. Tenemos refugiados sirios como usted bien conoce, que tratan de tener una vida pacífica y cubrir sus necesitadas lejos de la guerra siria y por eso han buscado refugio aquí.
A/I: Bilal Badr, es joven y tan solo cuenta con entre 30 y 40 jóvenes que entrenan con él. Generalmente usted es el gran mediador de los campos. ¿Cómo es posible que una persona de 20 años sea capaz de hacer tanto ruido, provocar numerosos enfrentamientos mortales sin que nadie sea capaz de pararle los pies? ¿Es porque no hay voluntad o porque no pueden?
S.Y.K.: Como usted sabe vivimos en un sistema tribal dentro de los campos. Bilal Badr pertenece a un sector específico [el campo cuenta con cuatro sectores y cada uno reagrupa a varios barrios], y cuando hay un problema no es solo el problema de Bilal Badr, sino de todo el sector. Consideran que nuestro sector, el Safuri, les está atacando y por eso han creado canciones y eslóganes en su contra. Al vivir en una sociedad tribal, no es fácil resolver este caso. Se trata de un individuo conectado a otras familias y a otros grupos. Por lo que se convierte en un problema de familias. Bilal es de la familia Badr, su madre de la familia Qadura, sus tíos de la familia Yusef y otros son de Hamás. Su caso se convierte en una mezcla de intereses.
A/I: Desde el comienzo del conflicto sirio, se han intensificado los entrenamientos de hombres armados en los campos. Muchos vecinos hablan de extranjeros, algunos sirios desconocidos de este campo. ¿Se trata de una preparación para luchar en Siria o aquí?
S.Y.K.: No creo que sea el caso. Bilal Badr intenta entrenar al tiro a sus amigos. Es algo para la satisfacción y ego personal. Tal vez en otros países la gente va a clubs para mejorar al tiro. No es un entrenamiento de corte político sino más bien social. Por eso solo tiene varias decenas de jóvenes.
A/I: ¿Entonces niega que el Frente Al Nusra se haya asentado en los campos?
El Frente Al Nusra no necesita ningún grupo fuera de Siria. Sus objetivos se centran allí
S.Y.K.: Creo que el Frente Al Nusra no necesita ningún grupo fuera de Siria. Sus objetivos y su trabajo se centran en Siria, al menos según las informaciones que tengo de los últimos meses.
A/I: Pero han declarado Hezbolá como su objetivo en territorio libanés.
S.Y.K.: ¿Los ataques contra Hezbolá han sido de la mano de Al Nusra o de otras facciones libanesas? Ellos han declarado que quieren hacerlo, pero después de la explosión en Dahie [feudo de Hezbolá en la capital libanesa] y según las informaciones que tengo, Al Nusra no ha reclamado responsabilidades por este acto o por el ataque de Majer el Anjar contra Hezbolá. Creo que se trata más bien de facciones libanesas, grupos que han luchado en Siria y que han regresado a Líbano para enfrentarse a Hezbolá como reacción ante su apoyo al régimen sirio.
A/I: ¿Cómo ha afectado el conflicto sirio a los campos?
S.Y.K.: Nos hemos puesto todos de acuerdo para protegernos de los efectos de la crisis siria porque tenemos nuestros propios problemas como refugiados palestinos. Si, por ejemplo, los libaneses o parte de ellos quieren apoyar a los sirios están en su derecho, pero para nosotros es muy complicado manifestarnos o llevar a cabo alguna acción, por lo que intentamos limitar nuestro apoyo a conferencias y declaraciones esporádicas.
A/II: Una de las consecuencias de la guerra siria en Líbano han sido los enfrentamientos armados entre los seguidores del sheij Ahmed el Assir y los de Hezbolá. El primero a favor de los rebeldes, el segundo apoyando al régimen sirio. Enfrentamientos que derivaron en junio en dos días de combates con el ejército libanés que dejaron una cincuentena de muertos y más de un centenar de heridos, entre ellos algunos en los campos de Ein el Helwe. El hoy fugitivo sheij El Assir afirmó siempre en sus discursos que disponía del apoyo de los palestinos. ¿Contribuyeron los palestinos a la lucha?
S.Y.K.: Cuando Ahmed el Assir habla de palestinos, se trata de uno o dos que le llamaron preguntando si quería que hicieran algo y el sheij respondió que no. Palestinos como Bilal Badr por ejemplo. Respecto a lo que sucedió con el ejército libanés, ha quedado de manifiesto que logramos reducir al mínimo el impacto en nuestro campo. Taamer, el barrio de los campos que sufrió los enfrentamientos, es una zona pequeña mixta entre libaneses y palestinos y al mismo tiempo acoge la casa de Fadl Shaker y sus hermanos [ferviente seguidor del sheij Ahmed el Assir] y por supuesto hubo tensión en aquel momento. Pero conseguimos reducir los enfrentamientos a esa esquina y evitar que se extendieran a otras partes del campo. No es una guerra que nos interese. Somos conscientes de que ningún grupo puede luchar contra el ejército libanés, ni desde el punto de vista político, ni tampoco desde el punto de vista militar. Un enfrentamiento contra el ejército implicaría muchas bajas, vidas y daños materiales.
A/I: Tras el cese de los enfrentamientos, El Assir huyó. Muchos creen que buscó cobijo en Ein el Helwe. ¿Le contactó El Assir para solicitar su ayuda?
S.Y.K.: No me llamó a mí, pero uno de sus hombres de confianza preguntó sobre esta posibilidad, que rechazamos en su propio bien y en el nuestro. Si se hubiera refugiado aquí estaría en una prisión y las autoridades libanesas nos hubiesen pedido que lo entregáramos y esto perjudicaría a todos. Así que rechazamos su entrada por el bien de los dos.
Ningún grupo puede luchar contra el ejército libanés, ni desde el punto de vista político, ni militar
A/I: Los últimos rumores apuntan a una huida del sheij orquestada por una embajada del Golfo y con la colaboración del ejército libanés…
S.Y.K.: Creo que el ejército libanés ha facilitado su salida porque no quiere complicar la situación. Si lo hubieran matado sería un problema para los libaneses, porque El Assir es libanés, si hubiera sido palestino sería más fácil de justificar. Y al mismo tiempo el ejército no quiere encarcelarlo porque también traería muchos problemas para ellos. Así que pienso que han mirado hacia otro lado y le han dejado escapar.
A/I: Antes de que El Assir se enfrentara al ejército, mucha gente apoyaba su discurso contra las armas de Hezbolá y su rol en la guerra siria. Se dice que decía en voz alta lo que otros no osaban hacer. ¿Sigue siendo popular su discurso entre los libaneses?
S.Y.K.: Creo que El Assir ha tenido éxito en el campo de la predicación, como hombre religioso. Pero más tarde, cuando entró en el mundo de la política, que es un mundo muy vasto y complicado, optó por formar un movimiento armado. Pero éste no es el como el resto, no es un partido, sino que se trata de un movimiento popular con poca organización. Por lo que era muy previsible que pasara lo que pasó. Tal vez su popularidad ha crecido y de hecho mucha gente le sigue hoy como reacción por lo que hizo Hezbolá. La mayoría de la gente de Sidón está convencida de que el ejército libanés fue solo una máscara cubriendo a Hezbolá, que era quien realmente se enfrentaba a los seguidores de Ahmed el Assir.
A/I: ¿Ha afectado este incidente a sus relaciones con Hezbolá?
S.Y.K.: Tenemos muchos puntos de discordia con Hezbolá y especialmente el papel que juega en la guerra Siria. Ya les comunicamos hace año y medio que estábamos en contra de su intervención en Siria y que ello crearía tensión entre suníes y chiíes en Líbano, cosa que les haría perder su popularidad en tanto que movimiento de resistencia. Les aconsejamos entonces salirse de la guerra, pero desafortunadamente no hemos tenido influencia alguna y no ha habido ningún cambio en su actitud. Hace dos semanas nos reunimos de nuevo y señalamos una vez más el mismo problema. Les pedimos que salieran de Siria y que no interfieran para evitar empeorar la división suníes-chiíes. Se está extendiendo el odio hacia Hezbolá en el mundo islámico, porque la mayoría de los países musulmanes son suníes.
En el pasado, los suníes han apoyado a Hezbolá con independencia de la diferencia de doctrina porque Hezbolá luchaba contra los israelíes y eso era favorable para todos los musulmanes. Pero su participación en la guerra siria les ha hecho perder popularidad y apoyo entre la mayoría de los musulmanes. Estoy convencido de que la mejor forma de cambiar la actitud es reunirse y fomentar un diálogo serio. El diálogo puede tener algún efecto y al mismo tiempo podemos promover la paz en Líbano y Siria. Porque si seguimos por el camino de la guerra en Siria, las cosas van a empeorar tanto aquí como allí.
A/I: ¿Ve el escenario de una guerra civil próximo en Líbano?
S.Y.K.: Estamos intentando que no suceda. Pero creo que ni hay voluntad ni hay posibilidades. No se puede comparar la fuerza de Hezbolá ni su capacidad o recursos armamentísticos con ningún otro grupo en Líbano. Puede que se repitan varios ataques contra Hezbolá como el que sucedió en Dahie, pero no un ataque generalizado.
A/I: ¿Básicamente no hay guerra porque no hay una milicia suní?
S.Y.K.: Exacto. Por lo que no puede haber una lucha de ejército contra ejército o de milicia contra milicia en Líbano.
A/I: Estaba tratando El Assir de hacer una milicia suní?
Hezbolá tiene fuerza en Líbano, no necesita a Siria. Si Al Assad cae, Hezbolá no se verá afectada
S.Y.K.: No creo que haya recorrido el camino adecuado para crear una milicia. Era solo una especie de movimiento popular mal organizado y sin entrenamiento. Y ha intentado luchar contra un movimiento organizado, bien entrenado y muy experimentado como Hezbolá. Fue una mala elección.
A/I: Fuera de Siria y a nivel regional, ¿cree que los partidos islamistas triunfarán con las revoluciones en Oriente Próximo?
S.Y.K.: No son los movimientos islamistas, sino las gentes detrás de los movimientos islamistas. Por ejemplo, los palestinos llevamos más de 60 años exiliados de nuestro país. No tenemos un Estado, ni una nación ni ningún otro país nos ha apoyado. Hemos recurrido al marxismo, hemos recurrido al nacionalismo y a todo tipo de ideología sin con ello lograr nada. La gente está convencida ahora que lo mejor es volver a las raíces de nuestras naciones, raíces que están en el islam. Al mismo tiempo, los movimientos y organizaciones islamistas están muy bien organizados, son honestos en su trabajo e intentan ganar la simpatía del pueblo, por eso son populares y elegidos en las elecciones si estas son transparentes como sucedió en Egipto y en otros países.
A/I: La experiencia iraquí, donde se creó la división entre suníes y chiíes, que provocó una guerra civil, es preocupante cuando se especula sobre el futuro de Siria. ¿Cree que el corte chiísuní se reproduce en Siria?
S.Y.K.: La comunidad chií en Siria es muy reducida y no puede ser el centro de los chiíes de la región. Pero Irán y Hezbolá se han comprometido con el régimen sirio cuando han interferido en la guerra. Si Hezbolá hubiera apoyado a las gentes de la revolución en Siria habría mantenido un sitio en la futura Siria. Pero tras su intervención, cuando la guerra termine, habrán perdido todo rol en el futuro régimen e incluso entre la sociedad siria.
A/I: ¿Cree que Hezbolá se verá muy debilitado si Bashar al Assad cae?
S.Y.K.: No. Hezbolá tiene fuerza en Líbano, no necesita a Siria. Tal vez Irán perderá fuerza para llevar a cabo su proyecto regional. Pero con respecto a Hezbolá, no se verá afectado con los cambios en Siria, porque el apoyo a Hezbolá en el pasado se hacía directamente desde Irán a Líbano, en ocasiones en barco. Assad proveyó asistencia militar más tarde. El impacto logístico sobre Hezbolá será reducido.