Rusia-África del Norte, las relaciones se intensifican

La región despierta el interés de Rusia,gracias a sus recursos energéticos, susceptibles de generar acuerdos especiales hacia Europa y por su condición de demandante de armas.

Antonio Sánchez Andrés

Durante los años noventa, Rusia fue incapaz de restablecer unas relaciones exteriores similares a las existentes durante la Unión Soviética. Estos límites se debieron tanto a la crisis económica de la década anterior, como a que no tuvo la capacidad política para definir su proyección externa. Con Vladimir Putin estas características han cambiado y la política exterior rusa ha experimentado una gran activación. Durante el periodo 2002-04, se normalizaron las relaciones en especial con Egipto y Argelia, mientras que con Marruecos, Libia y Túnez los avances fueron modestos. A partir de 2005, se intensificaron las relaciones de Rusia con estos países.

Un caso destacado es Egipto: en 2005, Putin visitó el país, mientras que en 2006 y a principios de 2008 Hosni Mubarak estuvo en Moscú. En 2005 se cerraron varios acuerdos económicos con Argelia y el estrechamiento de relaciones entre ambos países culminó en 2006 con la visita de Putin y el establecimiento de varios acuerdos de gran envergadura política y económica. No obstante, estos logros se han puesto en entredicho a finales de 2007 cuando Argelia ha cuestionado la entrega de una partida de aviones y se ha revocado un convenio energético ya firmado.

Mientras tanto, Marruecos y Túnez fueron incluidos en las giras diplomáticas del ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, en 2005 y de Putin en octubre de 2006. Con Libia, los contactos se desarrollan más pausadamente, aunque con la vistita de Putin a Trípoli a mediados de abril de este año, se ha establecido un esquema para la cancelación de la deuda exterior libia, que abre nuevas expectativas en el desarrollo de relaciones mutuas. Así pues, Rusia presta cada vez más atención al norte de África. Este artículo tratará de desvelar el contenido de sus relaciones: económicas, energéticas y, por último, se hará referencia a las ventas de armas a estos países.

Relaciones económicas

Las relaciones comerciales de Rusia con los países del Magreb son muy pequeñas. De hecho, mientras que en 2002 eran de 987,3 millones de dólares, en 2006 ascendieron a 2.116,6 millones de dólares. Estas cifras son modestas no sólo en valor absoluto, sino también en términos relativos, pues representan el 0,7% del comercio ruso. Adicionalmente, si se observa la composición del comercio, el 88% está constituido por exportaciones de Rusia. Por añadidura, las relaciones comerciales están geográficamente distribuidas de forma desigual: Egipto concentra el 54% del comercio de la zona y Marruecos el 23% del total.

En el caso de Egipto, además de las relaciones comerciales, destacan los flujos de turistas. En 2006, unos 900.000 turistas rusos visitaron Egipto, siendo el tercer destino de Rusia, después de Turquía y China, y se encuentra en plena expansión, como demuestra el crecimiento del 30% respecto al año anterior. En cuanto a las inversiones, los rusos están participando en algunos proyectos puntuales, como la reparación de las turbinas de la presa de Asuán o la construcción de fábricas de montaje de automóviles y camiones rusos. En los últimos años se ha manifestado interés en los ámbitos espacial y en la energía nuclear.

En cuanto a este último aspecto, en 2008 se ha firmado un acuerdo entre ambos países por el que Rusia participará en el concurso para la construcción de una central eléctrica. También recientemente se está tratando de crear una zona libre cambio (comercial e industrial) en Egipto, donde se utilicen tecnologías y producciones rusas. En Marruecos destacan la construcción de centrales térmicas (Dzherada) e hidráulicas (Mansur Eddahbi, Mulay Yusef y Al-Vayda). Adicionalmente, ambos países firmaron un acuerdo sobre aspectos aeroespaciales que ha acabado poniendo en órbita un satélite marroquí y existen ciertas expectativas de que se construya una central nuclear rusa en este país árabe. Durante los años noventa las empresas rusas participaron en Argelia en la construcción de centrales hidráulicas y de una empresa metalúrgica.

Desde 2004, una compañía rusa participa en la construcción de la presa de Tilezdit, al tiempo que se ha colaborado para poner en órbita un satélite argelino. Recientemente, la empresa Vías Férreas de Rusia ha ganado un contrato para la construcción de un tramo de vías férreas en Argelia por valor de unos 300 millones de dólares. Los proyectos de colaboración con Túnez se reducen a la construcción y mantenimiento del complejo hidráulico de Sidi Al-Barrak, así como a la construcción de presas en cuatro ríos tunecinos. En cuanto a Libia, las relaciones comerciales son prácticamente inexistentes, y los proyectos comunes han sido escasos: centro libio de investigaciones nucleares de Tadzhura, central térmica de Trípoli-Oeste y construcción del gasoducto Homs-Trípoli. No obstante, a raíz de la visita de Putin a Libia en abril de 2008, la empresa Vías Férreas de Rusia construirá la línea Sirte-Bengasi, por un valor de más de 2.000 millones de euros.

Colaboraciones energéticas

Los proyectos en energía se han convertido en una de las principales prioridades de Rusia. Un ejemplo exitoso en la consecución de esta prioridad se materializó en Argelia, aunque recientemente han surgido serias dudas al respecto. Durante la primera mitad de esta década las colaboraciones entre ambos países han sido modestas y se han desarrollado a través de la empresa rusa Stroitransgaz. De hecho, en 2000, comenzó la construcción de un oleoducto, en 2001 ganó una licencia para la explotación de un yacimiento de hidrocarburos, y en 2005, comenzó la construcción de un gasoducto.

A partir de 2006, con la visita de Putin a Argelia y la firma de varios acuerdos se atisbó un punto de inflexión en las relaciones ruso-argelinas. Por un lado, las empresas rusas que ya trabajan en Argelia, en concreto Stroitransgaz y Rosneft’, podrían ampliar sus negocios en el país y, de hecho, han conseguido varias licencias sobre yacimientos de hidrocarburos. Por otro lado, Gazprom podría introducirse en el país, puesto que a raíz de estos cambios consiguió firmar en agosto de 2006 un convenio de colaboración con Sonatrach en el ámbito del gas. Este acuerdo ha levantado susceptibilidades en Europa puesto que podría suponer la aparición de un reparto de mercados y, a largo plazo, podría conducir a la creación de un cartel gasista.

No obstante, el convenio de colaboración entre Gazprom y Sonatrach ha sido revocado recientemente por Argelia, a pesar de que de éste no se habían derivado hasta ese momento resultados concretos. Tradicionalmente las empresas de hidrocarburos rusas han estado muy poco presentes en Egipto y, de hecho, solo funcionan Lukoil que participa en varios yacimientos (Meleiya, el bloque WEEM, en Geysum noreste y en Geysum oeste), con unas inversiones de unos 12 millones de dólares, y Gazprom que comenzó a finales de 2004 a establecer relaciones sobre aspectos gasistas. En cuanto a Libia, cuando Rusia empezó a incentivar más intensamente sus contactos con este país, las empresas europeas, americanas y japonesas ya habían entrado y ocupado posiciones preferentes. En esta situación, Rusia quedó desplazada a un lugar muy marginal: en 2005 Tatneft’ consiguió ganar sólo una licencia de explotación de un yacimiento y, en 2006- 07 Gazprom obtuvo licencias para otros dos. Cabe señalar que en 2008, se constituirá una empresa mixta ruso-libia que le puede permitir a Gazprom participar en un proyecto de gran envergadura en el yacimiento de Melita.

Ventas de armas

Las ventas de armas constituyen un ámbito prioritario para Rusia y trata de extender tales transacciones en estos países. Esta zona tiene la particularidad de que los conflictos existentes justifican la acumulación de armas y la dotación de recursos energéticos constituye un fundamento para financiar las compras. Entre 1962 y 1989, la Unión Soviética vendió a Argelia armamento, prácticamente de todos los tipos, por valor de unos 11.000 millones de dólares. Durante la década de los noventa, las compras de Argelia se paralizaron y solo se restablecieron en 2000 cuando se encargó una partida de 22 bombarderos tácticos Su-24MK y seis aviones IL-78 para abastecer de combustible a los primeros.

En 2002, se hizo un pedido de 42 helicópteros militares de transporte Mi-171Sh. Asímismo, a partir de 2005 se repararon y modernizaron una fragata, una corbeta y dos submarinos. Sin embargo, un cambio esencial en la tendencia de compra de armamento de Argelia tuvo lugar en 2006. Desde principios de ese año se han ido cerrando varios contratos, que ascienden a 10.000 millones de dólares y que consisten esencialmente en 80 aviones de diverso tipo, sistemas antiaéreos, tanques y submarinos. Así pues, Argelia se ha transformado en uno de los primeros clientes de armamento de Rusia, al tiempo que es previsible que Rusia cope al menos un 85% de las adquisiciones argelinas de armas.

No obstante, después de la entrega de los primeros 15 aviones MiG-29, Argelia ha argumentado que el equipamiento de estas plataformas era obsoleto y ha devuelto la partida entera. Aunque se apunta que esta irregularidad no afectará al resto de compras militares y que ese problema se resolverá dando versiones avanzadas de los mencionados interceptores, ciertas sombras se han extendido sobre el conjunto de ventas de armas a Argelia. En el caso de Egipto, durante los años noventa, la parte esencial de las colaboraciones militares se limitaron a la modernización y reparación de armamento soviético que se encontraba en las fuerzas armadas egipcias, así como municiones para esos sistemas.

A principios de esta década, se vendieron 20-30 helicópteros transporte y se modernizaron sistemas antiaéreos. Además, en 2005-07, Rusia vendió a Egipto varios sistemas antiaéreos modernos de diverso tipo. Debe destacarse que existe un acercamiento entre Egipto y Rusia que puede conducir a incrementar la venta de armamento ruso a este país. Es previsible que en un futuro breve Libia y Marruecos se abran como mercados de armas rusas. En el primer caso, aunque durante la etapa soviética adquirió masivamente armamento de ese país, después del levantamiento del embargo, su política ha sido diversificar a sus proveedores.

Por el momento, las compras rusas están congeladas, pero la desconfianza de Occidente a vender a Muammar el Gaddafi armamento avanzado abre las posibilidades de Rusia. Durante 2007 se iniciaron conversaciones entre rusos y libios para la compra de armamento y, parece que, durante 2008, se firmará un contrato de unos 700 millones de dólares. En el caso de Marruecos, aunque nunca adquirío armas de Rusia, en 2005 se cerró una compra de vehículos blindados con artillería antiaérea incorporada. Esta compra puede significar un cambio que se plasmará en la aparición de nuevos pedidos, aunque no es previsible que la demanda de armamento ruso sea masiva.

Conclusiones

A la luz de las relaciones de Rusia con los países del Magreb se puede atisbar la voluntad de Moscú de desarrollar sus contactos con esta zona. Los motivos esenciales radican en que constituyen fuentes de hidrocarburos, lo que puede dar lugar a colaboraciones mutuas especiales, orientadas hacia dos ámbitos. En primer lugar, la región constituye una fuente de abastecimiento de gas para Europa, es decir, el principal mercado de hidrocarburos rusos. Aunque la extensión de estas colaboraciones pueden interpretarse bajo el prisma de tratar de hacer una pinza para ser utilizada contra la Unión Europea, desde otro punto de vista, puede permitir a Rusia, a través de contratos de intercambio de activos, abastecer de gas al sur de Europa, donde no llega en la actualidad. En segundo lugar, las fuentes energéticas de estos países les conceden una solidez financiera destacable que los puede transformar en demandantes de armas, es decir, una de las prioridades de proyección exterior de Rusia.