afkar/ideas
Co-edition with Estudios de Política Exterior
Política de vecindad: hacia una relación regional y bilateral
Europa es consciente de que su seguridad y prosperidad pasan por compartir su bienestar con sus vecinos. La PEV y el partenariado son la expresión política de esa necesidad, opina la comisaria de Relaciones Exteriores.
ENTREVISTA con Benita Ferrero-Waldner por Jordi Bertran
Como comisaria europea de Relaciones Exteriores y Política de Vecindad, Benita Ferrero- Waldner tiene entre sus objetivos establecer sólidas relaciones entre la Unión Europea (UE) tanto con sus países vecinos de Oriente como con los del sur y este del Mediterráneo, estos últimos integrados desde 1995 en el partenariado euromediterráneo. El vigor y rendimiento de estas relaciones dependerá en los próximos años de la buena marcha de la política europea de vecindad (PEV), estrategia política que la UE creó en 2004 para trabajar por la estabilidad, seguridad y prosperidad en sus fronteras más inmediatas. A finales de 2006, la Comisión Europea ratificó el potencial de la PEV para apoyar procesos de cambio en los países vecinos en todos los ámbitos. En este sentido, se anunciaron en los primeros meses de 2007 diversos paquetes de ayuda económica para los próximos años destinados a acompañar las reformas en los países que han suscrito su correspondiente plan de acción, el mapa de ruta que rige los compromisos entre la UE y cada uno de los Estados en el marco de la PEV. Entre los países mediterráneos que ya tienen un plan de acción en vigor destacan Marruecos, Túnez, Israel y Jordania, mientras que Egipto lo ha suscrito a principios de este año.
AFKAR/IDEAS: En 2005, la Cumbre euromediterránea de Barcelona celebró el décimo aniversario del Proceso de Barcelona y suscribió un programa 2005-2010 para darle un nuevo impulso. ¿Qué se ha cumplido de ese plan y qué se prevé alcanzar en 2007?
BENITA FERRERO-WALDNER: Estamos en una nueva fase de la asociación euromediterránea. La Cumbre de 2005 marcó el comienzo de una etapa mucho más operativa con la puesta en marcha de iniciativas concretas que están avanzando bien. A esto se unen las ofertas de nuestra PEV que cubre también los países del Mediterráneo. De la Cumbre surgió un Código de Conducta contra el Terrorismo, tema cercano a las preocupaciones de los ciudadanos. Desde entonces también hemos lanzado iniciativas importantes en asuntos clave como el papel de la mujer en la sociedad, un ambicioso programa de descontaminación del Mediterráneo o la extensión de las redes transeuropeas de transporte hacia el Sur. Nuestro trabajo en estos años nos ha permitido, por otro lado, consolidar la Asamblea Parlamentaria Euromed, crear la Fundación Anna Lindh para el Diálogo entre Culturas, reforzar la Platafoma de la sociedad civil y finalmente crear la FEMIP (Facilidad euromediterránea de Inversión y Partenariado) dentro del Banco Europeo de Inversiones (BEI).
La Comisión aspira a estar más próxima a nuestros vecinos, por lo que en diciembre de 2006 hicimos una nueva propuesta en el marco de la PEV, que incluye mejorar la oferta de integración económica, examinar el sistema de visados para facilitarlos, potenciar los intercambios personales y la dimensión temática de las relaciones con nuestros vecinos en asuntos clave hoy en día como energía, emigración, transporte… Para 2007 tenemos una agenda bastante ambiciosa. Esperamos alcanzar acuerdos concretos sobre la emigración legal, la lucha contra la emigración ilegal y la relación entre emigración y desarrollo y avanzar en la creación de un mercado euromediterráneo de energía. Y finalmente, en junio lanzaremos el programa de becas para estudiantes de nuestros socios mediterráneos que propuse en la Cumbre de Barcelona. Como ve, hemos avanzado mucho desde 2005. Estamos sentando las bases institucionales de una colaboración regional y bilateral duradera; una arquitectura que responde al compromiso político colectivo de todos los Estados de las dos riberas del Mediterráneo.
A/I: Se han conmemorado recientemente los 50 años de la construcción europea. ¿Cree que, pese a los problemas que aquejan el dinamismo de la UE, todavía inspira confianza y se interpreta como un modelo ideal entre los países vecinos del espacio euromediterráneo?
B.F.W.: Creo que la integración europea es hoy un modelo único en el mundo. Ha sido un éxito rotundo que permite que más de 450 millones de ciudadanos compartan en paz un mismo espacio de convivencia política y económica respetando las diferencias, las naciones, las lenguas, las identidades y, por encima de todo, las libertades y los principios democráticos. Pero lógicamente las jóvenes generaciones no se conforman con esto. La generación que ha vivido en una Europa en paz, con la dramática excepción del conflicto en la antigua Yugoslavia, es exigente. El proyecto europeo tendrá que demostrar que también representa un espacio de oportunidad y de solidaridad para los jóvenes, para los herederos de los que construyeron Europa. El gran reto es la profundización de la construcción europea para poder responder a los desafíos endógenos y exógenos que el continente deberá afrontar en los próximos 20 años, y entre ellos, el desafío y las oportunidades que representa el Mediterráneo.
A/I: Desde la sociedad civil se insiste muchas veces en que un salto cualitativo importante en el desarrollo de los países de la ribera sur del Mediterráneo dependerá en buena parte de una voluntad política por parte de la UE. ¿Cree que la UE ampliada está preparada para asumir un compromiso fuerte y con dotaciones económicas significativas hacia el Mediterráneo?
B.F.W.: Sí lo creo. Europa y la opinión pública europea son más conscientes que nunca que nuestra seguridad y nuestra prosperidad pasan necesariamente por compartir nuestro bienestar, empezando con nuestros vecinos. La PEV y el partenariado son la expresión política de esa necesidad. Europa no ahorrará esfuerzos en este sentido y se nos van a exigir resultados a todos, a la Comisión, a los Estados miembros y a los socios mediterráneos. El instrumento financiero de la PEV supone un incremento del 30% de recursos con respecto a los instrumentos anteriores y con la puesta en marcha del nuevo Fondo de Inversiones para la Vecindad, esperamos movilizar recursos adicionales creando sinergias entre el BEI, el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo y otras instituciones financieras bilaterales y multilaterales. Queremos que el nuevo fondo de inversiones sea la palanca para las inversiones en la región, necesarias no solo para crear empleo o modernizar las infraestructuras, sino también para transferir el conocimiento de nuestras empresas a nuestros vecinos y socios.
A/I: Entre los obstáculos para desplegar la PEV, algunos observadores han apuntado la dificultad de tratar con la misma política a países con necesidades tan diferentes como Ucrania, Marruecos o Israel. Si a eso le añadimos que a los países socios del este de Europa no se les cierra del todo la posibilidad de la adhesión, ¿cree que estas diferencias pueden complicar la aplicación de la PEV?
B.F.W.: La PEV ha sido precisamente diseñada para tener en cuenta estas diferencias. Los objetivos para cada país son concretos y distintos porque no todos tienen las mismas necesidades, y porque hay diferencias considerables en sus niveles de desarrollo político o económico. Sin embargo, nuestro objetivo sigue siendo el mismo: crear una zona de estabilidad y de crecimiento desde Marruecos hasta Rusia; un anillo de cooperación, de intercambio y de proximidad constructiva. Pero el nivel de cooperación de un país vecino en sus relaciones con Europa dependerá también del nivel de ambición del país, de su capacidad y voluntad de suscribir acuerdos con Europa en campos como la emigración, las inversiones, la energía, la protección del medio ambiente o los transportes. La ambición tiene que ser recíproca y el hecho de que hayamos concluido planes de acción hechos a medida con casi todos nuestros vecinos así lo demuestra.
A/I: Marruecos ha sido uno de los países con más interés en reforzar su relación con la UE. Fue de los primeros en firmar en 2004 el plan de acción en el marco de la PEV y usted valoró muy positivamente el primer año de su puesta en práctica. En el seminario “UE-Marruecos: hacia un estatuto avanzado” celebrado en Barcelona en marzo, anunció ayudas para Marruecos de 654 millones de euros para el periodo 2007-2010. ¿Cómo valora la reivindicación de Marruecos de continuar progresando en los acuerdos con Europa a cambio de alcanzar un estatuto avanzado?
B.F.W.: Marruecos ha acogido muy positivamente la política de vecindad. Creo que en ella encuentra el instrumento adecuado para profundizar en sus relaciones con la UE, que es una de sus reivindicaciones desde hace tiempo. Ya en 2000, tras la entrada en vigor del acuerdo de asociación UE-Marruecos, el rey Mohamed VI expresó este deseo. Estamos dispuestos a responder favorablemente a la demanda de Marruecos. Prueba de ello es que hemos establecido un acuerdo histórico sobre la cuestión aérea, hemos asegurado su participación en las fuerzas europeas ALTHEA en Bosnia Herzegovina y cooperamos estrechamente en materia de emigración. Marruecos puede encontrar en la UE un punto de referencia para sus reformas y un socio a la escucha de sus necesidades específicas. Creo que el plan de acción ambicioso que hemos preparado conjuntamente, junto con el nuevo paquete de ofertas propuesto a los países vecinos, nos permitirá alcanzar un nuevo estadio en nuestras relaciones bilaterales.
A/I: La petición marroquí está arropada por los gobiernos de España, Francia y Portugal. ¿Cree que este apoyo puede acelerar la concesión a Marruecos de este estatuto avanzado?
B.F.W.: Estos tres países tienen relaciones intensas con Marruecos por cuestiones históricas, económicas y por el intercambio humano entre ellos. Es normal y positivo que compartan con los otros miembros de la UE su conocimiento privilegiado de las realidades y de los progresos desarrollados por Marruecos. Según las reglas de la UE corresponde ahora a la Comisión hacer una propuesta que todos los Estados miembros deberán apoyar. Por ello les he pedido a nuestros amigos marroquíes que doblen sus esfuerzos para explicar el proceso de modernización y de transformación que han emprendido.
A/I: ¿Cómo valora el acuerdo de libre cambio entre Marruecos y Estados Unidos? ¿Cómo interpreta esta relación en el marco de las aspiraciones marroquíes hacia Europa?
B.F.W.: Los objetivos de este acuerdo son muy parecidos a los del acuerdo con la UE. Nosotros compartimos con EE UU el deseo de apoyar a Marruecos en sus esfuerzos de apertura y de modernización económica y social. Ambos acuerdos le permitirán desarrollar oportunidades de exportación y, por tanto, crear más empleo. Sabemos que la creación de empleo constituye uno de los principales retos que debe afrontar cualquier país para reducir la pobreza y la miseria y para dar a cada ciudadano las perspectivas de una mejora de su existencia y de la de sus hijos.
A/I: Uno de los aspectos positivos de la PEV, destacados por la Comisión, es que en la negociación de los planes de acción se abordan de forma integral las cuestiones económicas, sociales y culturales pero también las relativas a la gobernabilidad y a los derechos humanos. Incluso se ha creado un Instrumento de Gobernabilidad en el marco de la PEV. ¿Cree que este nuevo enfoque favorecerá determinadas mejoras en Marruecos en estos ámbitos?
B.F.W.: La Facilidad de Gobernabilidad no es un instrumento nuevo. Ya lo habíamos introducido en el último año de los programas MEDA y, de hecho, Marruecos, junto a Jordania, se benefició de fondos adicionales gracias a ella. Nuestro objetivo con esta Facilidad es simple. Uno de nuestros principios fundamentales en la PEV es abordar los temas relacionados con los derechos humanos y la gobernabilidad con nuestros vecinos y de encontrar medios para profundizar nuestra cooperación en este campo. En este contexto la Facilidad de Gobernabilidad quiere incentivar la puesta en marcha de reformas sin imposiciones. Además, no se obligará a los países que la reciban a utilizar los fondos adicionales en el campo de los derechos humanos y de la gobernabilidad sino que les daremos la posibilidad de utilizarlos en otros sectores prioritarios, como la educación o el desarrollo económico, lo cual deberá reforzar el carácter positivo de este instrumento.
A/I: Túnez ha sido, con Marruecos, uno de los países que más ha apostado por su acercamiento a Europa y uno de los que más ha progresado en el bienestar económico de sus ciudadanos respecto a sus vecinos del Magreb. ¿Cree que el nuevo enfoque de la PEV también permitirá que avance en los ámbitos de los derechos humanos y de gobernabilidad?
B.F.W.: El enfoque de la política de vecindad es global, cubre todos los sectores de diálogo y cooperación con nuestros vecinos, como se refleja en el contenido del plan de acción acordado con Túnez. Este país es un socio muy importante de la UE y nos hemos comprometido a acompañarlo en sus reformas. Ahora es responsabilidad del gobierno tunecino aprovechar al máximo esta oportunidad. Precisamente porque Túnez está bastante avanzado en el plano ecónomico y social, sería decepcionante si en gobernabilidad se queda retrasado.
A/I: En cambio, Argelia no firmó hasta 2005 su acuerdo de asociación con la UE. ¿Cómo cree que evolucionará la relación de este país con la UE en el marco de la PEV?
B.F.W.: Argelia firmó el acuerdo de asociación en 2002 aunque el proceso de ratificación duró más tiempo de lo previsto y el acuerdo entró en vigor en 2005. Argelia, por razones propias, ha preferido concentrar sus esfuerzos de momento en la explotación del potencial de este acuerdo antes de abrirse inmediatamente al capítulo de la PEV. Es una postura que comprendemos y quedamos abiertos a avanzar una vez que Argelia así lo desee. Mientras tanto, es importante subrayar que la puesta en marcha del acuerdo de asociación va bien, con un diálogo sólido sobre un número de asuntos clave (comercio, puesta al día de la economía, justicia y asuntos de interior…).
A/I: La Comisión valoró a finales de 2006 que la gestión de la movilidad y las migraciones deben mejorarse en el marco de la PEV. ¿Qué medidas se han tomado para avanzar en este sentido y qué papel deberían desempeñar los países del Magreb, especialmente Marruecos, que ya ha destacado como un firme colaborador de Europa en este ámbito?
B.F.W.: Hemos tomado algunas medidas. Hemos propuesto suavizar las formalidades de entrega de visados y suprimir los obstáculos a los viajes efectuados por motivos legítimos, como los que tienen fines comerciales, educativos, turísticos y oficiales. Esto se enmarca dentro de un enfoque global que incluye también trabajar en aras de una mejor gestión de los flujos migratorios, solucionar el tema de la readmisión, cooperar en la lucha contra la inmigración clandestina y una gestión más eficaz de las fronteras.
A/I: La contribución europea a la resolución de conflictos era otro de los aspectos que requerían más compromiso y esfuerzo según la evaluación que hacía entonces la propia Comisión. ¿Qué papel puede desempeñar Europa en la resolución del contencioso del Sáhara Occidental? ¿Qué opina del Plan de Autonomía diseñado por el gobierno marroquí?
B.F.W.: Como sabe, corresponde a las Naciones Unidas la mediación en la cuestión del Sáhara Occidental. La UE desempeña un papel de apoyo diplomático a sus esfuerzos. Nosotros estamos dispuestos a apoyar cualquier proceso que lleve a una solución política aceptable por ambas partes.
A/I: La Comisión ha lanzado un ambicioso proyecto dirigido a los medios de comunicación para suplir la falta de información sobre la otra ribera del Mediterráneo y sobre el proyecto euromediterráneo. ¿Qué misión tiene este proyecto y con qué recursos contará?
B.F.W.: Los medios de comunicación son fundamentales para promover el diálogo y también para difundir sus frutos. Con esta iniciativa hemos querido extender el diálogo euromediterráneo a los medios de comunicación y hacerles no solo partícipes sino también dueños y responsables de sus resultados. Para el periodo 2007-2013 hemos asignado 12 millones de euros a esta cuestión.