Los Hermanos Musulmanes del Egipto pos Mubarak
“Necesitamos una Constitución y un sistema legislativo que garanticen una democracia. Nadie debe tener poder sobre la voluntad de la mayoría”.
ENTREVISTA con Abdel Monem Abu el Fotoh por Valentina Saini
Abdel Monem Abu el Fotoh es secretario general del Sindicato Médico Árabe y miembro del Comité Ejecutivo de los Hermanos Musulmanes de Egipto. Su activismo político comenzó cuando era un joven estudiante de Medicina en la Universidad de El Cairo, como miembro fundador de Al Yamaa al Islamiya, movimiento estudiantil en el que militaron muchos de los actuales miembros de los Hermanos Musulmanes, durante el gobierno de Anuar el Sadat. Considerado uno de los mayores exponentes de la corriente más reformista de la organización, Abu el Fotoh participó en el coloquio “La Primavera Árabe”, celebrado en Madrid los días 3 y 4 de mayo, organizado por el Instituto Francés de Madrid y Casa Árabe, con la colaboración del Instituto Europeo del Mediterráneo (IEMed), Fundación para las Relaciones Internacionales y el Diálogo Exterior (FRIDE) y otras instituciones españolas e internacionales.
Abu el Fotoh destacó algunas de sus ideas, que rompen estereotipos bien anclados en el imaginario colectivo: la democracia no representa un sistema de gobierno exclusivamente occidental, sino que pertenece a cualquier pueblo que quiera conquistarla, aunque sea a partir de su propia tradición y cultura. En este sentido, afirmó que en el islam existen mecanismos democráticos de participación política que desmontan la supuesta incompatibilidad entre esta religión y la democracia. Además, indicó que la presencia de un mayor número de fuerzas políticas en el Egipto pos Mubarak es indudablemente positiva, tanto para mejorar el diálogo social en torno a la construcción de un nuevo Egipto, como para que los Hermanos Musulmanes puedan mejorar su trabajo como fuerza política tras muchos años de enfrentarse únicamente al Partido Nacional Democrático (PND).
Por último, y a modo de autocrítica, considero un error el hecho de que los Hermanos Musulmanes excluyeran de su programa electoral de 2005 la posibilidad de que una mujer o un copto pudiera ser presidente de Egipto, puesto que el criterio debe ser la ciudadanía, no el sexo, ni la raza ni la religión. Todas estas cuestiones las comentaba a AFKAR/IDEAS días antes de anunciar su intención de presentar su candidatura como independiente a la presidencia de Egipto y de que los Hermanos Musulmanes pidieran el reconocimiento oficial de su Partido Libertad y Justicia, en el que se integran varios miembros coptos, entre ellos su vicepresidente, y que deberá competir con otras fuerzas políticas islámicas como el partido Al Wasat al Gadeed (El Nuevo Centro) u otras formaciones de carácter salafista.
AFKAR/IDEAS: ¿Qué opina de la intención de los Hermanos Musulmanes de constituir el Partido Libertad y Justicia?
ABU EL FOTOH: Por lo que respecta al partido, será una entidad completamente separada de los Hermanos Musulmanes, porque actuará como partido político, mientras que la organización continuará su trabajo asociativo para reformar la sociedad a partir de los principios islámicos. Hasta el momento, el partido cuenta con unos 700 miembros que proceden directamente de los Hermanos Musulmanes, pero sigue abierto para que otras personas externas a la Hermandad se adhieran, por supuesto también coptos. Cualquier egipcio que se reconozca en los principios del partido es bienvenido.
A/I: Ha dicho que los Hermanos Musulmanes no conseguirán más del 20% de los escaños en el próximo Parlamento. ¿Tiene una opinión distinta tras la decisión de la corte de disolver el PND?
A.E.F: Mi opinión no se basa solo en la presencia o ausencia del PND, sino también en una evaluación del poder que los Hermanos Musulmanes tienen actualmente en nuestra sociedad. A pesar de esta decisión, sigo pensando que el Partido Libertad y Justicia ganará un 20% o 25% de los escaños en las próximas elecciones. La proporción de escaños obtenidos por el PND durante las últimas elecciones, con un proceso electoral fraudulento, se redistribuirá entre las otras fuerzas políticas, tanto las antiguas como las nuevas que están naciendo tras la caída del régimen dictatorial de Hosni Mubarak. En todo caso, creo que los Hermanos Musulmanes tendrán un buen resultado. Aun así, estoy seguro de que ninguna fuerza política, incluido el Partido Libertad y Justicia, podrá formar un gobierno por sí solo, sino que se tendrá que formar una coalición de las fuerzas más votadas para gobernar.
A/I: Hasta ahora el rol de los Hermanos Musulmanes en el Parlamento ha sido sobre todo de oposición y de reivindicación de las libertades y derechos fundamentales. ¿En qué se va a basar su actuación parlamentaria tras las próximas elecciones?
A.E.F.: El principal objetivo de los Hermanos Musulmanes en el nuevo escenario político será la construcción de un Estado democrático y el fomento del progreso de Egipto. Para ello necesitamos una Constitución y un sistema legislativo que garanticen un gobierno realmente democrático. Al mismo tiempo, tendremos que concentrarnos en desarrollar nuestro país, reformando la agricultura, la industria, y creando un entorno favorable para las inversiones y las relaciones comerciales. Aún hemos de esforzarnos y trabajar mucho para reconstruir el país.
Tras las elecciones, ninguna fuerza política podrá formar gobierno sola, sino en coalición
A/I: ¿Qué proponen para solucionar los problemas socioeconómicos más apremiantes de Egipto y favorecer el empleo de los jóvenes?
A.E.F.: Cerca del 75% de la economía egipcia está basada en el sector privado, pero hasta ahora éste se ha visto afectado por una profunda corrupción. Queremos que el sector privado siga contribuyendo a la economía, pero tras un proceso de renovación honesto, sin prácticas corruptas. En este sentido, cualquier reforma económica tendrá que estar basada en una reforma política real y profunda. Para ello, fomentaremos las inversiones, tanto desde el interior como desde el exterior, con el objetivo de construir unos sectores agrícola e industrial fuertes y de calidad. En este sentido, en mi opinión, los países europeos son los más cercanos a nosotros, los que mejor pueden entender la mentalidad árabe y con los que nuestras relaciones comerciales tienen un gran potencial.
Por supuesto, tendremos que trabajar al máximo para ayudar a los jóvenes a participar en el desarrollo de nuestro país, por ejemplo a través de la concesión de pequeños créditos para sus proyectos empresariales. Ésta sería una manera de afrontar el desempleo juvenil, que es una de las principales cuestiones para nosotros. La razón por la que tantos jóvenes de la región han emigrado o intentado emigrar hacia Europa, corriendo tantos riesgos, es la falta de perspectivas que desafortunadamente ha habido siempre en nuestros países. Ahora esto puede cambiar, y es el momento de hacer todo lo posible para crear las perspectivas que los jóvenes necesitan para vivir y trabajar dignamente en nuestro país.
A/I: En varias ocasiones han declarado que su visión para Egipto es la de un Estado civil basado en un marco de referencia islámico. ¿Cómo afectaría la “referencia islámica” del Estado a la minoría copta?
A.E.F.: Cuando hablamos de un Estado civil, nos referimos a un Estado que no sea militar. Por otro lado, el Estado secular es opuesto al religioso. Pero dentro del marco de referencia de los principios del islam no encontramos un sistema de gobierno religioso, ni tampoco un Estado militar. En el islam, el Estado se basa en los principios islámicos. Para ser más precisos, se trataría de un Estado civil y no religioso. El Estado secular conlleva una completa separación entre la religión y el Estado o la política, pero este problema no existe en el islam. Es una cuestión que se presentó en Europa durante la Edad Media, cuando la Iglesia dominaba y gobernaba todo aspecto de la vida. Pero el islam no pretende interferir en el día a día del Estado, por esta razón no hay ninguna razón para separar la religión del Estado.
Eso no representará tampoco ningún problema para la minoría copta. Además, preferimos no llamar a los coptos de Egipto “minoría”, porque es un término que, en algunos contextos, puede estar vinculado con problemas étnicos. Nuestros conciudadanos coptos tienen el mismo estatus que los musulmanes, todos nosotros, musulmanes y cristianos en Egipto tenemos los mismos orígenes. Antes de la llegada del islam, todos éramos cristianos, y egipcios. No existe ninguna “minoría” copta en Egipto, somos los mismos, con los mismos derechos y los mismos deberes. Nosotros, como musulmanes, creemos que los derechos y deberes dependen de la ciudadanía, no de la religión, sexo o raza u otros factores.
Todos, musulmanes y cristianos, mujeres y hombres, necesitamos tener los mismos derechos y deberes. Los problemas de la dictadura del anterior presidente, los incidentes que hemos tenido entre musulmanes y coptos, pueden haber sido causados por el régimen. Hay una investigación en curso sobre el atentado a una iglesia en Alejandría, que apunta a que podría haber sido provocado por la policía egipcia. Es cierto que a veces hay conflictos aislados entre musulmanes y coptos, pero no significa que sea un fenómeno extendido.
A/I: Acerca del hecho de que el islam no prevé un Estado islámico, ¿qué opina de la forma de gobierno de Irán?
A.E.F.: El islam en Irán es chií, nosotros hablamos del islam suní. Nuestros hermanos en Irán tienen una institución conocida como el líder religioso. Nosotros, como suníes, rechazamos totalmente este tipo de régimen, no reconocemos el gobierno o la autoridad de los representantes religiosos. Nadie, ni Abu Bakr ni Omar (los dos primeros califas tras la muerte del Profeta, ambos figuras importantes del islam suní pues pertenecen al grupo de califas rashidíes “bien guiados”, no cuestionados, NDLR), tiene poder sobre la voluntad de la mayoría. En nuestra interpretación del islam, como pertenecientes a los Hermanos Musulmanes, cualquier cosa, cualquier ley o iniciativa debe ser aprobada por la mayoría. Cualquiera que sea la fuente de aquella ley, islámica, anglosajona u otra, tendrá que pasar por el Parlamento para ser aprobada o rechazada, según la voluntad de la mayoría. Y todo esto bajo la observación del Tribunal Constitucional. Esa es la manera en que tendríamos que gestionar nuestra vida política.
Como suníes, no reconocemos el gobierno o autoridad de los representantes religiosos
A/I: ¿Qué rol están teniendo las nuevas generaciones de los Hermanos Musulmanes en esta fase? ¿Hay divisiones generacionales en el movimiento?
A.E.F.: No hay divisiones, los jóvenes no están separados del movimiento. Son jóvenes y tienden a ser rebeldes. Es verdad que hasta ahora no han tenido mucha voz en la dirección y en la toma de decisiones, pero gradualmente empezarán a desempeñar su rol, porque todos los jóvenes, en Egipto y fuera, representan el presente y el futuro. Por eso deberíamos ayudarles a que participen más en la organización y en la vida política en general.