Libia, desafíos de seguridad
Libia, desafíos de seguridad “No sirve utilizar al norte de África como muro, como zona de seguridad que impida el paso hacia Europa. Hay que abordar la inmigración a partir del desarrollo”.
ENTREVISTA con Mohamed Emhemed Abdulaziz por Lurdes Vidal
Días después del convulso secuestro del primer ministro libio Ali Zeidan y de la tragedia de Lampedusa, Mohamed Emhemed Abdulaziz, ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación de Libia participaba en el Foro Económico del Mediterráneo Occidental (5+5) en Barcelona. En este Foro se mencionó repetidamente la importancia de las inversiones y la estabilidad económica para la región, pero el proceso de construcción del Estado libio parece estar más condicionado por la situación de seguridad y la estabilidad política.
AFKAR/IDEAS: ¿Cuáles son los planes del gobierno libio para desmantelar las milicias existentes en el país y mejorar la situación de la seguridad?
MOHAMED EMHEMED ABDULAZIZ: La impresión general es que los grupos militares en Libia son la principal fuente de problemas, pero debemos tener en cuenta que, a diferencia de Egipto o Túnez, donde existían unas infraestructuras de defensa, un sistema de inteligencia y unas fuerzas de seguridad, en Libia empezamos desde cero y, por tanto, los que se ocupan de la seguridad en este momento son algunos de los grupos militares, puesto que la policía es aun una institución muy débil. Sin embargo, es cierto que hay algunos elementos que resultan problemáticos, que suelen provocar incidentes aislados.
Los secuestros, robos, o incluso la protección de las embajadas son preocupantes pero no podemos castigar al gobierno libio por actos que cometen unos pocos. Dicho esto, lo que nos hace falta es tiempo porque estamos en una situación posconflicto. Si no contamos con el apoyo técnico y de formación de nuestros socios internacionales no podemos avanzar en el proceso de mejora de la seguridad, especialmente en una región en la que ésta no depende solo de nosotros. El reto es plantear una estrategia que tenga en cuenta también a nuestros países vecinos.
A/I: En el caos libio resulta difícil disociar el proceso político de la seguridad. ¿En qué punto se encuentra la redacción de la Constitución?
M.E.A.: Las buenas noticias son que ahora mismo el Congreso Nacional ha aprobado la ley relativa a la comisión de 60 miembros que se encargará de redactar el texto constitucional. Esperemos que antes de fin de año podamos terminar el proceso de elección de estos 60 miembros.
A/I: ¿Cómo aborda Libia la cuestión de la salida de pateras hacia Lampedusa?
M.E.A.: Hay que tener claro que el problema de la inmigración ilegal ya existía antes de la revolución y no tiene nada que ver con la situación de seguridad o estabilidad en Libia. Desde hace años se produce este flujo de emigrantes de Sur a Norte, pero las rutas van cambiando y las mafias se han aprovechado de la actual situación de vulnerabilidad que sufre el país. La razón de fondo de esta emigración es económica. A falta de poder satisfacer sus necesidades básicas en sus países de origen, muchos deciden partir hacia Europa o quedarse en Libia. A todo esto hay que añadir la dimensión política: el conflicto en Siria, los problemas en Egipto, las consecuencias de la guerra en Malí… son algunos de los factores que empujan a las personas a cruzar hacia Europa.
La solución no pasa por un único país del norte de África, sino que es necesario un enfoque integral que cree sinergias entre el norte y el sur del Mediterráneo. Se requiere una estrategia que no solo tenga en cuenta el enfoque represivo. No sirve utilizar al norte de África como muro, como zona de seguridad que impida el paso hacia Europa. Hay que abordar la cuestión a partir del desarrollo. Proporcionar asistencia en origen puede mitigar el flujo de emigrantes, en el caso del África subsahariana, pero hay que tener en cuenta que la presencia de emigrantes sirios, palestinos o egipcios requiere una estrategia más compleja, que no se limite únicamente a la seguridad