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Co-edition with Estudios de Política Exterior
Las economías magrebíes más liberalizadas no temen la ampliación de la UE
La creación de empleo y la mejora del nivel de vida en el Magreb son requisitos imprescindibles tanto para el Norte como para el Sur.
ENTREVISTA a Chekib Nouira por Martí Grau y Darío Valcárcel
Chekib Nouira, director del Instituto Árabe de Jefes de Empresas, habla sobre las perspectivas económicas y empresariales del Magreb ante la ampliación de la Unión Europea y de las reformas emprendidas en esos países.
AFKAR/IDEAS: Entre los empresarios magrebíes existe una creciente inquietud con respecto a la apertura de la Unión Europea hacia el Este. ¿En qué medida cree usted que esa ampliación disminuirá la atención de la UE hacia el Mediterráneo y su orilla sur y comportará nuevos desafíos para las empresas magrebíes?
CHEKIB NOUIRA: Es cierto. Pero la inquietud varía según el grado de liberalización de las economías. Por ejemplo, los empresarios tunecinos o marroquíes, que tuvieron la experiencia de la apertura de su mercado están menos preocupados que hace unos años. Los más optimistas que son con frecuencia los que se han « puesto a nivel » y que son los más eficaces, piensan en la ampliación como una ampliación de su mercado y en nuevas oportunidades para la comercialización de sus productos. Por supuesto, siempre quedarán nostálgicos de los mercados protegidos, que forzados por la realidad de las cosas acabarán, so pena de desaparecer, por hacer frente a los desafíos de la “puesta a nivel”, por mejorar su índice de encuadramiento, por mejorar la productividad, la calidad y la apertura a los mercados de exportación.
A/I: En su calidad de empresario, ¿cuáles son las necesidades más urgentes de la relación entre la UE ,una entidad supranacional, y las sociedades tunecina, argelina y marroquí?
C.N.: La relación entre la UE y el Magreb debe ser contemplada desde el punto de vista exclusivo de la cooperación y de los intereses comunes. Un Magreb en recesión, que no llega a crear los empleos necesarios para cubrir la demanda adicional, incapaz de mejorar el nivel de vida de sus ciudadanos, sería un problema, incluso un peligro, para sus vecinos, tanto del Norte como del Sur.
A/I: ¿Cuál es su enfoque personal sobre la relación entre Túnez y la UE a nivel del sistema financiero, ahora que el euro tiene tres años?
C.N.: El euro se ha convertido, para nuestra región, en una moneda indispensable. Si no hubiera sido por la importancia de las transacciones de materias primas en general y petroleras en especial, que siguen referenciadas en dólares, el euro habría sido la moneda de referencia. No olvidemos que cerca del 75% del comercio del Magreb se hace con la UE.
A/I: ¿Cómo creen ustedes, en el Mediterráneo sur, que puede ser relanzado el Proceso de Barcelona ? ¿Como interpreta la propuesta de ‘nueva vecindad ‘ de la UE?
C.N.: Nosotros, jefes de empresas, esperamos que todos los esfuerzos de relanzamiento tengan éxito. No solamente porque es de nuestro interés, sino porque nosotros estamos convencidos que es también el de los operadores del Norte. Creo que los empresarios pueden aportar mucho a los gobiernos y están con frecuencia más cerca de las realidades sobre el terreno: de los peligros del inmovilismo, pero también del interés y de la esperanza que aportaría un codesarrollo entre las dos orillas del Mare Nostrum.
A/I: ¿Cómo afrontar el problema cotidiano, trágico, de la emigración clandestina y cómo transformarlo en una oportunidad para el desarrollo?
C.N.: La única formar de parar la inmigración clandestina es el desarrollo económico mediante la inversión y la creación de empleos duraderos y la mejora del nivel de vida. Añadiré, para algunos países, el control del crecimiento demográfico. Incluso en ciertos países del Sur de renta media, se comienza a ver a la inmigración clandestina, como una primera etapa de hecho para mejorar la vida de esa pobre gente, cuyo objetivo final es la emigración, con frecuencia en condiciones dramáticas, hacia el Norte. Esa fuerza de trabajo debe ser contemplada como una fuerza de producción que asociada con los capitales y a la tecnología europeos y con una formación y una educación adecuadas se convertiría en la baza que daría a nuestra región un fuerte potencial de desarrollo.
A/I: ¿Cuáles son las perspectivas existentes para que el Magreb deje de ser un concepto retórico y pueda producirse una aproximación real entre los cinco países que lo componen? ¿Cuál debería ser el papel de Europa en la promoción de una cooperación más estrecha Sur/Sur?
C.N.: Europa ha tardado décadas en construirse. Primero la constituyeron países con sistemas políticos, ideologías y niveles de desarrollo similares. Ese no es el caso del Magreb. Sólo hace unos años que las economías de algunos de los países de la región han comenzado a liberalizarse. Cuando los sectores privados se desarrollen y los intereses entre operadores se establezcan, las cosas avanzarán deprisa.
A/I: Los inversores europeos, especialmente los franceses, italianos y españoles, refuerzan poco a poco sus inversiones en el Magreb. ¿Cuáles son las nuevas garantías jurídicas que los cinco estados magrebíes están dispuestos a ofrecer en relación con esas inversiones ?
C.N.: El arsenal jurídico existente asegura todas las garantías a los inversores extranjeros. Los éxitos de los inversores en ciertos países son espectaculares y poco conocidos. Los índices de beneficios son elevados, pero como buenos mediterráneos, se habla poco de ello.
A/I: ¿Cuáles son, para los inversores extranjeros, los principales atractivos de los mercados magrebíes, en especial del mercado tunecino ?
C.N.: Una fuerza de trabajo educada, formada y sobre todo apta para la formación, costes competitivos, una legislación que permite todas las garantías, una fiscalidad estimulante y una infraestructura que, asociada con una situación geográfica ideal (en el centro del Mediterráneo), permite entregas seguras, regulares y rápidas.
A/I: Túnez se distingue por sus reformas económicas, sobre todo las del sector servicios y las que conciernen a la diversificación de la economía en general. ¿Cuáles son los desafíos que aún persisten para la Administración tunecina con respecto a las reformas?
C.N.: Las reformas deben ser permanentes. El mundo no deja de moverse. Lo que parecía ser una ventaja ayer, puede ser, en términos de competitividad, insuficiente mañana. La administración tunecina tiene esa capacidad de evolucionar, lo que es tranquilizador.
A/I: ¿Cuáles son los elementos cruciales que las empresas tunecinas deben introducir para mejorar su competitividad, tanto a nivel nacional como internacional?
C.N.: Incuestionablemente un mejor índice de encuadramiento que permitiese asimilar más rápidamente las evoluciones tecnológicas y así avanzar hacia productos de mayor valor añadido y evolucionar regularmente hacia niveles de innovación y de calidad cada vez mejores.
A/I: ¿Cuáles son los efectos provocados por la crisis de la seguridad global sobre la economía tunecina, especialmente para el sector turístico ?
C.N.: Túnez es un país abierto, tolerante, seguro, en donde es agradable vivir. Nuestro país ha escogido la vía difícil de la liberalización y el progreso. Los resultados alcanzados demuestran que esa vía es la ganadora, pero al mismo tiempo nos expone a los peligros sufridos por todos los países de la región, que no han dejado de tener efectos negativos sobre el sector turístico durante 2002 y comienzos de 2003. A pesar de ello y de tres años de sequía, nuestra economía ha demostrado que, gracias a una política prudente pero eficaz, a fundamentos excelentes, a una diversificación exitosa, a una solidaridad excepcional y a una estabilidad envidiable, ha podido parar lo peor de esa crisis internacional importante y hoy ha podido recuperar el ritmo de crecimiento que debería superar en 2003 el 5%.