El Despertar Islámico

“Occidente tiene un gran mecanismo para crear una Siria artificial a través de los medios. Nosotros estamos haciendo nuestros deberes y creemos en una salida negociada” declara este veterano diplomático iraní.

ENTREVISTA con Hossein Sheikholesman por Catalina Gómez

El diplomático Hossein Sheikholesman conoce como pocos iraníes al gobierno sirio. Fue embajador en Damasco entre 1998 y 2003, donde fue testigo directo de la transición de gobierno del fallecido Hafez al Assad a su hijo Bashar. Pero al mismo tiempo es uno de los diplomáticos más veteranos y experimentados de la política exterior iraní. Tras su paso por Damasco fue parlamentario, viceministro de Relaciones Exteriores y hoy ocupa el cargo de asesor de asuntos internacionales del portavoz del Parlamento, Ali Lariyani. A esto se suma que está a cargo de la Conferencia Internacional en Apoyo a la Intifada Palestina, una de las organizaciones de la República iraní que promueve la causa de los palestinos. Gracias a su experiencia se ha convertido en una de las voces más autorizadas para hablar sobre las relaciones de la República Islámica con los países árabes, especialmente con Siria. Esta conversación se produce en un momento en que Irán, considerado el verdadero aliado del régimen de los Assad, ha comenzado una campaña para relanzar la iniciativa con el fin de llegar a una salida negociada en Siria que ya fue planteada por el presidente egipcio, Mohamed Morsi, y que incluye a Turquía, Arabia Saudí y Egipto.

AFKAR/IDEAS: Irán habla de un ‘Despertar Islámico’ y ha puesto en marcha toda una infraestructura para liderar este movimiento. ¿Creen ustedes que las revoluciones en el mundo árabe son una continuación de la iraní?

HOSSEIN SHEIKHOLESMAN: La diferencia entre la Revolución Islámica y las demás revoluciones que se han llevado a cabo en la historia, como la francesa o la bolchevique, es que no tuvo como apoyo un ejército u organización armada. El imán Jomeini habló a la gente y esta salió a la calle. En algunas ciudades salieron miles, en otras lo hicieron decenas de miles y en Teherán, millones. Un tanque frente a ese millón de personas no podía hacer nada… No es que nadie le sugiriera armar una guerrilla, pero él nunca lo aceptó. El principal aspecto del pensamiento de Jomeini era la perfección que alcanza el ser humano cuando decide actuar por su propia voluntad, motivado por Dios y por el deber. El éxito no es lo importante.

A/I: Es decir que, desde el punto de vista de Irán, uno de los aspectos comunes de estas revoluciones con la iraní es la ausencia de ejércitos y la búsqueda de justicia.

H.S.: Hay dos aspectos que lo definen. El primero, gente en la calle que protesta pacíficamente. El segundo, su instinto. Esto se puede presenciar en otros movimientos creados por el imán Jomeini. La manera cómo quería liberar Palestina era la misma. El último viernes de Ramadán decidió dedicarlo a la liberación de Al Quds [Jerusalén] de donde los palestinos fueron sacados a la fuerza, en contra de sus deseos, y a donde tienen que regresar. Ese día salimos a la calle a gritar “¡Muerte América!, ¡Muerte a Israel!” Y pedimos la liberación de Al Quds, que tiene que ser un lugar sagrado para los musulmanes y todas las religiones. Y no debe ser gobernado cómo lo hacen los sionistas. Estoy tratando de mostrar cómo las ideas del imán Jomeini se aplicaron en todo lo que hizo. Y lo vamos a ver en el futuro, más y más… Jomeini quería mostrar a otros musulmanes cuál era la manera de alcanzar la perfección, de alcanzar la libertad …

A/I ¿El concepto de ‘Despertar Islámico’ se limita al carácter islámico de estos movimientos o también lo interpretan como un movimiento antiamericano, anti-Israel?

H.S.: Es en contra de todas las tiranías. El símbolo de estas tiranías, desde el punto de vista del imán Jomeini, es el gran satán, que es el término que usó para América y su mascota Israel.

A/I: ¿Creen ustedes que estos países que han vivido estas revoluciones intentan seguir los pasos de la República Islámica?

H.S.: Es importante entender lo que pasa ahora. Crear un Estado islámico, es entender lo que viene del cielo a la tierra, porque la religión viene a ser práctica en la vida diaria. Pero en el mundo islámico hay diferentes formas de entender cómo crear Estados islámicos y lo que es un Estado islámico. Desafortunadamente algunas escuelas de pensamiento se desviaron por completo al terrorismo a la hora de intentar establecer Estados islámicos. Y esto fue utilizado por los americanos, la inteligencia británica y el dinero de los saudíes-emiratíes en el norte de Pakistán, donde los talibanes fueron creados en contra de la ocupación de los soviéticos. Ellos recurrieron a la violencia para crear exactamente lo opuesto a lo que hicimos en Irán. Opuesto a lo que nos dijeron que hiciéramos. A ellos la violencia se les fue de las manos. De hecho pelean contra la tiranía con tiranía. Pelean contra la injustica con injusticia. Ellos matan indiscriminadamente. Ponen bombas que matan a gente inocente.

Hay un déficit en los países que han vivido la revolución: no hay un líder religioso como Jomeini

A/I: Recapitulemos. Usted habla entonces de dos grandes corrientes de pensamiento sobre cómo gobernar un Estado islámico.

H.S.: No hablamos de cómo gobernar esos Estados. Es sobre cómo crear un Estado Islámico y lograr la victoria. Ellos utilizan el terrorismo para vencer al enemigo. Dicen que esa es la manera correcta. Nosotros lo hicimos de manera diferente. Nosotros sacamos gente a la calle. Creemos que sacando gente a la calle, aún cuando saben que pueden ser mártires, la perfección llega. Y cuando se participa en estas actividades la perfección llega. ¿Qué pasa después? El imán Jomeini creía que no había separación entre religión y Estado, entre espiritualidad y el materialismo. Este mundo y el que viene después están unidos. De hecho, en la filosofía islámica hay unidad en esta diversidad. Era su creencia. Esta es la razón por la que creó un Estado donde no hay separación entre religión y Estado. Votamos con el mismo instinto con el que rezamos.

A/I Está claro que esa era la visión del ayatolá Jomeini, pero también que este punto de vista no es compartido por una gran parte del mundo islámico. ¿Cómo une usted entonces lo que pasó en Irán con países como Túnez, Libia o Egipto?

H.S.: En la medida en que han copiado el modelo, han estado cerca de nosotros. Se trata de la forma cómo llevaron a cabo el cambio. Cómo se motivó a la gente a que saliera a la calle para lograr los cambios. Pero las transformaciones que han tenido lugar no son como las nuestras. Nosotros no les hemos impuesto nada. Nosotros tuvimos nuestra propia experiencia pero cada país tiene que vivir la suya. Sin embargo, hay que decir que hay un gran déficit en esos países y uno de sus principales problemas es que no hay un gran líder religioso como lo fue para nosotros el imán Jomeini. La población es de mayoría musulmana. Son valientes. Quieren cambios, no les gusta la tiranía, la injusticia, pero no tienen un líder. Y, por esa razón, y por sus creencias, no ven las cosas de la misma forma que el imán Jomeini. De ahí los problemas que tienen en la actualidad. Ahora, otra cosa es lo que están haciendo los americanos. No pudieron controlar estos movimientos. Por consiguiente decidieron crear el caos, para tener tiempo para influir más adelante. Eso es lo que está pasando en Egipto, Libia, Yemen, Bahréin. Debido a que no lo pudieron controlar no dejaron que otros pudieran cumplir sus objetivos.

A/I: Pero en Egipto, por ejemplo, una buena parte de la sociedad no quiere un Estado islámico. Incluidos muchos musulmanes creyentes.

H.S.: Sí, exacto. Pero si usted deja a los egipcios solos y no interfiere en sus asuntos, como nosotros decimos que hay hacer, la historia sería diferente. Eso fue lo que nosotros hicimos hasta el punto de que no tenemos embajada en Egipto.

A/I: No la tienen porque el gobierno egipcio no les ha dado autorización para abrirla .

H.S.: Sí. No nos dejan, pero tampoco hacemos ninguna actividad allí. Esto es importante. En Túnez y Libia tenemos embajadas. Lo que trato de decir es que debemos dejar a la gente de esos países solucionar sus problemas ellos solos. Sin intervención foránea. Los extranjeros, incluso con buenas intenciones, tienen otros objetivos. La intervención americana en Egipto para elegir un gobierno democrático, por la razón que sea, significa que quieren establecer sus propios objetivos.

A/I: Pero la realidad es que Irán ha tratado de mejorar las relaciones con Egipto, especialmente con los Hermanos Musulmanes y se ha encontrado con una gran oposición dentro del país.

H.S.: Lo que trato de decir es que es bastante malo para los Hermanos Musulmanes tener relaciones con Israel pero no con Irán. Este proceder no coincide con sus creencias. Esta ausencia de relaciones no es natural. Era normal que Mubarak no tuviera relaciones con Irán, pero no es normal que la revolución que se hizo en su contra tampoco las tenga. Los egipcios son musulmanes y quieren tener relaciones con Irán. Pero su gobierno no puede cristalizar lo que la gente quiere.

A/I ¿Cómo explican ustedes este proceder?

El gobierno egipcio cree que si tiene relaciones con Irán va a perder el apoyo exterior

H.S.: Porque el gobierno egipcio depende mucho de los extranjeros. El presidente Morsi piensa que si tiene relaciones con Irán va a perder el apoyo de esos extranjeros. Porque el gobierno egipcio no mira a los americanos como lo hicimos nosotros. Una de las cosas más importantes que pasó en Irán fue la toma de la embajada americana el 4 de noviembre de 1979. Esto tuvo un papel fundamental en la relación posterior con Estados Unidos, especialmente por lo que hicieron luego, como el ataque frustrado de Tabas. Todo esto jugó un papel importante en el pensamiento político del país. Esto no ha pasado en Egipto. Ellos tienen un largo camino por delante, al igual que la Revolución Islámica tiene un largo camino por delante para alcanzar los retos futuros.

A/I: Pero su enfoque hacia Egipto es completamente opuesto al que han tenido en Siria. Es imposible negar que, al principio, lo que pasó en Siria fue gente que salió a protestar por sus derechos de manera pacífica.

H.S.: Usted está en lo correcto en que al principio fue pacífica. Pero nuestra manera de acercarnos no fue diferente. Al comienzo fue una demostración pacífica. Y usted sabe que había una especie de dictadura allí pero no como en Arabia Saudí o Qatar, que es la dictadura de una persona o familia. Es la dictadura de un partido, del Baaz sobre el país. Y al principio la gente salió a las calles y fue pacífica. Y Bashar al Assad cometió un error al abrir fuego contra ellos. Tan pronto como pasó esto, el ayatolá Jamenei le envió un mensaje de alto nivel a través de una persona extremadamente respetada. Le decía que no se debía matar a la gente. Y que se debían poner en marcha reformas. Pero el sistema en Siria era bastante “naif” para hacer eso. No habían aprendido a lidiar con la gente. Ellos sabían ordenar a la gente pero no comunicarse con ella. No tenían policía, solo tenían el ejército. Solo sabían abrir fuego…Y claramente no era lo correcto.

Pero como dije antes, las fuerzas extranjeras utilizaron este problema entre el gobierno y la población para armar a la gente. Lo que comenzó como una movilización pacífica pidiendo por los derechos de la población, pasó a ser una pelea militar. Y ¿quién pagó por ello? Arabia Saudí y Qatar, que no creen en la democracia. Ellos no son democracias. Si no creen en algo para ellos, ¿cómo es posible que luchen por esos ideales en otros países?. Pero la verdad es que la lucha no era un asunto sobre Arabia Saudí o sobre Qatar. La realidad es que hay dos frentes en la región, uno de ellos es la resistencia que va a destruir a Israel. Este grupo piensa que Israel fue creado a la fuerza en contra de nuestros derechos, que esa tierra pertenece a la gente que vivía allí. El otro grupo cree que Israel tiene que permanecer. Dos enfoques diferentes. Y estos dos grupos están enfrentados. Un frente está conformado por Irán, Siria, Hezbolá y los palestinos, en cierta medida… El otro frente está compuesto por Arabia Saudí, Qatar, Israel, Egipto –no éste, el de Hosni Mubarak–, y los americanos y europeos que crearon Israel. Estos dos frentes algunas veces son fuertes, otras veces son débiles. Pero la realidad es que desde la victoria de la Revolución Islámica la resistencia ha ganado fuerza. La verdadera pelea actualmente en Siria es entre estos dos grupos, no entre los sirios y su gobierno. Y por eso se puede ver que aquellos que apoyan al gobierno sirio son los que apoyan la resistencia.

A/I: Muchos de los que decidieron tomar las armas en Siria en un comienzo eran moderados, tradicionales y creyentes en el Islam. Es cierto que eran suníes en su mayoría, pero en Siria no se vivía esa división entre sunismo y chiismo. Entonces ¿cómo se explica que un país como Irán que dice defender los valores del Islam, apoye a un gobierno que está luchando contra esta gente? Entonces esto es no acerca de la fe. Esto es una guerra de los dos bloques.

H.S.: Ya se lo he explicado. Esto que está pasando no pertenece a la actualidad. Y es importante entenderlo. Hablé de dos frentes. Y voy al pasado. Fahd [Fahd Bin Abdilaziz] era el príncipe en Arabia Saudí cuando la guerra contra nosotros empezó [la guerra entre Irak e Irán que los persas llaman la guerra impuesta]. Aquellos que estuvieron en contra de la resistencia se unieron para destruir a la República Islámica: Saddam Hussein, el Reino de Arabia Saudí, Qatar, Israel y América. Assad [Hafez] no participó en la guerra con ellos. Porque no hay que olvidar que ellos le pidieron que lo hiciera. Ellos querían que fuera una guerra de todos los árabes en contra de los persas. Y esta es la manera de pensar de los israelíes para dividir la región de acuerdo a sus intereses. Ellos crearon fuerzas árabes-iraníes porque pensaban que si la región se dividía de acuerdo a la raza, ellos tenían derecho a existir. Pero Assad dijo entonces que esa no era su guerra. Yo estoy con Irán, aseguró.

A/I: ¿Esta alianza también fue motivada por la relación que existe entre los alauíes y los chiíes o fue una cuestión de intereses comunes?

La pelea en Siria es entre los defensores de Israel y la resistencia que quiere destruirlo

H.S.: Se lo tiene que preguntar a Al Assad. Porque era alauí. Los alauíes son cercanos a nosotros pero, al mismo tiempo, Al Assad era la cabeza del partido Baaz de Siria, la madre del partido Baaz en Irak. Michel Aflaq, que vivía en Irak, era sirio. Pero como consecuencia de que el Golán estaba ocupado por los israelíes, y que desde el comienzo de la guerra dijimos primero Irán luego Palestina, Assad pensó que Irán era su aliado natural. Y también por lo que hicimos. Él se dio cuenta de que lo que decíamos no era solo eslóganes. Empezamos a movernos en la dirección de destruir Israel. Fahd entonces creó un plan de paz para toda la región. Eso significaba que también incluía a Israel, lo que iba en contra de nuestros principios. El imán Jomeini atacó a Fahd como nunca había hecho con otro Estado. Cuando esto pasó, él [Fahd] llevó el plan a Marruecos donde estaba la sede de los países árabes. Assad no fue.

Entonces todo el plan colapsó debido a que los otros países no eran importantes. Para entonces Egipto y Jordania ya habían hecho la paz con Israel. Assad era fundamental para el plan. Si no iba, este colapsaría. Y entonces un año más tarde, en 1982, pasaron dos cosas. Los israelíes entraron en Líbano, hasta Beirut. Assad fue forzado a irse. Al mismo tiempo, los Hermanos Musulmanes crearon problemas internos en Siria para que Assad entendiera que ahora tenía que ir a Marruecos. Fue así cómo meses después, Assad fue a Fez y aceptó el plan. Lo mismo está pasando actualmente. Los Ijuan [los Hermanos Musulmanes], están siendo utilizados por este frente en Siria… Cuando todo esto empezó, cuando Mubarak cayó en Egipto, el frente que defiende la permanencia de Israel estaba muy debilitado. Ellos entonces trataron de quebrar Siria. Fue así cuando la gente se empezó a movilizar en Siria, utilizaron estas protestas para cambiar el gobierno de la manera que querían. Algunos de estos reinos pensaron que podían cambiar esta ola de despertar islámico hacia una lucha entre sectas musulmanas, entre chiíes y suníes…

A/I Ustedes protestaron por la reacción del gobierno de Bahréin cuando atacó a la gente. Muchos de ellos son chíies. Pero ¿por qué no hicieron lo mismo cuando Bashar atacó a la población?

H.S.: Lo hicimos, pero no abiertamente. Hicimos lo mismo que en 1982 cuando el imán Jomeini mandó la carta a Hafez el Assad a través del embajador de entonces, Ali Akbar Mohtashamipour, para que detuviera los asesinatos en Hama. Esta vez enviamos un mensaje a Bashar al Assad, pero las cosas se fueron de las manos y la situación fue aprovechada por las fuerzas extranjeras, especialmente aquellas que dan dinero y armas. Y comenzaron algunas actividades terroristas. Es importante que los europeos sepan que será terrible si el terrorismo recibe una recompensa en Siria. De esta manera perderán sus objetivos. EE UU ha cometido grandes errores. Está dividido en relación con el terrorismo según sus beneficios. Si este tiene lugar en EE UU está mal. En Malí está mal. En Afganistán es posible discutir con ellos [los talibanes], es posible llegar a compromisos con ellos. Y en Siria está bien. Los pueden apoyar. ¿Quién creó Al Nusra? Esas armas que llegan a Siria, esos explosivos, no vienen del aire. Vienen de afuera. ¿Y dónde es afuera? Llegan de Turquía. ¿Usted cree que la inteligencia turca deja que estos explosivos pasen a través de su frontera sin antes cerciorarse de que no se queden en Turquía? No, la inteligencia en Turquía, con la cooperación de la inteligencia americana, británica y europea, trae esos explosivos y los pasa a través de la frontera. Esto es una guerra.

A/I: Pero la realidad es que cada día que pasa la guerra siria toma más visos de conflicto sectario.

H.S.: Ellos [el otro bloque] están tratando de plantearlo así. ¿Pero usted cree que todos los que están detrás de Assad como el ejército, la inteligencia y demás, son solo chiíes? Si Assad no hubiera tenido el apoyo de la gente, hubiera caído hace tiempo.

A/I: Pero han pasado más de dos años y la pelea es cada día mayor.

H.S.: Recuerde, muchas de esas cosas son propaganda. Occidente tiene un gran mecanismo para crear una Siria artificial a través de los medios. Esta versión es tan poderosa que incluso el presidente de EE UU o el secretario de Estado han cometido el error de decir que Siria caerá en una semana, en un mes, después de seis meses. Y han pasado 25 meses y Assad no ha caído. ¿Qué significa eso? ¿Quién ha cometido los errores? Yo no estoy hablando como miembro del gobierno. Yo estoy reconociendo que hay realidades en Siria que nadie conoce porque cada una de las partes está tratando de proyectar su propio punto de vista.

La única opción para Siria es el plan de Morsi que incluye a Irán, Egipto, Arabia Saudí y Turquía

A/I Irán solía tener una gran imagen dentro de la población de los países árabes por su apoyo a la resistencia. Pero esta situación ha cambiado debido a su respaldo a Siria. ¿No están pagando un precio muy alto por seguir dando apoyo a Assad?

H.S.: Usted está en lo correcto. Pero nosotros tenemos gran experiencia en ello. Saddam Hussein nos atacó y muchos lo apoyaron. Pero como he dicho, hay una realidad artificial. Y es uno de los precios que estamos pagando. Ellos pueden hacer una gran propaganda en nuestra contra por la posición que hemos tomado, y lo han hecho. Y no lo negamos. Pero no olvide lo que hablamos al principio de esta conversación. Nosotros estamos haciendo nuestros deberes. No estamos allí para vencer o para perder. Esto es importante para nosotros. Y por eso ahora estamos tratando de impulsar el plan de los seis puntos porque sabemos que las cosas en el Consejo de Seguridad no van a salir adelante. En la Liga Árabe tampoco van a mejorar porque ellos expulsaron a Siria. La única opción que queda es el plan propuesto por el presidente Morsi que incluye a Irán, Egipto, Arabia Saudí y Turquía. Si se suman otros países, se puede encontrar una solución.

A/I: ¿Ustedes creen todavía en una salida negociada?

H.S.: Sí, firmemente. Es para nuestro beneficio. Creemos en el plan de los seis puntos, en el cese el fuego, en que aquellos que han sido heridos reciban tratamiento inmediato. Las negociaciones deben empezar, se debe acordar el sistema de gobierno, deben elegir un Parlamento que escriba la nueva Constitución y, de acuerdo con lo planteado, se deben crear las instituciones necesarias.