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Co-edition with Estudios de Política Exterior
Apuestas del Comité Averroes
Apuestas del Comité Averroes La imagen de Marruecos en España y la brecha económica entre los dos países son las principales preocupaciones para estos dos miembros del Comité Averroes.
ENTREVISTA con Ramón Enciso y Nizar Baraka por Lurdes Vidal
El Comité Averroes es un grupo de reflexión hispano-marroquí, creado a mediados de los años noventa, para incorporar la opinión de la sociedad civil a las Reuniones de Alto Nivel (RAN) entre España y Marruecos. Tras un buen comienzo, las tensiones durante el gobierno de José María Aznar sumieron al Comité en un periodo de oscuridad. De ahí extrajeron la lección de que en momentos de crisis era poco operativo que las reuniones tuvieran que ser convocadas por los ministros de Asuntos Exteriores. Por ello en esta segunda etapa cuentan con dos coordinadores, uno por cada parte, Ramón Enciso y Driss Benhima, con capacidad para convocar al Comité. Aprovechando su presencia en Barcelona el 1 y 2 de marzo en el seminario “Marruecos y la Unión Europa: hacia un estatuto avanzado en la asociación euromediterránea”, AFKAR/IDEAS se ha reunido con dos de sus miembros, Ramón Enciso, economista y coordinador del Comité por parte española, y Nizar Baraka, del Ministerio de Finanzas y Privatización marroquí, economista y miembro del Comité ejecutivo del partido Istiqlal, que nos han explicado qué es el Comité Averroes, cuál es su cometido y en qué han consistido los trabajos realizados durante su encuentro en Barcelona. Uno de sus primeros matices es hacernos comprender que el Comité es sencillamente un grupo de 12 españoles y 12 marroquíes que se reúnen, con cierta periodicidad, para repasar el estado de las relaciones entre los dos países y ver dónde conviene profundizar para mejorarlas.
AFKAR/IDEAS: ¿Son ustedes la voz de la sociedad española y de la sociedad marroquí, la conciencia de ambos gobiernos para que tengan en cuenta la opinión de la sociedad civil?
RAMÓN ENCISO: Sería excesivo decir que representamos a la sociedad civil. Digamos que tenemos el encargo de tratar de detectar en ella cuáles son los problemas graves. No hemos sido elegidos por la sociedad civil, hemos sido designados por los gobiernos por nuestra implicación en el desarrollo de los dos países, por lo que tratamos de hacer llegar a la RAN los problemas que creemos que comparte la sociedad civil. Se trata de un grupo de gente elegida por su proximidad con los respectivos países: Juan Goytisolo, Federico Mayor Zaragoza, Marcelino Oreja, el embajador Raimundo Bassols, Jerónimo Páez… Lo mismo por parte marroquí, con personas como Driss Benhima, embajador en España durante mucho tiempo, o Saad Kettani, que desde la patronal marroquí es un gran conocedor de España. Nuestro cometido, sin embargo, no es el de una fundación o una ONG. Nosotros no hacemos nada sino que nuestra misión consiste en promover que otros lo hagan. Por eso consideramos importante reconocer a las instituciones y organizaciones que sí hacen cosas, como la Fundación Tres Culturas, o el Legado Andalusí. De ahí que esta reunión se haya celebrado hoy en el Instituto Europeo del Mediterráneo (IEMed), para resaltar su labor en todo el Mediterráneo y más en concreto en la relación España-Marruecos.
A/I: ¿Sería posible en un futuro que el Comité Averroes dispusiera de algún tipo de mecanismo que sí trabajara efectivamente en implementar sus recomendaciones?
R.E.: Los mecanismos, es decir, las instituciones para llevar a cabo las acciones correspondientes ya existen –Casa Árabe, IEMed…–, y las decisiones políticas dependen lógicamente de los gobiernos. Eso sí, considero positivo que haya un grupo específico de gente que pueda trasladarles estas reflexiones.
A/I ¿Se sienten ustedes escuchados? ¿Hasta qué punto, realmente, sus recomendaciones influyen en las decisiones posteriores?
R.E.: Sí, categóricamente, nos sentimos escuchados. Sin embargo no hay que pasar por alto la complejidad de algunos temas y proyectos, como el de la Universidad de los Dos Reyes de Tetuán. Eso sí, contamos con la comprensión y la complicidad de los dos ministerios, de las autoridades de los dos países y de las autoridades locales que nos han acogido (Madrid, Córdoba, Marraquech, Tánger y ahora Barcelona).
NIZAR BARAKA: A pesar de que, en ocasiones, las relaciones son complicadas, como las de todo vecino, como sucede en cualquier familia, con muchos amores y desamores, nos sentimos perfectamente escuchados y atendidos.
A/I: ¿Cómo fue retomar el trabajo tras la época de desencuentro entre los dos países?
R.E.: En realidad la crisis era más política que real. Yo que la viví en Marruecos puedo asegurarle que las inversiones españolas siguieron creciendo en aquel periodo. Sin embargo, no hay duda de que se produjo un deterioro de la imagen de España en Marruecos, pero la crisis fue muy puntual y se recondujo rápidamente.
A/I: Ahora vivimos un momento muy “dulce” de nuestras relaciones, pero muy difícil en el ámbito de las percepciones, del diálogo entre civilizaciones. ¿Cuáles son los principales escollos en las buenas relaciones hispano-marroquíes en la actualidad?
R.E.:Yo creo que como buenos mediterráneos los marroquíes y los españoles pasamos de la cumbre al llano. Creemos que estamos en una crisis que no tiene solución y ahora creemos que estamos en un momento de total armonía, pero subsisten problemas en la imagen de Marruecos en España y ésta es una de las obsesiones y preocupaciones del Comité. La brecha económica entre ambos países, o la necesidad de mejorar en las inversiones son asuntos que nos preocupan y que espero que se concreten con mecanismos que den tranquilidad a los inversores españoles. En este sentido hemos propiciado y amparado la creación de la Corte de Arbitraje entre el colegio de abogados de Madrid y Casablanca. A propuesta de Comité se ha abierto también una ventanilla española en la Agencia de Inversiones en Marruecos para atender las inversiones españolas en el país.
A/I: ¿Y cómo reducir la brecha existente en el ámbito de las percepciones?
N.B.: Éste es uno de nuestros retos más importantes. La imagen de España es muy buena en Marruecos. Según una encuesta, el 50% de los marroquíes considera a España como un país vecino, amigo. Necesitamos que España tenga también esta percepción de Marruecos. Hemos conseguido una evolución positiva en el plano político y económico y ahora hay que lograrlo en lo social. Marruecos tiene una dinámica nueva, de reformas, que se compromete con el desarrollo humano, abierto a su entorno euromediterráneo. Por eso consideramos importante que se celebren foros cívicos, encuentros entre gentes de todo tipo de procedencia social, representantes del mundo económico, político, sindical, pero sobre todo de la sociedad civil de ambos países, para debatir sobre nuestro destino común.
A/I: ¿Cuáles son los motivos de este desequilibro entre las percepciones mutuas?
R.E.: En realidad hay muchos componentes que tienen que ver con la historia, la historia reciente, con situaciones de conflicto, como las cuestiones de Ceuta y Melilla que son conflictos permanentemente abiertos que influyen en el imaginario de los países. En muchas familias españolas hay algún abuelo o bisabuelo que murió en la guerra de Marruecos, y en la propia guerra civil española participaron tropas marroquíes. Todo esto queda registrado en el imaginario colectivo. A esto cabe añadir un crecimiento económico muy rápido en España y la llegada de la inmigración que genera sentimientos de rechazo hacia el Otro. Es absolutamente injusto e irracional, pero contra esos imaginarios es contra los que hay que luchar.
A/I: ¿Cuáles son sus sugerencias para combatir estas reacciones de rechazo?
R.E.:Tratamos de apoyar todas las iniciativas que permitan eliminar poco a poco los estereotipos existentes entre ambos países. Por ejemplo, el programa Al Mutamid de la Fundación Instituto Internacional del Teatro del Mediterráneo, que ha firmado un acuerdo para que a través del teatro se transmita una imagen positiva entre los escolares. En cuanto a la inmigración, en mi opinión, España lo está haciendo bastante bien. La integración en España se produce de forma natural y creo que hemos sabido aprovechar la experiencia de otros países.
N.B.: Creo que la clave está en ordenar la inmigración. Marruecos está en un momento de transición demográfica, pero unas 400.000 personas siguen llegando anualmente al mercado laboral y, a pesar de la mejora evidente de la economía marroquí (en los últimos cinco años se ha registrado un crecimiento del 5,3%), no tiene capacidad de absorción suficiente. En este sentido, Europa, y España en particular, necesitan una inmigración ordenada. Por ello es importante que los candidatos a la emigración tenga una formación antes de llegar a España, conozcan la mentalidad española, el idioma, las tradiciones, para así poderse integrar con mayor facilidad. Una integración que no significa asimilación, sino respetar al otro, respetar los derechos y la legislación del país de acogida.
A/I: Es cierto que sería bueno que los marroquíes que quieran trasladarse a España conozcan el país. Pero ¿de qué forma se podría fomentar que los españoles tuvieran un interés para conocer mejor Marruecos, no solo desde una perspectiva turística, sino también su lengua, su cultura y su historia?
R.E.: En realidad en España se desconoce la historia de Marruecos, pero tampoco se conoce la de Portugal o Francia. Es un mal común en todos los países, desconocemos mucho de nuestros vecinos. Sin embargo, es importante que se conozca su realidad social. El ejemplo de Portugal es uno de los que hemos explorado en el Comité, puesto que antes existía un cierto recelo que ahora ha desaparecido por completo y la imagen de nuestro vecino portugués es altamente positiva. No se trata de que los españoles aprendamos la historia de Marruecos sino de ver que es un país que está avanzando. En este sentido, una de nuestras iniciativas es que los periodistas españoles que estuvieron hace 30 o 40 años en Marruecos vuelvan ahora e informen con total y absoluta libertad. Marruecos tiene, como todos los países, sus luces y sus sombras, pero está peleando por la modernidad y ha hecho una apuesta clara por un modelo de desarrollo y de vida social y política como la europea.
N.B.: La mejor forma para conseguir acercar a ambos países es a través de los medios de comunicación. En la era de la comunicación y de Internet, la mejor manera de alcanzar un resultado rápido es mostrar lo que está cambiando en Marruecos, las nuevas dinámicas que hay. Estamos en un proceso de transición democrática y económica, y en el plano social debemos hacer frente al reto del desarrollo humano y del extremismo. Por eso son vitales las fuerzas democráticas que avanzan en el sentido de la democratización. De esto es también de lo que deberían hablar los medios de comunicación. Marruecos no es solo emigración, extremismo, drogas o problemas. Marruecos es mucho más.
A/I: ¿Dirían entonces que los medios de comunicación reflejan más los aspectos negativos que los positivos?
N.B.: Lamentablemente creo que es así, y no me refiero solo a las noticias, ya que están sujetas a la actualidad, sino especialmente a los documentales. Podríamos decir que hay dos tipos de periodistas, el que lleva consigo una idea negativa de Marruecos y que solo transmite lo negativo que encuentra, y el que está comprometido con Marruecos pero que es enormemente crítico con el país. Cuando uno lee lo que escribe este periodista y conoce la realidad del país valora mucho la dosis de crítica, pero cuando quien lo lee es alguien que no conoce Marruecos, el efecto es muy negativo. Por ejemplo, es cierto que existen problemas de libertad de prensa, pero no todo el mundo es consciente de lo mucho que se ha avanzado, de que en Marruecos se ha publicado la fortuna del Rey, cosa que España no ha hecho, ¡y no ha pasado nada! Efectivamente hay reacciones desproporcionadas del poder en este ámbito, pero hay que tener una visión más objetiva, del contexto, de éste y de otros problemas de Marruecos.
A/I: Pero hay una cuestión de profundización democrática que, por ejemplo en el caso de la libertad de prensa, influye enormemente en la opinión pública española.
N.B.: En ello estamos. La transición democrática iniciada en los años noventa con la alternancia nos ha aunado en favor de una monarquía constitucional, una democracia dentro de la monarquía. Y desde entonces hemos avanzado mucho, primero en el plano político e institucional, y luego en cuanto a desarrollo humano y económico. Por ejemplo, Marruecos ya no tiene problemas de fraude electoral. Incluso después de los atentados del 16 de mayo de 2003 en Casablanca. Muchos consideraban que los islamistas no debían estar en política, y sin embargo el rey dijo que tenían que poder participar. Hoy por hoy la siguiente etapa es que esta evolución prosiga en la toma de decisiones. Por eso es importante que no se ofrezca una foto estática de Marruecos, sino una que refleje su dinamismo. La sociedad marroquí puede hablar, expresar lo positivo y lo negativo, manifestarse y quejarse si es necesario. En esto estamos, en una evolución en cuanto a gobernanza, descentralización y regionalización, y en este proceso se enmarca el plan de autonomía para el Sáhara Occidental, en el proceso de apertura de este nuevo Marruecos, el Marruecos de las regiones. El proceso de elaboración de este plan, en el que hemos participado todos los partidos políticos, es una muestra de evolución de la gobernanza. España es uno de los ejemplos que hemos escogido porque nos es cercano.
R.E.: Es importante señalar que no es solo un planteamiento retórico, que se ha avanzado en muchos aspectos, en la condición de la mujer, en las reformas institucionales, transparencia electoral, y quizás no tanto en la libertad de prensa, pero hay que retener la voluntad de encarar los escollos que persisten y de dar pasos hacia adelante. Es cierto que hay veces que se retrocede en algún punto, pero la fase de transición es complicada, y nosotros podemos colaborar mucho para que esta transición se haga de forma armónica y razonable, pues lo hemos vivido recientemente.
A/I: Después de este encuentro en Barcelona ¿cuáles son las principales recomendaciones que van a trasmitir a los respectivos ministros?
R.E.: La primera es culminar rápidamente el proyecto de Museo del Patrimonio Común Hispano Marroquí en Marraquech, tomando como base la exposición del Patrimonio Común realizada con ocasión del viaje de Estado de los reyes de España a Marruecos en 2005, que representa una oportunidad única de mostrar, en la cuna de dos dinastías clave en la historia de los dos países, la almorávide y la almohade, un pasado común de esplendor. Para ello se ha ofrecido generosamente el Palacio de la Bahía. La segunda es instar a los dos gobiernos a poner todo el empeño para terminar el proyecto de la Universidad de los Dos Reyes en Tetuán. La tercera es sumarse a la candidatura de Tánger para la Exposición del 2012 y que el gobierno español contribuya rehabilitando edificios emblemáticos del patrimonio español como el Teatro Cervantes o el Hospital de España en Tánger. Además, no solo se trataría de rehabilitar el teatro, sino de retomar su funcionamiento, igual que con el antiguo hospital, donde se quiere establecer un centro de formación para jóvenes.
N.B.: La cuarta propuesta, mi preferida, es ahondar en el esfuerzo de reflexión y de conocimiento de las relaciones entre España y Marruecos con lo que provisionalmente llamamos Foro Averroes, para abordar asuntos de interés común, de cooperación, intercambio de experiencias y de capitalizar lo que más nos une en vez de lo que más nos separa. La idea sería organizar primero un gran foro que sirva de toque de atención a la sociedad española sobre los avances que ha realizado Marruecos en el mundo artístico, cultural, empresarial y político, y luego derivarlo a reuniones más específicas.