Las diferencias entre el mundo rural y el urbano radican en la formación, pero es la población escolarizada la que tiene más problemas de identidad

Los valores, la familia, la religión, la visión de la acción política y de la sociedad civil son algunos de los asuntos donde se ven más cambios en la sociedad marroquí.

ENTREVISTA con Mohamed Tozy por Maria-Àngels Roque

Mohamed Tozy, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Casablanca, es miembro, junto a Hassan Rachik, Rahma Bourqia y Abdellatif Bencherifa del Comité Científico de la “Encuesta Nacional sobre los Valores”, elaborada en el marco de los trabajos del informe 50 años de desarrollo humano en Marruecos y perspectivas para 2025, un informe exhaustivo que intenta dar pistas socioculturales del Marruecos actual, tras cincuenta años de independencia. La Encuesta Nacional sobre los Valores supone además una normalización sociológica, ya que se incluye en los referentes comparativos mundiales como el World Values Survey, que periódicamente realiza estudios en diversos países. AFKAR/IDEAS quiere aprovechar la oportunidad de reunir a dos especialistas, uno del norte y otro del sur, que han trabajado sobre asuntos culturales y de sociedad civil marroquí, para abordar algunos de los asuntos que ocupan la actualidad del debate tras la publicación del informe y de los resultados de la encuesta.

MARIA-ANGELS ROQUE: La sociedad marroquí ha experimentado importantes cambios tanto por razones externas como internas.No obstante, llevar a cabo una encuesta de estas características supone una voluntad de ir más allá en el conocimiento sobre la sociedad y en la transparencia en la interpretación, al poner al frente a expertos reconocidos internacionalmente.¿Qué sorpresas les ha deparado la encuesta?

MOHAMED TOZY: Actualmente hay una gran demanda por parte de los actores públicos y privados, así como de las asociaciones, para que se hagan investigaciones sociológicas y antropológicas de buena calidad, porque el Estado y la Administración no son capaces de expresar una demanda de carácter social cada día más compleja. En relación con los valores, he de decir que sí hay sorpresas. Por ejemplo, la desaparición de las grandes diferencias culturales que se decía que existían entre los valores rurales y urbanos. Hoy hay una mayor proximidad y el modelo urbano es el dominante. En cuanto a las diferencias, éstas pasan especialmente por el nivel de instrucción aunque, paradójicamente, quien presenta un mayor problema de identidad, de representación, es la población escolarizada. Lo segundo que nos ha sorprendido es la manera de concebir el amor a la familia.

La familia ideal es nuclear, es decir que el modelo de familia extensa está desapareciendo. Otra característica es la edad ideal del matrimonio: las chicas a los 18 años y los chicos a los 23. Aun así, la realidad es diferente a la tendencia o la representación, ya que en la actualidad las chicas se casan a los 24-25 años y los chicos también se casan mayores. Del mismo modo, ha variado el número de hijos: actualmente el ideal son dos. Otra cuestión sorprendente es la coexistencia entre valores arcaicos y modernos en las mismas personas. Por ejemplo, se sigue pensando que la familia es un elemento muy importante para el equilibrio del medio y del individuo, pero eso convive con la necesidad de autonomía personal frente a la familia.

M.A.R.: La reforma de la Mudawana debe mucho a la presión de los movimientos de derechos humanos, pero las inercias patriarcales todavía son fuertes en relación con las mujeres. Por un lado, la Constitución concibe como iguales a hombres y mujeres, por lo que éstas pueden ser elegidas como parlamentarias, por ejemplo, pero en el ámbito privado la mujer todavía está considerada una menor. ¿Esta reforma va a influir de manera rápida en el ámbito privado?

M.T.: Pienso que la sociedad es muy ambivalente frente a esto. En la Encuesta sobre los Valores, cuando se pregunta sobre el derecho a voto de la mujer o su incorporación en el mundo laboral no hay problemas. En cambio, si se pregunta si les gustaría que las mujeres fueran ministras surgen reticencias. ¡Aunque esto no solo ocurre en Marruecos! El Código de familia ha avanzado en algunas cosas pero todavía hay muchas en las que trabajar.

Por ejemplo, en la Encuesta los marroquíes no quieren dar a las mujeres el derecho de contestar las decisiones del marido, pero lo aceptan cuando se trata de la educación de los hijos. Sin duda, actuar sobre las mentalidades y especialmente en los jóvenes es muy necesario. Todos tienen claro que si se casan es para tener hijos. Curiosamente, en la relación padres-hijos, el deber de obediencia que prevalece en la pareja se anula. Los padres ligados a la autoridad paterna indiscutible son una ínfima minoría (7%). Incluso un simple agricultor, en su aduar , ya no es propenso a hacerse el duro como su progenitor. Mejor todavía, el 74% dice que se inclina hacia el diálogo.

M.A.R.: En la Encuesta Europea de Valores, la familia también continúa siendo el valor más importante en todos los países. Esta característica convive con un fuerte individualismo.Recientemente ha aparecido una encuesta sobre los jóvenes españoles, donde de nuevo la familia crece en valor,mientras que la política y la religión están bajo mínimos, especialmente la religión. Esto es una gran diferencia respecto a Marruecos, donde para los jóvenes el tema religioso es importante.

M.T.: Es difícil fiarse del grado de religiosidad de los marroquíes salvo en el caso del ritual de la oración. La mitad de nuestros adolescentes y treintañeros rezan cinco veces al día. Es difícil deducir de ello un grado de creencia o de rigorismo, aunque es, sin duda, un signo de conservadurismo social. Entre las cosas que nos han sorprendido de la Encuesta destaca una desvalorización de los partidos políticos y en cambio una profunda valorización de las asociaciones y de una sociedad civil cada vez más importante, tanto en el ámbito rural como en el urbano.

Daré algunas cifras: el desinterés por la política entre los jóvenes más instruidos alcanza el máximo y va del 68% al 81%, la incapacidad de juzgar realmente “la democracia marroquí” es manifiesta y el 38% lo expresa abiertamente, y el deseo de emigrar se confirma con un 58%. En cuanto a los que tienen idearios sociales y piensan quedarse, pretenden sobre todo actuar en asociaciones y cooperativas. Incluso en las zonas rurales, un tercio de la población se encamina hacia los derechos humanos.

M.A.R.: ¿Cómo ha ido creciendo la idea de que la vía asociativa es tan importante para la democracia y el desarrollo?

M.T.: En este sentido, no es tanto la política en sí misma sino que tiene que ver con la acción política tradicional, como los partidos y sindicatos, que han sido muy desvalorizados. En cambio, las asociaciones y sus acciones son más valorizadas que los partidos, sobre todo las de desarrollo local. Hay otra cuestión importante en la Encuesta, y es que aparece una sanción positiva de las políticas públicas marroquíes. Por ejemplo, la gente piensa que la enseñanza es muy importante y que el posicionamiento actual es positivo.

M.A.R.: Es decir, que las acciones públicas son valoradas, lo que no es valorado son los partidos políticos en sí mismos.

M.T.: Si, puesto que, a pesar de todo, el rendimiento de la escuela es bueno. Las familias confirman que alguno de sus miembros ha vivido una movilidad social ascendente gracias a la escuela, a pesar de que los expertos califican de mediocres los resultados del sistema escolar. Es una institución que ofrece la oportunidad de prosperar y es vista como uno de los elementos que favorece la autonomía de los individuos. Por otro lado, en cuanto a las políticas locales, otro trabajo que realicé el año pasado sobre la autonomía de la regiones rurales pobres en el norte de Marruecos, en Uchda, en la frontera con Argelia, mostró que la capacidad de autonomía de los individuos y de los grupos depende de la existencia de una dinámica de las colectividades locales, aunque tienen muchos problemas como la corrupción o el hecho que estén mal elegidas.

No obstante, se ve como factor clave para la emergencia de una opinión local, para que haya individuos más implicados. Hay una relación muy fuerte entre la autonomía del individuo y la existencia de estructuras locales, escuela, hospital…Pero esto lo perciben como algo que procede del Estado o por este valor local, esta gestión local… La evolución es lenta, la gente sigue pensando que todos los servicios vienen del Estado. Por un lado se está produciendo un desarrollo muy rápido de la sociedad civil pero, por otro, es un síntoma de la debilidad política, es una muestra de que los partidos no funcionan. Se debe apoyar la acción de la sociedad civil, que trabaja con políticas locales, aunque existen rumores de falta de formación entre la gente que trabaja en ellas, como los consejeros, aunque sólo son rumores. Se deben apoyar estas estructuras de representación local política que están en la proximidad, para dar credibilidad a lo político, aunque actualmente sea difícil.

M.A.R.: Los analistas piensan que si hubiera elecciones ganarían los islamistas. No obstante existen otras tendencias políticas, como la actual fusión de los tres componentes berberistas de la familia Popular de Aherdan. ¿Cuáles son las tendencias políticas? ¿Puede haber alianzas? ¿Los islamistas moderados están dispuestos a acceder al poder?

M.T.: La primera observación es que hay una normalización ideológica, doctrinal y política respecto al islamismo político por diferentes razones: la existencia del salafismo, el contexto internacional y también la propia historia del movimiento islamista en Marruecos. Éste tiene 25-30 años de existencia y ha pasado por un aprendizaje en la política local, sin tener fuerzas técnicas importantes está normalizado y hay una aceptación general de que la llegada de los islamistas ya fue en 1993 de una manera masiva y que puede culminar actualmente en un 18% . Es muy importante pero es una normalización, porque el fondo doctrinal de este islamismo es principalmente el Partido Justicia y Desarrollo.

Está fundado sobre el pragmatismo y el esfuerzo de la ambición personal de los individuos, que buscan una superación personal, una posición de poder y no una transformación radical de sociedad. Ellos mismos tienen problemas con los salafistas y también con el jeque Yassin. Es un gran movimiento, pero no tiene un programa independiente, puede regular la vida política pero no tiene ideas nuevas. Están preparando el escenario para que otras personas tomen la dirección. El segundo frente es el de los partidos esencialmente ligados a la monarquía, como el Movimiento Popular (MP), que es el nuevo nombre del reagrupamiento Movimiento Nacional Popular y Unión Popular, y que representa el 27% de la palestra parlamentaria. Es el MP que ocupan los partidos rurales bereberes pero que no representan a todo el movimiento amazigh. El MP es gubernamental, pero para algunos tiene una experiencia traumática en dar prioridad al elemento bereber.

M.A.R.: ¿Hay partidos bereberes más progresistas?

M.T.: Si, los del Movimiento Amazigh, pero éstos están dentro de todos los partidos, básicamente socialistas y de izquierdas. La actividad de la sociedad civil ha sido capital en la contribución al mundo amazigh actual. Pero todos no pueden llegar al poder, se deben crear alianzas. Y en este sentido, los islamistas se aliarían con todos porque no quieren el poder, quieren participar, porque saben que un monopolio de la responsabilidad sobre la gestión del gobierno puede ser perjudicial, solo quieren participar, preparar el futuro.

M.A.R.:Un 50% de los encuestados cree que puede aprender el tamazigh y el otro 50% no.Pero hay algo claro que reclaman los grupos amazigh,y es que la lengua se reconozca en la Constitución.

M.T.: Si. No habría problemas para ello. Los islamistas no tienen la posición de los arabistas. Además, es importante disociar el árabe como un idioma que vehicula una cultura y, por otro lado, el árabe como algo sagrado.