Algunos periodistas, del sur de Europa o del norte de África, denigran a veces a sus países o a sus sociedades, como si se tratara de un hábito sin consecuencias, de un ejercicio gratis.Otros ejercen con dificultades y riesgos la función crítica que le corresponde a la prensa en toda sociedad moderna. Desde estas páginas nos inclinamos por creer en el peso de la letra impresa, en la necesidad de emitir juicios serenos, con la conciencia de que un periodista es en cierto modo un juez. Henry Luce, fundador de Time, explicaba en 1938: “Es difícil, muy difícil, alcanzar la objetividad. Lo que pido a mis periodistas es honradez”.
Se diría que sesenta y tantos años después hemos retrocedido de este lado del Atlántico respecto de la América de 1938. A veces son las informaciones sesgadas, a veces el tono amargo en que se escribe. En el otro extremo, la información veraz, contrastada, necesaria tiene dificultades para abrirse paso y debe conquistar día a día espacios de libertad. La prudencia, la aspiración a la objetividad, es decir a la honradez, habrían de sustituir poco a poco a ese periodismo obsecuente o insultante. En AFKAR/IDEAS trataremos de evitar descalificaciones infundadas y homenajes al poder. Queremos, con muchos otros, introducir un periodismo que explique las cosas, lo que pasa en la calle, para seguir la propuesta del abate Marchena. Periodismo descriptivo, reflexivo, analítico, que ayude a las sociedades a conocerse unas a otras y sobre todo a conocerse a sí mismas.
El muro de desconocimiento que ha existido entre españoles y magrebíes es inexplicable. Creemos que una revista que estudie los fenómenos culturales, pero sobre todo su traducción económica y social, es un servicio útil. En la sociedad española hay exceso de suficiencia, de ignorancia sobre el Magreb. En las sociedades magrebíes abundan los estereotipos sobre España. Es urgente hablar de la legislación sobre el velo en Francia o de los derechos humanos en Túnez. Pero el movimiento se demuestra andando. La modernidad de un país se basa en la multiplicidad de los contactos, en la complejidad del tejido que la sociedad crea. Algunos ejemplos: un sistema de garantías jurídicas para el ahorro a largo plazo en Marruecos o Argelia, procedente de los emigrantes y con fines productivos; un mecanismo solvente sobre la propiedad de la tierra, con catastros fiables; un estudio sobre Marruecos y Argelia en la zona euro: de otro modo será difícil que las compañías, nacionales o extrajeras prosperen ante el desequilibrio de los tipos de interés; adopción y extensión de un visado europeo para los inmigrantes…
Creemos que todos estos ejemplos deben reorientarse, nunca partiendo de cero, utilizando las oportunidades de cambio que introducen las grandes agendas. La relación entre Europa y el Magreb parte de una demanda de buena vecindad: en lo laboral, tecnológico, comercial, demográfico, energético. También supone necesidad de transparencia, de información, de reglas de gobernabilidad. El esfuerzo de AFKAR/IDEAS se afianzará si contribuye a establecer una relación sostenida, periódica, basada en esta vecinidad. La proximidad entre España y el Magreb, tiene que saldarse con un intercambio de valores y modos de vida. El deseo de avanzar de tantos europeos, purgados por sus fracasos, aleccionados por sus errores.