La resolución de la discordia
“El gobierno de Israel está usando la arqueología y la religión para legitimar su colonización ilegal de la Palestina ocupada”, declara el líder de la OLP en relación con la resolución de la Unesco.
Entrevista con Saeb Erekat por Julio de la Guardia
AFKAR/IDEAS entrevista al veterano dirigente palestino, Saeb Erekat. Actual secretario general de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Erekat es uno de los nombres que se barajan para la eventual sucesión del presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abbas. La entrevista intenta esclarecer el por qué de la polémica terminológica y política generada en torno a la resolución aprobada en octubre por el Comité Ejecutivo de la Unesco, que contó con 24 votos a favor, seis en contra y 26 abstenciones. Dicha resolución conmina a Israel, como poder ocupante, a garantizar el derecho de culto de musulmanes y cristianos en los lugares santos ubicados en la ciudad vieja de Jerusalén y en otros enclaves religiosos situados en las áreas autónomas de Belén y Hebrón. De hecho, la resolución comienza afirmando “la importancia de la ciudad vieja de Jerusalén y de sus murallas para las tres religiones monoteístas”, lo que, indirectamente, implica una conexión con el judaísmo que, sin embargo, luego se ve excluido del texto. Disquisiciones terminológicas e históricas a un lado, lo que preocupa al palestino medio es que se cumplan las demandas que la Unesco hace a Israel. Entre ellas que garantice el libre acceso de los palestinos a los lugares de culto, que el gobierno de Benjamin Netanyahu restringe según las coyunturas políticas (en ocasiones aplicando restricciones parciales por edades, otras veces llevando a cabo cierres herméticos por motivos de seguridad). La entrevista se celebra en las oficinas del Departamento de Negociaciones de la OLP en Ramala pocos días después de la victoria de Donald Trump en Estados Unidos y en vísperas de la celebración de la convención del movimiento Al Fatah que ha de elegir sus nuevos órganos de representación y adelantar pautas para la esperada sucesión de Abbas.
AFKAR/IDEAS: ¿Cuál es su opinión sobre la controversia suscitada por la resolución aprobada por la Unesco?
SAEB EREKAT: Israel trataba de poner en marcha una campaña contra las Naciones Unidas, con el objetivo de prevenir otra resolución –en este caso del Consejo de Seguridad– contra las colonias israelíes construidas ilegalmente en los territorios ocupados de Cisjordania y Jerusalén Oriental. Al mismo tiempo, insiste en su búsqueda de argumentos religiosos que justifiquen sus políticas de ocupación, colonización y anexión. Esto resulta realmente peligroso, sobre todo teniendo en cuenta la situación regional. La resolución fue clara al mencionar que la ciudad antigua de Jerusalén es sagrada para las tres religiones monoteístas. Pero Israel insiste en intentar cambiar el statu quode la Explanada de las Mezquitas (Haram el Sharif ), y convertir a toda Jerusalén en una ciudad exclusivamente judía. El suyo no es un problema de carácter arqueológico, sino uno que profundiza en la cultura del odio y de la impunidad difundida por el actual gobierno israelí.
A/I: Algunos analistas piensan que la resolución de la Unesco ha supuesto una victoria pírrica para la llamada estrategia palestina de internacionalización del conflicto, pues poco después de su aprobación, Israel logró convencer a algunos países para que repensaran su posición (entre ellos México, que pasó del apoyo a la abstención) y redactar una nueva. ¿La resolución ha resultado útil o, por el contrario, contraproducente para los objetivos de la política exterior palestina?
S.E.: Fue Israel quien trató de politizar este proceso, no nosotros. Reafirmamos nuestro apoyo a las anteriores resoluciones de la Unesco que incluían una narrativa similar. Estoy seguro de que la mayoría de los que criticaron la resolución, ni siquiera se la leyeron. Si bien es cierto que esperamos mucho más de la comunidad internacional, Israel no ha tenido éxito. Su estrategia se basa en dos pilares: normalizar la ocupación y promoverse a sí mismo como un Estado del que pueden beneficiarse otros países, en ámbitos como la tecnología y la seguridad, sin tener que hablar de política. En el primer punto no han podido tener éxito. Y, en el segundo, aunque hay países como Argentina que han declarado que quieren comprar más armamento a Israel, también es cierto que no han cambiado su posición con respecto a la ocupación israelí de Cisjordania y Jerusalén Oriental, la ilegalidad de las colonias y el reconocimiento del Estado de Palestina en las fronteras previas a junio de 1967.
La causa porla libertad de culto es la nuestra, no la de Israel, y haremos oír nuestra voz
A/I: ¿Fue un error por parte del comité de siete países árabes que redactaron el borrador de la resolución no incluir los términos hebreos –Muro de las Lamentaciones (Kotel), Monte del Templo (Har Habayit)– desde el principio, para que así se pudiera haber discutido sobre su contenido y no solo sobre su terminología?
S.E.: Los lugares santos de Jerusalén tienen que ser designados según quedaron recogidos en el corpus separatum contemplado por el Plan de Partición de Naciones Unidas de noviembre de 1947 y en el statu quo pactado con los países árabes y musulmanes tras la guerra de 1967. Hace unos meses vimos una fuerte declaración firmada por todos los líderes espirituales de las diferentes iglesias cristianas de Jerusalén reafirmando que rechazan cualquier intento de cambiar el statu quo de los lugares santos. Esos sitios sagrados están ubicados dentro de la Jerusalén Oriental ocupada, capital del Estado de Palestina. Nosotros estamos totalmente comprometidos con la libertad de culto, y no vamos a caer en las tretas israelíes para normalizar sus políticas de ocupación y colonización.
A/I: ¿No sería más importante tratar de reorientar la discusión sobre el contenido de la resolución, esto es, la reivindicación de la libertad de acceso y de culto para que todos los musulmanes y cristianos puedan visitar los lugares santos de Jerusalén (y los enclaves de valor religioso ubicados en Belén y Hebrón)?
S.E.: Una vez más, nunca hemos dicho lo contrario. Es cierto que Israel puso en marcha una campaña de relaciones públicas muy fuerte ante las capitales de muchos países, pero aquellos dirigentes que toman las decisiones deben leerse bien las resoluciones en lugar de simplemente responder a los argumentarios israelíes. El hecho de que Israel, como poder ocupante, haya cercenado gravemente la libertad de culto en el Estado ocupado de Palestina, ya sea en la ciudad antigua de Jerusalén, en la Mezquita de Ibrahim en Hebrón (o Cueva de los Patriarcas), y en la Tumba de Raquel, también conocida como Mezquita Bilal Bin Rabah en Belén, constituye una grave violación de nuestros derechos. Además, tenemos dificultades para alcanzar otros lugares sagrados situados en el Valle del Jordán, el Monte Yerzim dentro de la ciudad autónoma de Nablús y otros. ¡La ciudad vieja de Jerusalén se ve sistemáticamente cerrada para millones de árabes, tanto cristianos como musulmanes! No hay más que ver lo que sucede todos los años durante la Semana Santa dentro y alrededor del Santo Sepulcro, que es sellado herméticamente por la policía. La causa por la libertad de culto es la nuestra, no la suya, y haremos oír nuestra voz.
A/I: ¿No ha logrado esta controversia terminológica que discutamos más sobre la dimensión histórica y arqueológica del pasado –que por supuesto es muy importante, sobre todo en un lugar con la historia tan compleja que presenta Tierra Santa– más que sobre la dimensión política y social del presente, así como sobre sus implicaciones para el futuro?
Solicitamos el retorno al ‘statu quo’que prevaleció en la Explanada de las Mezquitas hasta el año 2000
S.E.: Respetamos a la Unesco como un foro internacional donde promovemos y preservamos nuestro patrimonio histórico, científico, arqueológico y cultural. La dimensión política se discute en otros foros, principalmente en la Asamblea General y en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. No nos hemos inventado la terminología. Es la misma que fue utilizada durante siglos en Jerusalén, incluso durante la época del mandato británico. Lo que nosotros denunciamos es que el gobierno de Israel está usando la arqueología y la religión para legitimar su colonización ilegal de la Palestina ocupada.
A/I: ¿Hay esperanzas de restablecer el ‘statu quo’ que gobernó la Explanada de las Mezquitas antes del comienzo de la segunda Intifada, de forma que el Waqf (institución jordana encargada de guardar y mantener los lugares sagrados del Islam en Tierra Santa) pueda retomar el control del acceso y de la seguridad, tal como lo solicita la resolución?
S.E.: Hemos estado plenamente coordinados con Jordania en este asunto. Yo personalmente se lo planteé al ministro de Asuntos Exteriores jordano, Nasser Judeh. Aquí contamos con el pleno apoyo de la Liga Árabe y de la Organización de la Conferencia Islámica. No obstante, continuaremos redoblando nuestros esfuerzos en esa dirección.
A/I: ¿Está Jordania haciendo lo suficiente en términos de protección y conservación de la Explanada de las Mezquitas, y también en cuanto a la protección de los palestinos y de los musulmanes de otras nacionalidades (entre ellas la propia jordana) que quieren
acceder al recinto y rezar?
S.E.: Jordania está haciendo todo lo que puede para proteger y conservar la Explanada de las Mezquitas. Debe señalarse que el rey Abdalá II es el custodio del Haram el Sharif y de otros lugares religiosos situados dentro de la ciudad vieja de Jerusalén. Como he dicho, siempre coordinamos nuestras posiciones con Jordania cuando se trata de Jerusalén, incluido nuestro enfoque sobre la resolución de la Unesco. No debemos olvidar que Jerusalén Oriental, incluida la ciudad vieja, está bajo una ocupación militar extranjera que incluso ha prohibido a nuestra propia ANP operar en la ciudad al negarnos cualquier tipo de jurisdicción o derecho sobre la misma.
A/I: Parece que el trato entre el rey Abdalá II y el primer ministro Netanyahu para prohibir a algunos ministros, diputados de la Knesset y otros agentes provocadores israelíes su entrada en la Explanada de las Mezquitas ha funcionado bastante bien. Pero, ¿qué va a pasar en cuanto Donald Trump tome posesión en la Casa Blanca y el gobierno israelí aproveche para cambiar algunas de sus políticas y prácticas, como por ejemplo poniendo en marcha la construcción de nuevos asentamientos y la anexión de más tierras?
S.E.: Tal vez los ministros israelíes no estén yendo al Haram el Sharif en estos momentos, pero su presencia es sentida todos los días por nuestro pueblo. Siguen incitando contra nuestra presencia, incluyendo ahora el objetivo de silenciar las llamadas tradicionales a la oración por parte de los muecines, algo que muestra la naturaleza islamofóbica del actual gobierno israelí. En cuanto al presidente electo Trump, somos conscientes de que ha hecho algunos comentarios durante su campaña que dan cobertura a las acciones del gobierno de Netanyahu, pero también sabemos que Trump se ha comprometido públicamente a encontrar una solución justa a la cuestión de Palestina. No creo que la administración Trump cambie una posición sistemática de la doctrina exterior de EE UU que ha durado casi los 50 años de ocupación israelí. Entendemos la emoción sobrevenida a algunos elementos racistas dentro del actual gobierno israelí, pero esperamos trabajar con la nueva administración Trump para lograr la solución de dos Estados según las fronteras previas a 1967.
No creo queTrump cambie la política exterior de EE UU que ha durado los 50 años de ocupación israelí
A/I: ¿Puede la victoria de Trump empeorar la situación en la Explanada de las Mezquitas, ya que parece tener una ‘Weltanschauung’ bastante antimusulmana y xenófoba en general? Si se les permite a los agentes provocadores entrar en la Explanada y vuelven a ser libres para agitar a favor de la construcción del Tercer Templo, ¿podríamos enfrentarnos a una tercera Intifada?
S.E.: No puedo dar mi opinión sobre algo que todavía no ha sucedido y que esperemos que no suceda. Entre los partidarios del Sr. Trump hay, sin duda, muchos islamófobos, así como quienes apoyan plenamente el plan israelí de enterrar la solución de los dos Estados y normalizar un régimen de apartheid en toda la Palestina histórica. Pero estamos esperando nuestro turno para tratar con el presidente Trump, no con el candidato Trump. No creo que los estadounidenses estén contentos de ver a los israelíes echando más leña al fuego en la región debido a su política mezquina.
A/I: ¿Cree que el presidente Trump, tratará de trasladar la embajada de EE UU desde Tel Aviv a Jerusalén, tal como aseguró durante la campaña electoral y ha repetido tras ganar las elecciones? ¿Qué consecuencias podría tener este movimiento político?
S.E.: No, no creo que llegue a cambiar la embajada de posición, porque eso no solo contravendría el ordenamiento jurídico internacional y las resoluciones de Naciones Unidas, sino que iría en contra de esa doctrina de política exterior de los últimos 50 años que antes le mencionaba.
A/I: ¿Está usted trabajando en planes de contingencia para hacer frente a las consecuencias que la política exterior de Trump podría traer potencialmente al conflicto israelí-palestino? Por ejemplo si cambian las políticas en ámbitos como con la construcción de nuevas colonias o la anexión unilateral de las llamadas Áreas C de Cisjordania.
S.E.:Tenemos a nuestros equipos –tanto de la ANP como de la OLP– evaluando cómo lo que está ocurriendo tras la victoria de Trump podría afectar a las relaciones palestino-americanas. Como dijimos, trabajaremos con cualquier gobierno elegido por el pueblo estadounidense y tenemos que actuar en consecuencia. EE UU es una sociedad fascinante y Palestina tiene muchos amigos allí. Además, tenemos a millones de árabes, entre ellos cientos de miles de palestinos que forman parte de la vida estadounidense, incluida la política. La próxima semana recibimos una importante delegación de pastores de iglesias evangélicas. También tenemos muchos buenos amigos entre los afroamericanos, latinos, asiáticos y, particularmente, entre la comunidad judía estadounidense. De hecho, la semana pasada estuve con un grupo maravilloso de JStreet y, a menudo, recibimos a personas de Jewish Voice for Peace. Personas que no apoyan la violación de los derechos de los palestinos. El movimiento de solidaridad con Palestina continúa creciendo en EE UU a pesar de la persecución que muchos de sus activistas –incluyendo aquellos encuadrados dentro de “Estudiantes por la Justicia en Palestina”– están sufriendo a manos de organizaciones sionistas derechistas, que están aplicando un nuevo McCarthysmo en los campus universitarios.
A/I: ¿Está la ANP o la OLP, o ambas, coordinando posiciones con la Liga Árabe y la Organización de la Conferencia Islámica para hacer frente a esta nueva adversidad a la que la causa palestina se va a enfrentar durante los próximos años? ¿Puede dar algún ejemplo de este tipo de coordinación a nivel árabe y musulmán?
S.E.: ¡La causa palestina ha tenido que avanzar con el viento en contra durante los últimos 70 años! Estamos coordinados de muchas maneras, incluyendo a través de la Iniciativa de Paz Árabe (2002). Apoyamos la Iniciativa de Paz Francesa (2016), que aspira a convocar una gran conferencia regional de paz en París. Trabajamos juntos en las Naciones Unidas. Somos conscientes de que siempre podemos hacer más, pero también sabemos que la situación actual del mundo árabe no es la más fácil. Esto no implica que la causa palestina ya no esté en el corazón del mundo árabe y musulmán. No habrá solución a los conflictos que tienen lugar en la región sin resolver primero la cuestión de Palestina, y esto es algo en lo que todos –no solo árabes y musulmanes– estamos de acuerdo.
A/I: ¿Es la elección de Trump el principio del fin para la solución de dos Estados, o cree usted que todavía hay margen de maniobra para crear un Estado palestino políticamente soberano y económicamente viable?
S.E.: Sabemos que el actual gobierno israelí está haciendo todo lo posible para enterrar la solución de dos Estados, pero no creemos que el nuevo presidente de EE UU vaya a cambiar una posición que está fuertemente basada en lo que sus predecesores inmediatos –Barack Obama, George Bush hijo, Bill Clinton, George Bush padre– definieron como parte de su interés de seguridad nacional. Ha de saber que los judíos representan el 49,1% del total de la población que reside en la Palestina histórica. A su vez, ellos tienen que saber que no nos vamos a ir a ninguna otra parte. Apoyamos una solución justa basada en dos Estados sobre las fronteras previas de 1967, y vemos cómo la única alternativa seria la de un Estado binacional y democrático para todos. Yo, en particular, me encuentro bien con cualquiera de los dos modelos. Pero Israel debe saber que no vamos a quedarnos ociosos esperando que sean ellos los que tomen la decisión.