n.35 Jóvenes democracias

Editorial

De nuevo, ahí está el debate entre libertad de expresión y respeto a la religión. Un nuevo rebrote de este conflicto que logra resucitar un casi difunto “choque de civilizaciones”. Sin embargo, en esta ocasión no solo resucita los viejos fantasmas sino que alimenta los peores presagios de quienes vaticinaban los peores males a la Primavera Árabe. La libertad de expresión es un derecho irrenunciable, el respeto al prójimo y a sus creencias, una responsabilidad de todos; pero de nada servirá perdernos en trazar límites si con ello olvidamos la realidad de este nuevo capítulo de “caricaturas”, continuación nefasta de lo sucedido en 2006. Esta vez, la provocación procede de un vídeo que no es más que un necio instrumento para provocar el efecto que, de hecho, logró: encender los ánimos con una ofensa a lo más sagrado.

Esta provocación es una burda manipulación que ha resultado muy conveniente a determinados sectores de las sociedades musulmanas que logran así alentar una violencia execrable. En Bengasi, las manifestaciones en contra de la ofensa al profeta del islam fueron utilizadas presuntamente de forma deliberada para llevar a cabo un ataque orquestado contra el consulado de Estados Unidos, con el ya conocido terrible desenlace. Coinciden dos hechos que conmocionan a la comunidad internacional y al pueblo libio. Las visiones más rigoristas del islam, en una sociedad muy conservadora, no habían logrado representación ninguna en la vida política del país. De este modo, intentan forzar que se oiga su voz, aunque sea mediante la violencia. Las milicias son un lastre para el proceso político que vive el país. Finalmente el proceso de desarme se ha iniciado tras este episodio, aunque pueda encontrar fuertes resistencias de algunas milicias muy arraigadas a determinados líderes tribales.

En Egipto, el guante lanzado por la provocación es recogido por sectores del radicalismo rigorista y populista que abandera la causa contra Estados Unidos para movilizar a sus seguidores y a los sectores de la sociedad más fácilmente manipulables: jóvenes frustrados tras el ardor revolucionario que no han visto mejorar su vida cotidiana. Salir a la calle y ondear sus banderas del radicalismo es una forma de influir en la agenda política y social, justo cuando Túnez y Egipto están redactando, no sin problemas, unas constituciones que deberán configurar el nuevo modelo de Estado posrevolucionario. Los islamistas en el gobierno, tunecinos y egipcios, se ven abocados de repente al dilema de apoyar a los que supuestamente pretenden alzarse como defensores del islam o condenar la violencia y rechazar los actos vandálicos. Aunque parezca banal, el asunto resulta más complejo para unas fuerzas sociopolíticas que siempre pretendieron liderar la causa del islam.

El oportunismo ha ido creciendo día tras día, desde el Hezbolá libanés que aprovecha para recuperar fuerzas tras el desgaste por el apoyo a Al Assad, hasta algunos defensores de la libertad de expresión que no desperdician la ocasión de resucitar argumentos cercanos a la islamofobia. Algunos han considerado estas protestas como una deriva radical de la Primavera Árabe. Comparar las masivas movilizaciones populares pacíficas que derrocaron a los regímenes en 2011 y las minoritarias protestas violentas de ahora resulta perverso. Ni existe comparación posible entre ambos episodios ni una relación causa-efecto, solo un nuevo contexto de libertad que permite que estos sectores radicales se manifiesten hoy libremente.

Resulta paradójico que esta cuestión secuestre el debate sobre la libertad de expresión en unas sociedades en las que buena parte de la población está librando una dura batalla diaria, con medios pacíficos y democráticos, por preservar o garantizar los derechos de pensar, expresarse y manifestar libremente sus propias opiniones. Y que la atención, interna y externa, se centre en estas lamentables protestas y no en las que de verdad importan, las reivindicaciones de hombres y mujeres, trabajadores o jóvenes que siguen luchando contra las injusticias y apostando fuerte por el futuro de su país.

Altres números
afkar/ideas
La geopolítica del Cuerno de África
afkar/ideas
¿Es posible la paz en Oriente Próximo?
afkar/ideas
Israel-Palestina ¿el día después?
afkar/ideas
Relaciones euromediterráneas. Nuevos retos.
afkar/ideas
Irán. Claves de la crisis
afkar/ideas
Emergencia climática en la región MENA
afkar/ideas
Guerra en Ucrania: impacto en el Mediterráneo Sur
afkar/ideas
Mujer y cambio social en el mundo árabe
afkar/ideas
Sahel, la otra frontera de Europa
afkar/ideas
Túnez: ¿democracia o autoritarismo?
afkar/ideas
Pandemia y autoritarismo
afkar/ideas
Nuevo pulso en la calle árabe
afkar/ideas
Migrantes en países árabes
afkar/ideas
Factores de cambio en Argelia
afkar/ideas
Procesos de radicalización: ¿dónde y cómo?
afkar/ideas
Sexualidad y cambio social
afkar/ideas
El futuro de Israel y Palestina
afkar/ideas
Campos de refugiados, la asignatura pendiente
afkar/ideas
Periodismo y guerra
afkar/ideas
Siria: arte y guerra
afkar/ideas
Minorías y fronteras en el mundo árabe
afkar/ideas
¿Hacia dónde va Turquía?
afkar/ideas
Musulmanes de Europa
afkar/ideas
Crece el caos en Líbia
afkar/ideas
Arabia Saudí: nuevo rey, nuevo orden
afkar/ideas
Rusia avanza hacia el Mediterráneo
afkar/ideas
Guerra Fría en Oriente Medio
afkar/ideas
Lucha contra el terror
afkar/ideas
Contra el terrorismo del “Estado Islámico”
afkar/ideas
¿Qué hacer en Oriente Medio?
afkar/ideas
Nuevo jaque a la democracia
afkar/ideas
Gana el consenso democrático en Túnez; en Egipto se impone la autoridad
afkar/ideas
Irán, última gran oportunidad
afkar/ideas
Revolución, futuro incierto
afkar/ideas
La tragedia de los refugiados sirios
afkar/ideas
Revolución año II
afkar/ideas
Líderes emergentes en el mundo árabe
afkar/ideas
Jóvenes democracias
afkar/ideas
Egipto, transición confusa
afkar/ideas
¿Hasta cuándo Siria?
afkar/ideas
Tres victorias islamistas
afkar/ideas
Árabes año cero, nueva era constitucional
afkar/ideas
Sublevaciones árabes
afkar/ideas
El despertar árabe
afkar/ideas
Golfo arábigo
afkar/ideas
Revolución digital en el Mediterráneo
afkar/ideas
Israelíes y palestinos, 62 años después / Fondos soberanos: más allá del petróleo
afkar/ideas
Musulmanes de Europa / Energías limpias
afkar/ideas
Egipto busca su futuro / Semestre europeo
afkar/ideas
Desafíos a la seguridad / Fiebre electoral
afkar/ideas
Turquía-Unión Europea-EE UU ante Oriente Próximo / Energía en tiempos de crisis
afkar/ideas
¿Hacia dónde va el mundo musulmán? / Cómo resistir a la crisis en el Magreb
afkar/ideas
Obama: Estados Unidos –y el mundo– cambian / Banca islámica ante la crisis financiera
afkar/ideas
Europa reconsidera sus políticas de inmigración
afkar/ideas
Energía y carrera de armamentos: Argelia, Libia, Marruecos compiten en la región
afkar/ideas
Políticas migratorias / Relaciones euromediterráneas, una visión del Sur
afkar/ideas
China busca el Magreb / Marruecos frente a la globalización
afkar/ideas
Oleaje en el Mediterráneo
afkar/ideas
Al Qaeda amenaza al Magreb / Marruecos-Unión Europea, la relación avanza
afkar/ideas
Turquía en la Unión Europea / España: equilibrio entre Argelia y Marruecos. Relaciones económicas Norte-Sur
afkar/ideas
Imames en Europa / Desarrollo económico integrado en Magreb / Oriente Próximo
afkar/ideas
Un Magreb sin fronteras
afkar/ideas
Inmigración africana: Europa busca soluciones / El Magreb revisa su pasado / Modelos de desarrollo económico
afkar/ideas
Educación en el Mediterráneo / Seísmo en Oriente Próximo
afkar/ideas
Nuevos medios de comunicación árabes / Resultados de la Cumbre Euromediterránea / Alianza de civilizaciones
afkar/ideas
Mujeres en el mundo árabe / Regiones en el Magreb
afkar/ideas
Rodríguez Zapatero: En noviembre 2005 Barcelona significará más y mejor partenariado / El Magreb emergente / ¿Primavera árabe?
afkar/ideas
Berberes hoy / Barcelona + 10 / Bush, nuevo mandato
afkar/ideas
Iniciativas para el Sahara / Reformas educativas en el Magreb
afkar/ideas
Jóvenes marroquíes: empleo, sueños, migraciones…
afkar/ideas
Magreb, democracia y estabilidad: se puede cuadrar el círculo
afkar/ideas
5+5