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Tendencias económicas

Marruecos, centro de fabricación verde: oportunidades para Europa

Michael Tanchum
Investigador asociado del Middle East Institute

La acelerada ruptura de las cadenas de suministro mundiales durante los últimos 10 años ha hecho que la Unión Europea (UE) se vincule más económicamente a Marruecos, ya que el reino se ha convertido en uno de los principales exportadores de bienes clave a la UE, desde productos agrícolas hasta componentes de aviones y automóviles. Durante los próximos cinco años, la dependencia de la UE respecto a Marruecos se intensificará significativamente, ya que la Unión se esfuerza por cumplir sus objetivos de transición energética para 2030 y Marruecos avanza de forma simbiótica en el desarrollo de una base manufacturera diversificada y alimentada por energías renovables para satisfacer las necesidades de Europa.

Con abundantes recursos de energía solar y eólica, Marruecos es líder en el desarrollo de energías renovables entre los países de Oriente Medio y el norte de África (MENA). Su acelerado crecimiento en este sector se está produciendo gracias al desarrollo de un dinámico ecosistema de energía verde, en el que las renovables están empezando a incorporarse a los principales sectores industriales de la economía, lo que refleja el énfasis estratégico del reino en la creación de un desarrollo sostenible y descarbonizado. El ecosistema de energía verde de Marruecos está dando lugar a cadenas de valor internacionales de exportación de energía renovable basadas en la producción del país de hidrógeno verde, en forma de amoníaco verde, así como de fosfatos, otros minerales y metales, fertilizantes, productos agroalimentarios y productos manufacturados acabados, como los vehículos eléctricos (VE), cuya producción se alimenta cada vez más, en parte o en su totalidad, con energía renovable.

Como potencia manufacturera verde, Marruecos se ha convertido en un escenario de competencia mundial entre China, EEUU, los Estados árabes del Golfo, Australia y otros actores no europeos.

El desarrollo de un ecosistema de fabricación de energía verde en Marruecos se está acelerando gracias a la aplicación por parte de la UE de los aranceles de su Mecanismo de Ajuste en Frontera por Carbono (CBAM), cuyas seis categorías de productos iniciales son: hidrógeno, fertilizantes, hierro/acero, aluminio, cemento y electricidad. Marruecos está llamado a ser un importante proveedor de la Unión de versiones ecológicas de estos y otros insumos críticos. Igualmente importante, si no más, es que está a punto de exportar también productos intermedios y acabados ecológicos. Otras medidas del paquete “Fit for 55” de la Comisión Europea, como la eliminación gradual de los automóviles de combustible fósil, están incentivando la transición de Rabat para convertirse en un proveedor exportador de productos manufacturados ecológicos.

La creciente importancia geopolítica de Marruecos para Europa se basa principalmente en su ascenso como potencia manufacturera climáticamente inteligente del siglo XXI, reforzada por su favorable geografía mediterránea y la demografía de su mano de obra (la edad media en Marruecos es de 30 años, frente a los 45 años de la UE). Su auge como fabricante ecológico también plantea retos para el futuro de Europa, ya que se ha convertido en un escenario de competencia mundial en el que China, Estados Unidos, los Estados árabes del Golfo, Australia y otros actores no europeos están aumentando sus inversiones en la capacidad de producción industrial de Marruecos.

El ascenso de las empresas chinas a una posición de preeminencia en el sector de la fabricación de VE de Marruecos, como se analiza más adelante, es un aviso de que el liderazgo europeo en las cadenas de valor de fabricación de Marruecos a Europa no está predeterminado. El hecho de que los grandes centros metropolitanos de Europa sean los principales mercados finales de las cadenas de valor de fabricación de Marruecos no debe ser motivo de complacencia para Europa. Dadas las perspectivas de Marruecos de convertirse en un fabricante industrial ecológico y el desplazamiento del liderazgo europeo en el sector de los VE de Marruecos, la lentitud de la UE y sus Estados miembros a la hora de facilitar una inversión más sólida del sector privado europeo en la base de fabricación descarbonizada de Marruecos puede suponer un coste para el control de Europa sobre sus propias cadenas de suministro y su influencia geopolítica.

COMPRENDER EL ECOSISTEMA DE ENERGÍA VERDE DEL REINO

Marruecos es uno de los 10 países en cuyo territorio se encuentra el desierto del Sáhara. Al recibir los niveles de irradiación solar más altos del mundo, la energía solar total que incide sobre el desierto del Sáhara podría producir una cantidad de electricidad 7.000 veces superior a la demanda total de electricidad de la UE en un momento dado. Reducir esta cifra en tres órdenes de magnitud menos que el potencial teórico y asignar a Marruecos una décima parte como aproximación preliminar (es decir, generar energía renovable equivalente al 70% del consumo total de electricidad de la UE) seguiría haciendo que el reino fuera autosuficiente en materia de electricidad, capaz de alimentar su propia base industrial de fabricación ecológica y exportar tanto energía verde como bienes a Europa. Además, esta energía solar se vería aumentada por sus recursos eólicos. Los vientos nocturnos casi constantes cerca de la costa y en alta mar en las regiones meridionales de Marruecos, junto con la energía solar diurna, pueden proporcionar energía renovable prácticamente las 24 horas del día, sin necesidad de ningún mecanismo de almacenamiento.

A diferencia de sus vecinos del norte de África y el Sahel, Marruecos ha tenido un éxito sin precedentes en la materialización de este potencial, desde que estableció su programa de desarrollo de energías renovables a principios de la década de 2010. En 2022, se situó como el mercado de energías renovables más atractivo del mundo para la inversión, según el Índice de Atracción en Energía Renovable por País publicado por Ernst & Young, normalizado por su PIB. Marruecos sigue siendo el único país de la región MENA que figura entre los 10 principales mercados de energías renovables: en 2022, representaban el 38% de su capacidad de generación de energía instalada, superando con creces a otros países de la región. Y está en camino de cumplir su objetivo para 2030 de que las energías renovables representen el 52% de su capacidad de generación de energía.

INSUMOS CRÍTICOS: HIDRÓGENO, FERTILIZANTES Y METALES

Con la generación de energía renovable como base, el ecosistema de energía verde de Marruecos se está convirtiendo en un importante centro de producción en las cadenas de valor del hidrógeno, los fertilizantes y los metales bajos en carbono, ya que la producción de fertilizantes y metales verdes depende del hidrógeno verde. El proceso de producción de hidrógeno convencional a partir del gas natural libera cantidades considerables de dióxido de carbono (CO2 ) a la atmósfera y se denomina hidrógeno “gris”. El amoníaco se produce convencionalmente a partir de la combinación de hidrógeno gris y nitrógeno. La fabricación de fertilizantes sintéticos, de los que depende el suministro mundial de alimentos, representa alrededor del 70% del consumo mundial de amoníaco, lo que hace que el gas natural represente el 80% del coste variable de la producción de fertilizantes. El hidrógeno gris y los fertilizantes producidos a partir de él constituyen dos de las seis categorías de productos iniciales a las que se dirige el CBAM. El suministro adecuado y asequible de fertilizantes sintéticos constituye la base de la agricultura en Países Bajos, Alemania, Francia, España e Italia. Sin el uso continuado de fertilizantes a los niveles actuales, estos países no seguirían figurando entre los 10 principales exportadores de alimentos del mundo.

Marruecos ha experimentado un éxito sin precedentes desde que puso en marcha su programa de desarrollo de energías renovables a principios de la década de 2010

A diferencia del hidrógeno gris, el hidrógeno verde se produce utilizando electricidad generada a partir de fuentes renovables para separar el agua en sus componentes de hidrógeno y oxígeno, creando un hidrógeno libre de carbono (de ahí el término “verde”) que luego puede combinarse con el nitrógeno de la atmósfera para producir amoníaco verde. Marruecos posee el 73% de las reservas mundiales de roca fosfórica, de la que se obtiene el fósforo utilizado en los fertilizantes sintéticos, lo que ha permitido a la empresa marroquí OCP, fabricante de fosfatos y fertilizantes, convertirse en el cuarto exportador mundial de fertilizantes. Los ingresos de este gigante de los fertilizantes en 2024 ascendieron a 9.760 millones de dólares. La sostenibilidad de las operaciones de OCP mediante la transición energética es una cuestión de interés nacional y la ha situado en un papel destacado en el desarrollo del ecosistema de energía verde de Marruecos. OCP convirtió la sustitución de las importaciones de hidrógeno gris, valoradas en 2.000 millones de dólares al año, en una prioridad máxima y anunció en 2023 sus planes de construir una planta de amoníaco verde de 7.000 millones de dólares. La empresa tiene como objetivo aumentar su producción propia de amoníaco verde a un millón de toneladas para 2027 y alcanzar los tres millones de toneladas para 2032. OCP va a invertir 13.000 millones de dólares entre 2023 y 2027 en el desarrollo de energías renovables para utilizar energía 100% limpia en 2027. Se están construyendo plantas solares específicas en las ciudades mineras de Benguerir y Juribga, donde se encuentran las mayores reservas de fosfato de Marruecos. OCP espera alcanzar la neutralidad en carbono en todas sus operaciones para 2040.

Más allá del suministro para la producción de fertilizantes, Marruecos y sus socios europeos están considerando la exportación de amoníaco verde a Europa para procesos de fabricación industrial y como combustible. Se prevé que el valor del mercado mundial del hidrógeno verde supere el valor del comercio mundial de GNL ya en 2030 y siga creciendo hasta alcanzar los 1,4 billones de dólares en 2050. Se espera que los ingresos anuales de hidrógeno verde de la región MENA alcancen los 130.000 millones de dólares en 2050, siendo Marruecos el principal productor regional de hidrógeno verde y sus derivados.

Total Eren, una filial propiedad al 100% del gigante energético francés TotalEnergies, está desarrollando un megaproyecto de amoníaco verde de 10.000 millones de dólares en la región marroquí de Guelmim-Ued Nur, donde la energía producida por los vientos nocturnos cercanos a la costa puede complementar la energía solar diurna para un funcionamiento ininterrumpido. La mayor instalación de energía eólica de Marruecos se está desarrollando como parte del megaproyecto. Y hay otros proyectos del sector privado europeo. Países Bajos, segundo exportador mundial de alimentos y mayor consumidor de fertilizantes por hectárea de la UE, concedió en 2022 garantías de préstamo a la empresa holandesa de hidrógeno verde Proton Ventures para construir una planta de amoníaco verde en el puerto marroquí de Jorf Lasfar.

Estos proyectos de amoníaco verde, junto con el proyecto de HEVO, de menor envergadura y respaldado por Portugal y la UE, sirven de modelo para que Europa facilite de forma proactiva la participación del sector privado en el sector del hidrógeno verde de Marruecos.

En abril de 2024, OCP firmó un acuerdo para crear una joint venture con Fortescue Energy, la división de hidrógeno verde del gigante australiano de la energía, la minería y los metales Fortescue, para colaborar en el desarrollo de una capacidad de producción integrada a gran escala de amoníaco verde y fertilizantes verdes en el reino, para abastecer a Marruecos, Europa y otros mercados internacionales. El acuerdo también articula el objetivo de desarrollar instalaciones marroquíes para la “fabricación de tecnología y equipos verdes”, en colaboración con InnovX, desarrollador de tecnología sostenible afiliado a OCP. Con la finalización de todos los proyectos actualmente en desarrollo, Marruecos podría exportar anualmente a Europa entre uno y tres millones de toneladas de hidrógeno verde o su equivalente en amoníaco verde. Sin embargo, como demuestra la asociación entre OCP y Fortescue, Europa podría perder su posición como socio líder en el sector del hidrógeno verde de Marruecos si no mantiene una postura continua y con mirada al futuro a través de la inversión en empresas conjuntas.

El hidrógeno verde también se está convirtiendo en un combustible clave para reducir la huella de carbono de la producción de metales. La Comisión para la Transición Energética ha estimado que para cumplir los objetivos climáticos de 2050 serían necesarios 6.500 millones de toneladas de materiales de uso final, de los cuales el 95% sería acero, cobre y aluminio. El uso de hidrógeno verde significa que la energía renovable puede alimentar el procesamiento adicional de metales, que consume mucha energía, necesario para la construcción de nuevas infraestructuras de generación de energía renovable y transmisión de electricidad.

El sector siderúrgico mundial representa alrededor del 7% de las emisiones globales de CO2 . En 2023, la primera planta de producción de acero verde de Europa, la planta H2 Green Steel, comenzó a funcionar en Suecia, y pronto le seguirá HYBRIT (Hydrogen Breakthrough Ironmaking Technology), financiada por la UE, también en ese país. Además, se están llevando a cabo otros proyectos de producción de acero verde en toda Europa, entre ellos en España, Francia y Alemania. La empresa alemana Aurubis ha sido pionera en el uso del hidrógeno en Europa para el procesamiento del cobre, mientras que la también alemana Leichtmetall (ahora propiedad de EGA, de Emiratos Árabes Unidos) utiliza energía renovable en la producción de aluminio secundario. El amoníaco verde producido en Marruecos y transportado por mar constituirá una base importante para el futuro de la producción de metales en Europa.

Más allá del hidrógeno, Marruecos está desarrollando su propia producción de metales verdes para la fabricación industrial y la construcción. En diciembre de 2022, la acería Sonasid, propiedad conjunta de ArcelorMittal y el holding marroquí Al Mada, produjo el primer envío de acero verde del país con un 100% del material reciclado en Marruecos y un 85% del procesamiento alimentado por energía renovable. Aunque Marruecos aún no ha producido aluminio verde, ha avanzado en el reciclaje de aluminio con la inauguración en 2024 de una planta de recuperación de residuos de aluminio. La producción de aluminio verde de Marruecos estará impulsada por la demanda del sector automovilístico, en particular la fabricación de vehículos eléctricos. Estos están compuestos por un 25-27% más de aluminio que sus homólogos con motor de combustión interna (ICE), y es probable que esta cifra aumente a medida que los fabricantes traten de reducir el peso y los tiempos de producción. Según una previsión de Bloomberg sobre los metales y minerales para VE, la demanda de aluminio se multiplicará por 14 para 2030, mientras que la demanda de cobre, fósforo y hierro se multiplicará por 10. La insuficiente participación del sector privado europeo en el sector del procesamiento y reciclaje de metales ecológicos de Marruecos es una laguna que la UE y sus Estados miembros deben subsanar. Como indicio de un problema mayor, los avances de Marruecos en la producción de cobre ecológico se han producido a través de su industria de fabricación de VE gracias a sus asociaciones con empresas chinas.

PRODUCCIÓN VERDE EN MARRUECOS: UNA ADVERTENCIA PARA LA COMPLACENCIA EUROPEA

La movilidad ecológica, en forma de fabricación de vehículos eléctricos, constituye un pilar industrial en auge del ecosistema de energía verde de Marruecos. La industria automovilística representa alrededor del 25% del PIB del reino. Con una capacidad de producción anual que superará el millón de vehículos en 2030, Marruecos tiene como objetivo fabricar 250.000 coches eléctricos al año. Los fabricantes europeos Renault y PSA (ahora parte de Stellantis) operan plantas de fabricación en el reino que son abastecidas por 250 empresas internacionales de Estados Unidos, Europa, Japón, China, entre otros, cada una de las cuales opera sus propias plantas locales para suministrar componentes de automoción. Por ejemplo, la planta de la empresa china CITIC Dicastal en Kenitra, que suministra componentes a la planta de Peugeot, evidencia que incluso las piezas chinas de los automóviles europeos fabricados en Marruecos también se hacen en Marruecos.

El mercado europeo representa el 90% de las exportaciones de Marruecos, y los dos modelos de automóviles más vendidos en Europa, el Peugeot 208 y el Dacia Sandero de Renault, se fabrican en Marruecos. La directiva de la Comisión Europea de julio de 2021 para eliminar gradualmente los vehículos con motor de combustión interna en la UE para 2035 convierte la movilidad ecológica en una prioridad nacional para Marruecos. La fabricación de las versiones eléctricas del Peugeot 208 y el Dacia Sandero en suelo marroquí es una posibilidad a corto plazo, mientras que la alemana Opel y la italiana Fiat se han embarcado en la producción de VE en el reino. Sin embargo, no debe darse por sentado que las empresas europeas sigan siendo los principales socios de Marruecos en la cadena de valor de la fabricación de VE. Aunque las empresas automovilísticas chinas han tenido que integrarse en las cadenas de valor automovilísticas lideradas por Europa en el reino para la fabricación de vehículos con motor de combustión interna, ahora están a la vanguardia de la promoción de Marruecos como actor principal en la producción de VE gracias a sus inversiones en la fabricación de baterías para VE en el país vecino.

Con una capacidad de producción anual que debería superar el millón de vehículos para 2030, Marruecos aspira a fabricar 250.000 vehículos eléctricos al año

El éxito de Marruecos como gigante de la fabricación de VE depende de la producción local de baterías de iones de litio, que representan entre el 30% y el 40% del coste medio de un VE. Los enormes yacimientos de fosfato de Marruecos vuelven a entrar en juego a medida que la industria de los VE pasa de las baterías de litio que utilizan níquel, manganeso y cobalto a las baterías de fosfato de hierro y litio (LFP). Con la fabricación de baterías LFP, Marruecos disfrutaría de una ventaja de costes de hasta un 70% por kilogramo. Además, la producción de ácido fosfórico de OCP para las LFP se alimentará con energía renovable, lo que reducirá la huella de carbono de la producción de baterías para VE.

Para ampliar la presencia china en el ecosistema automovilístico de Marruecos y aumentar su cuota en el mercado europeo de VE, varios fabricantes chinos han realizado importantes inversiones en instalaciones locales de producción de baterías para vehículos eléctricos. La posición de Marruecos en las cadenas de suministro internacionales de vehículos eléctricos se consolidó en junio de 2024, cuando la empresa china Gotion High Tech firmó un acuerdo para construir la primera gigafábrica de baterías para vehículos eléctricos del reino. La planta, con un coste de 1.300 millones de dólares, tendrá una capacidad inicial de 20 gigavatios hora (GWh) y se ampliará en el futuro hasta los 100 GWh, lo que elevará la inversión total a 6.500 millones de dólares. Además de baterías completas, la planta también producirá componentes de cátodos y ánodos para la exportación, lo que convertirá a Marruecos en un proveedor fundamental para la fabricación de vehículos eléctricos en otros lugares.

El acuerdo con Gotion sigue a otros acuerdos de 2024 con los fabricantes chinos de baterías para automóviles Hailiang, Shinzoom y BTR, que representaron una inversión total de 1.600 millones de dólares en plantas para la producción de cobre y la fabricación de cátodos y ánodos. Estos acuerdos de 2024 se basan en otro fundamental de septiembre de 2023 entre la empresa china CNGR Advanced Materials y la marroquí Al Mada para formar una joint venture integral denominada COBCO con el fin de producir precursores de material activo catódico (CAM) para baterías de VE, así como baterías LFP, y reciclar la masa negra de las baterías usadas. Si se extrae en cantidades suficientes, Marruecos podría abastecerse localmente de todos los principales metales para baterías. El reciclaje de baterías de vehículos eléctricos al final de su vida útil en Marruecos puede reducir significativamente la huella de carbono de su producción. COBCO tiene como objetivo utilizar energías renovables en todas sus operaciones para 2026.

CONCLUSIONES

Teniendo en cuenta esta nueva fase de simbiosis económica entre la UE y Marruecos, sigue habiendo dudas sobre si el alcance y la profundidad del compromiso de la UE con el vecino del Sur son proporcionales a su importancia estratégica de la fabricación verde. La posición predominante de China en la producción de baterías para VE en Marruecos facilita que un fabricante chino establezca una cadena de valor independiente. Mientras que las empresas chinas necesitaban integrarse en las cadenas de valor de fabricación de vehículos con motor de combustión interna lideradas por una colaboración entre Europa y Marruecos, ahora una cadena de valor de fabricación de VE liderada por China y Marruecos podría suplantar a los modelos europeos en los mercados de la UE.

Podrían producirse avances similares en otros sectores, como el de los componentes de aviones, en el que Marruecos es un importante fabricante. Y aún más en el caso de productos en los que Marruecos aspira a convertirse en productor, como aviones completos, paneles solares, equipos agrícolas y combustibles sostenibles. El éxito de Marruecos en la fabricación ecológica ha llamado la atención de las empresas de EEUU que ya es consciente de su papel estratégico en un marco atlántico más amplio. Los Estados árabes del Golfo, en particular EAU y Arabia Saudí, están profundizando sus intereses de colaboración en el ecosistema de energía verde de Marruecos, al igual que Japón, Corea del Sur y Australia.

Aunque queda fuera del alcance de este artíuclo, el cálculo estratégico de Europa debe incluir una valoración de las alianzas económicas de Marruecos en África occidental, su potencial de exportación a los crecientes mercados urbanos de esa región y su papel como nodo central de conectividad en un corredor comercial entre África y Europa. La falta de celeridad de Europa a la hora de facilitar la inversión conjunta euro-marroquí en la producción industrial verde abre oportunidades para que actores no europeos aumenten su influencia sobre los flujos comerciales de las cadenas de suministro europeas y la orientación de la conectividad comercial entre África y Europa. Los Estados miembros de la UE deben explorar las oportunidades de asociación con el ecosistema de energía verde de Marruecos. Al mismo tiempo, la UE debería adoptar una perspectiva continental para facilitar la cooperación entre empresas de distintos Estados miembros con el fin de asociarse con Marruecos y garantizar el beneficio mutuo en la era de la transición ecológica hacia una producción industrial postcarbónica./

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