La asociación cultural artway of thinking trata de considerar la realidad desde una perspectiva creativa con el fin de expresar formas y lenguajes en contextos y comunidades específicos según observaciones previas. Normalmente trabaja con grupos y usa métodos interdisciplinarios con el objetivo de elaborar visiones colectivas y participativas. Uno de los proyectos de artway of thinking consistió en trabajar, durante cuatro meses, con demandantes de asilo y beneficiarios de programas de protección humanitaria para proporcionarles asistencia educacional y terapéutica y, así, reforzar sus habilidades y su autonomía personal. A través de la práctica de diversas actividades interdisciplinarias, los participantes fueron capaces de expresar sus preocupaciones y valorar mejor sus capacidades a la hora de desenvolverse por sí mismos en el país de acogida.
Entramos en el piso y nos encontramos con los grandes ojos de A. y la mirada distante de H. Estrechamos las manos y empezamos a trabajar. Estamos en diciembre de 2018.
Vamos a visitar los pisos del proyecto SPRAR Disagio Mentale e Disagio Sanitario, dirigido a migrantes con trastornos físicos y mentales en Bolonia, coordinado por la cooperativa social CIDAS, hasta marzo de 2019.
Durante cuatro meses hemos trabajado con demandantes de asilo que presentan puntos de vulnerabilidad no crónicos, así como con beneficiarios de programas de protección humanitaria internacional, a quienes el programa SPRAR ofrece apoyo educativo, terapéutico y rehabilitador con el objetivo de recuperar las habilidades propias y la autonomía personal.
Se trata de hombres nacidos entre 1988 y 2000, algunos de ellos con problemas psiquiátricos reconocidos y/o enfermedades médicas crónicas, que escaparon de sus hogares y están marcados por la violenta experiencia del viaje a través del mar Mediterráneo. Albergan la esperanza de conseguir un futuro mejor para ellos y para sus familias, que se encuentran muy lejos. Vienen de Guinea, Níger, Pakistán, Camerún, Nigeria, Senegal, Costa de Marfil, Marruecos, Guinea Bissau, Libia, Gambia y Albania.
Nos enteramos de que están asistiendo a cursos de carpintería, confección de ropa, cocina y electrotecnia.
Descubrimos sus pasiones: música, fútbol, teatro, cocina, rezo, pintura, artes marciales y asistencia a gente mayor.
W. habla bien italiano y otras cinco lenguas de su región. A Y. le gusta arreglar todo lo que encuentra: dicen que algún día construirá una casa en un árbol de un parque de Bolonia, pero nadie sabe dónde exactamente.
Los ojos evasivos de todos ellos contienen su pasado, sus recuerdos se mantienen escondidos bajo la piel, marcados por las cicatrices de episodios traumáticos.
Sus historias son voces en la niebla: uno vivió más de un año en la calle, otro procede de varios programas de bienvenida SPRAR que fracasaron en su día y ahora parece que ha encontrado la estabilidad a pesar de la perturbación causada por los traumas pasados. Sufre de ansiedad y de una pérdida severa de memoria que lo angustian profundamente. Otro acarrea una historia de abusos pero nadie conoce toda la historia; otro padece insomnio, lo asaltan recuerdos recurrentes de su experiencia migratoria y tiene problemas de orientación espaciotemporal; otro apenas puede establecer relaciones o convivir con otras personas, reacciona de forma exagerada ante una negación y se acurruca en forma de bola; otro necesita constantes chequeos clínicos debido a una aneurisma cerebral.
Entramos en los pisos ofreciendo nuestras ricas y frágiles experiencias, junto con el conocimiento adquirido en proyectos similares con snark (Villa Aldini, Italia), artway of thinking (llamado BOA Percorsi In Terra Straniera) y Love Difference (Marsa Open Centre, Malta); además de nuestra voluntad de dejar que la belleza y la complejidad surjan a través de acciones creativas y transformadoras.
Nos comunicamos en italiano, inglés y francés, pero también hemos aprendido a entender los movimientos de los otros: los silencios, las ausencias y las miradas por la habitación son, asimismo, mensajes, y los gestos aquí son verdaderos.
Los espacios habitables están bastante vacíos y resultan impersonales, poco acogedores; no invitan a quedarse y cuidarse. Hacemos una lista de muebles necesarios, como mesas de noche y de comedor, lámparas de pie y escritorio, jarrones, sillones, alfombras, estantes para zapatos y más cosas, y entonces lanzamos una campaña de recaudación de fondos en las redes sociales para conseguir todo eso.
El resultado de este proceso de creación en común fue una obra de arte, una acción simbólica y creativa que permitió a los residentes de la casa dejar constancia de su paso por ella. Los participantes escogieron una pared y dibujaron un árbol, como símbolo de crecimiento y hospitalidad, cuyas hojas se añadirán mediante gestos presentes y futuros. Se trata de gestos sencillos y creativos que marcan una presencia en el viaje y, paso a paso, amplían y enriquecen el follaje.
Durante los últimos días del proyecto, invitamos al público a visitar los pisos. Muchos pisaban por primera vez un centro de acogida. En una ocasión, durante esas visitas, I. tomó un pincel y pintó un pájaro en el árbol. En Afganistán era decorador, y nos enseñó algunos murales que había pintado. Mientras nos contaba su historia, nos ofreció un poco de café de cardamomo con los ojos brillantes. Después, todos seguimos trazando líneas en la pared con una gran serenidad interior.
Mediante el uso de prácticas sencillas y experimentales pudimos guiar a los participantes por una serie de actividades que les permitieron expresar su talento y apreciar sus propias habilidades. El programa también desarrolló aspectos del cuidado diario del espacio habitable y generó nuevas interacciones gracias a los lenguajes artísticos contemporáneos y las prácticas creativas.
La creatividad ‒concebida como una energía que existe en cada ser humano‒ era el denominador común de las actividades propuestas en este proyecto. Iniciamos un proceso para sumergirnos en el potencial transformador de un grupo de gente y valoramos el papel de los trabajadores sociales como coordinadores imprescindibles de un programa de rehabilitación que implica un crecimiento personal.