Quaderns de la Mediterrània: Señora comisaria, en noviembre de 2006 tendrá lugar en Estambul la Conferencia Ministerial Euromediterránea «Reforzar el papel de la mujer en la sociedad», centrada en los derechos de las mujeres y la igualdad entre géneros. ¿Cuál es el principal motivo de la conferencia?
Benita Ferrero-Waldner: Los derechos humanos son universales. Son los derechos de todo hombre, mujer y niño de cualquier lugar del mundo. Desgraciadamente, para la mayoría de la población mundial, poder ejercer estos derechos es sólo un ideal, especialmente en el caso de las mujeres. Por lo tanto, tenemos la obligación de denunciar esta situación sin cesar, hasta que los derechos de las mujeres sean respetados y protegidos en todo el mundo. Está claro para todos nosotros que el objetivo del Partenariado Euromediterráneo —la creación de una región de paz, seguridad, prosperidad y oportunidad basada en la democracia y el respeto de los derechos humanos— no se alcanzará hasta que se hayan resuelto las graves desigualdades entre hombres y mujeres existentes en Europa y en los países mediterráneos, porque las desigualdades persisten en nuestras sociedades, y los esfuerzos a favor de la igualdad de derechos a menudo encuentran resistencia. El Partenariado Euromediterráneo ha apoyado activamente a las mujeres mediterráneas, sobre todo en lo que respecta a su acceso a la vida económica, pero tenemos que hacer más y hacerlo de manera coherente y sistemática. Una de mis prioridades personales como comisaria europea es reforzar y relanzar la lucha contra la discriminación y promover la igualdad entre géneros en nuestras acciones exteriores. La coyuntura favorece a la región mediterránea. Hay varias reformas económicas, políticas y sociales en marcha en la región. Estoy muy satisfecha de que haya sido aceptada la propuesta de la Comisión de celebrar una conferencia sobre la igualdad de género a nivel ministerial. En Estambul, por primera vez desde la creación del Partenariado Euromediterráneo, discutiremos las maneras de asegurarnos de que las mujeres participen plenamente en los ámbitos político, social, educativo económico y cultural. Espero que en Estambul logremos alcanzar cierto grado de compromiso político para alcanzar este objetivo y diseñemos planes de acción para el futuro.
Q.M.: ¿Existe el peligro de que la conferencia se considere como un intento de la Unión Europea de exportar sus valores a sus socios del Sur ejerciendo «presión entre iguales»?
B.F.-W.: No creo que la igualdad de género sea un valor de propiedad exclusiva de la Unión Europea. Lo comparten países de todo el mundo y en ambos lados del Mediterráneo hay países que tienen compromisos pendientes en ese sentido. Es evidente que la política y la práctica no coinciden, y ése es el problema que vamos a abordar.
Q.M.: ¿Cuál ha sido el papel de la Comisión Europea en la preparación de la Conferencia Ministerial «Reforzar el papel de la mujer en la sociedad»?
B.F.-W.: Hemos sido sus principales promotores. Consultamos con gobiernos, parlamentos y representantes de la sociedad civil durante una conferencia preparatoria que tuvo lugar en Rabat del 14 al 16 de junio de 2006, en la que 130 participantes de los países miembros del Partenariado Euromediterráneo debatieron aspectos clave de los derechos de las mujeres y los problemas de género en la región. También movilizamos las redes de investigación euromediterráneas existentes. En la conferencia de Rabat se presentaron y debatieron abiertamente los resultados de los informes encargados al Foro Euromediterráneo de los Institutos Económicos (FEMISE), a la Comisión de Estudios Euromediterráneos (EuroMeSCo) y a la Fundación Euromediterránea Anna Lindh para el Diálogo entre Culturas.1 El plan de acción que esperamos ver refrendado en la Conferencia de Estambul desarrolla las interesantes recomendaciones surgidas de la conferencia preparatoria y de los informes. Se identificaron tres temas prioritarios:
• La promoción de la igualdad de derechos y la participación política de las mujeres.
• La valoración de la participación de las mujeres en la vida social y económica como requisito imprescindible para el desarrollo sostenible.
• La modificación de los estereotipos tradicionales de género perpetuados por los sistemas educativos por medios antiguos y nuevos, y por otros canales de socialización que no reflejan las realidades de la vida moderna de hombres y mujeres.
En Estambul intentaremos conseguir el compromiso y el apoyo necesarios para este trabajo.
Q.M.: ¿Qué problemáticas se tratarán en la Conferencia de Estambul? ¿Qué iniciativas hay que poner en marcha para combatir la exclusión de las mujeres de la vida social y económica?
B.F.-W.: Durante los últimos años se han hecho muchos progresos en la mejora de los derechos civiles y políticos de las mujeres en la región, pero no son suficientes. Necesitamos seguir avanzando para no quedarnos atrás. No podemos darnos por satisfechos. A pesar de que en muchos países se han introducido enmiendas legislativas y constitucionales que garantizan los derechos políticos y civiles de las mujeres, sus derechos privados y sociales siguen limitados por culpa de unas leyes de familia y unos códigos de estatuto personal que aún son discriminatorios. La legislación discriminatoria que afecta sus vidas privadas socava la participación de las mujeres en la vida política y económica, aunque sobre el papel estén garantizados sus derechos a la igual participación en la vida pública. Son áreas prioritarias de acción la reforma de los códigos de estatuto personal y el aumento de la concienciación de las mujeres respecto de sus derechos, además de la formación y concienciación de jueces, magistrados y jurados. Otra área de preocupación es la situación económica de las mujeres. En el Sur, su participación en la fuerza de trabajo pagada tiene algunos de los índices más bajos del mundo, a pesar de los avances que se han hecho en la mayoría de los países por nivelar la desigualdad en educación. Además, las mujeres con empleo remunerado se concentran a menudo en los niveles de ocupación más bajos, mientras que hay muy pocas mujeres con cargos directivos, tanto en el sector privado como público, o como empresarias autónomas. Muchos de los obstáculos que encuentra el avance de las mujeres en la legislación y su aplicación, así como en el segregado mundo laboral, tienen su origen en los estereotipos de género tradicionales. Encontrar formas de modificar dichos estereotipos para adaptarlos a la realidad actual es un reto importante que hay que afrontar trabajando en todos los canales de socialización —la familia, la escuela, los grupos de juventud y comunidades, los grupos religiosos, los medios de comunicación— y garantizando que las mujeres logren hacerse oír en todas las esferas y a todos los niveles.
Q.M.: ¿Cuáles son los problemas más importantes para las relaciones euromediterráneas con respecto a los derechos de las mujeres y la igualdad de género?
B.F.-W.: Permítame aclarar una cuestión antes de contestar. Las desigualdades de género persisten en ambos lados del Mediterráneo, aunque no con el mismo alcance ni con la misma intensidad. En Europa, la situación de las mujeres ha mejorado extraordinariamente en los últimos veinte años. Pero incluso aquí queda mucho por hacer, sobre todo en lo que respecta al acceso de las mujeres a los procesos de toma de decisiones y a la persistente desigualdad en los salarios. Como mujer en una alta posición, lo sé muy bien. Además tenemos que enfrentarnos a nuestros retos de violencia doméstica y de tráfico de mujeres. Si hablamos de problemas que hay que abordar en el contexto de las relaciones euromediterráneas, pienso en áreas en las que puede haber interés mutuo y cooperación, en las que los socios pueden aportar experiencias y recursos para hallar soluciones a preocupaciones comunes. Hay tres áreas en las que el Partenariado puede hacer que las cosas cambien: los derechos de las mujeres, la migración y la violencia contra las mujeres (el tráfico es un tipo de violencia de género). Considero que la interrelación de las mujeres es una manera importante para influir en las tomas de decisiones. El Partenariado Euromediterráneo tiene un papel crucial en el refuerzo de los contactos y los intercambios entre mujeres líderes del mundo de los negocios, la política y las asociaciones en la región.
Q.M.: La conferencia ministerial refrendará el Plan de Acción. ¿Qué opina sobre él?
B.F.-W.: Confío en que la puesta en marcha del Plan de Acción suponga un cambio. Dentro del Partenariado Euromediterráneo pasaremos de actividades compartimentadas y aisladas en favor de la igualdad de género a un enfoque integral. Nos proporcionará un marco operativo para una acción común contra la discriminación de las mujeres y para reforzar su papel en las esferas política, social, económica, educativa y cultural, al tiempo que dirigirá la movilización de fondos hacia la igualdad de género. Aprovecharemos todas las oportunidades para cumplir los compromisos adquiridos en el Plan de Acción durante el diálogo político con nuestros asociados en el marco de los Acuerdos de Asociación y en la preparación y el seguimiento de los planes de acción de la Política de Vecindad. Continuaremos apoyando el desarrollo de iniciativas a favor de la igualdad de género, tanto a nivel bilateral como regional. Dentro del Programa Regional para Facilitar el Acceso de las Mujeres a la Vida Económica, se han iniciado recientemente siete proyectos que proporcionarán asesoramiento y capacitación para las empresarias y las ONG de mujeres en los países socios. Se han contratado expertos en estos temas para ayudar en el intercambio de experiencias, investigación e información entre los actores clave de la promoción del estatus económico de las mujeres: la sociedad civil, las asociaciones empresariales, los gobiernos, las instituciones de investigación y los medios de comunicación. Somos conscientes de que, en el terreno de la igualdad de género, la dificultad estriba en transformar los compromisos políticos en progresos tangibles. Por tanto, creo firmemente que necesitamos organizar sistemas para el seguimiento y el control de los resultados obtenidos. En este sentido, la Comisión ha propuesto crear un grupo independiente de alto nivel que se encargue del seguimiento de la puesta en marcha del Plan de Acción y prepare informes periódicos. Sus conclusiones y recomendaciones se enviarán a la Conferencia de Ministros de Asuntos Exteriores Euromediterráneos. La Conferencia Ministerial de Estambul sobre los derechos de las mujeres no debe ser una iniciativa aislada. Presentaremos una propuesta para organizar una segunda Conferencia Ministerial Euromediterránea en 2009.
Q.M.: ¿Qué expectativas tiene en lo que respecta a los próximos pasos del proceso?
B.F.-W.: Nos esperan tareas arduas, pero si las afrontamos juntos están lejos de ser insuperables. Es una responsabilidad común de todos nosotros: los gobiernos y las sociedades civiles de toda la región. Creo que la reunión de Estambul es un paso adelante para salvar el abismo entre política y práctica. Confío en que sepamos aprovechar esta oportunidad para garantizar que el Partenariado Euromediterráneo contribuya de forma real y tangible al progreso de los derechos de las mujeres y la igualdad de género en la región. Personalmente, no flaquearé en mi compromiso de promover la igualdad entre hombres y mujeres.