In the last years of the 2010s, the competitive intervention of rival powers in the Syrian crisis escalated into a contest to carve out spheres of geo-political influence in the country.
España terminará probablemente 2009 con un déficit del 9%. Algunas previsiones sitúan el paro para 2010 en el 21% de la población activa.
Pobreza, paro, junto a la nueva ruta de la droga latinoamericana, explican la relación tráfico de drogas y terrorismo.
La región no es ni la zona tribal paquistaní ni Afganistán; podría llegar a serlo si no se resuelven los viejos problemas que enfrentan a la población con los Estados.
El nuevo terrorismo no tiene nada de reivindicativo, es de ruptura total, cerrado a cualquier argumento alternativo, que no aspira a ningún diálogo ni acuerdo.
Ni el Partenariado, ni la política de vecindad, ni la Unión por el Mediterráneo prevén acciones en el ámbito de la PESD.
El nuevo Concepto Estratégico de la Alianza debería establecer las directrices para que la OTAN contribuya de manera más eficaz a la estabilidad de la zona.
The Western Sahara conflict remains a major expression of rivalry between Morocco and Algeria. Simultaneously, it soaks up vast financial and military resources of Morocco.
The prolongation of US occupation of Iraq has encouraged the development of a Jihadist network in Mediterranean countries by offering them a new cause for mobilisation and increased recruitment opportunities.
En tiempos de guerra, las mujeres y los niños son siempre los más perjudicados: la guerra de Líbano, el conflicto kurdo o las revueltas en Egipto son sólo algunos ejemplos.
“La crisis financiera, y todo lo que ésta arrastra, es en realidad un momento de exaltación en un largo proceso que empezó a mediados de los años setenta”.
As the fifth anniversary of the US-led invasion is marked, Iraq’s transition to normality is still overshadowed by the spectres of a failed state with inter- and intra-communal un-civil war and mafia lawlessness.
Law and order needs to be the mantra of the unity government if Palestinian leaders from all factions expect the pessimistic Palestinian public to have faith in them again.