Las violaciones de derechos humanos pueden ser un "detonador" de revoluciones.
La democratización política después de la "primavera árabe" ha sido marcada por la centralidad de las formaciones islamistas.
Over the past six years, Tunisia has been testing new avenues of political order. The transition features several elements of hybridity and fragility, remaining a work in progress and producing a significant number of uncertainties.
“A pesar de que la geografía ha sido transformada y divida por los colonos, el mundo no puede dejar de saber que la comunidad bereber es autóctona y sigue atada a su cultura”.
En un intento de consolidar una subcultura política islámica, Ennahda opta por separar proselitismo y política y pasa de ser partido islamista a partido democrático musulmán.
Puede que la situación internacional y regional beneficie el ‘statu quo’. Pero dada la crisis económica y política, sería un error dar por terminado el proceso de cambio.
Hay que inventar nuevos modelos, más allá del Estado-nación y del consenso de las élites, para que la construcción nacional y el respeto de las minorías progresen conjuntamente.
La ruptura entre Erdogan y Gülen provoca una escisión en el seno del movimiento islamista en Turquía.
El país celebra elecciones en medio de escándalos políticos y religiosos que solo crean desorden e incertidumbre entre la opinión pública.
El proceso de paz se encuentra estancado por la parálisis política e institucional palestina y por una diplomacia internacional incapaz de actuar frente a Israel.
There is an ongoing debate on the root causes of Tunisia’s recent transformational predicament. Those who favor socio-economic explanations for a variety of ills, including Islamist radicalization, tend to sketch over two essential features.
Despite a series of Arab Spring-inspired political protests and its precarious environment, the Hashemite Kingdom of Jordan has been hitherto remarkably successful in weathering the political storm and maintaining stability.