Siria, una perspectiva interna
“No creo que vaya a haber una guerra civil en Siria. No hay que usar las armas en un conflicto cuyos objetivos son democráticos. Se trata de un error estratégico”.
ENTREVISTA con MICHEL KILO por Natalia Sancha
Michel Kilo, escritor e intelectual sirio, colabora en reconocidos diarios árabes y panárabes como As Safir o Al Quds al Arabí. Oriundo de Latakia, al igual que los Assad, firmó y lideró la Declaración de Damasco de 2005, donde un grupo de opositores pedían la apertura del régimen y la normalización de las relaciones con Líbano. Su firma le valió tres años y seis días en la cárceles. “Un general me invitó a tomar un café a apenas 300 metros de mi casa. Llegué, se levantó y leyó un papel que decía: la institución de seguridad siria le arresta por trabajar contra el régimen. Fue muy cómico”. A sus 71 años, Michel Kilo representa, junto a figuras como Fayez Sara o Georgette Atiyah, una generación de intelectuales cuya oposición al régimen les ha llevado a alternar entre periodos de diálogo a estancias entre rejas. Desde el comienzo de las revueltas el pasado 15 de marzo, las protestas en Siria han tomado un cariz más violento al tiempo que la comunidad internacional y regional han abandonado su postura inicial de prudencia para abogar por una condena rotunda e imponer sanciones contra el régimen de Bashar al Assad. La oposición siria se organiza fuera y dentro del país de formas distintas. Por su parte, los intelectuales sirios que han liderado desde dentro del país la oposición al régimen durante décadas se han visto desplazados, en parte, por el Consejo Nacional Sirio, surgido principalmente de una iniciativa de opositores exiliados cuya estructura y composición interna es aun ambigua. La postura de Kilo y de parte de sus compañeros ha ido evolucionando a la par que las protestas. En esta tercera entrevista desde el comienzo de las protestas populares en Siria –la primera en Damasco dos semanas después del comienzo de las protestas sirias y la segunda a principios de septiembre en Beirut–, el escritor se muestra mucho más prudente en sus críticas hacia el CNS, más escueto en sus críticas al régimen y más cauto a la hora de evaluar una posible guerra civil en Siria. No obstante, persiste una rotunda oposición entre esta generación de intelectuales a una intervención extranjera en Siria o al uso de las armas por parte de la oposición interna. Este es tal vez el mayor desencuentro entre opositores en el exilio como Radwan Ziadeh [ver entrevista en este número] o Haitham Al Maleh y los intelectuales en Siria. Diferencias que ponen de manifiesto también la brecha con los jóvenes protagonistas de las revueltas, que califican a la vieja guardia representada por Kilo y sus compañeros como los “425”, en alusión a una generación extraña a las redes sociales y viciada por una inercia de oposición/diálogo con el régimen sirio. Será difícil reunir en el caso de un colapso del régimen a los combatientes laicos intelectuales de dentro y los exiliados. Dos vivencias y puntos de vista que la revolución Siria aun no ha logrado aunar.
NATALIA SANCHA: El CNS se ha erigido como protagonista de la revolución siria en el extranjero y posible recambio político ante el hipotético vacío que pudiera dejar la caída del actual régimen. Usted se ha opuesto a toda interferencia extranjera en Siria, incluyendo la oposición en el extranjero y no ha participado en las conferencias auspiciadas por Turquía. ¿Considera al CNS una oposición legítima?
MICHEL KILO: Toda oposición en el mundo es legítima mientras luche por las libertades, por el respeto de los derechos humanos y por los intereses del pueblo. Toda oposición es legítima y, por tanto, también lo es el CNS.
N.S.: Pero usted rehúsa formar parte del CNS y no se considera miembro de esa oposición…
M.K.: No pertenezco en absoluto al CNS. Siempre he sido un independiente y prefiero seguir siendo independiente.
N.S.: Se ha tachado al CNS de estar liderado principalmente por miembros de los Hermanos Musulmanes (HHMM) sirios en el exilio. ¿Qué hay de cierto en ello?
M.K.:No lo tengo muy claro. Para ello habría que conocer la estructura interna del CNS, que desconozco. Pero sí sé que los HHMM sirios representan una gran referencia en el Consejo. Hasta qué punto, no lo sabemos. Hace apenas mes y medio Michel Kilo y Georgette Atiyah se reunían a puerta cerrada en Beirut con un reducido grupo de libaneses interesados en conocer la evolución de los eventos en Siria. Las cabezas canosas de los asistentes situan la media de edad en la sesentena. La mayoría de los 15 asistentes han pasado por el partido comunista libanés o por los movimientos antaño socialistas y cuestionan los enfrentamientos armados contra el ejército sirio y el peligro islamista. “ ¿Qué podemos hacer?” preguntan los asistentes libaneses una y otra vez. “Nada”, espetan ambos intelectuales sirios, “apoyar nuestra ideas”. No buscan interferencia externa sino empatía intelectual. Entre los puntos tocados por Kilo y Atiyah se encuentran las ejecuciones de manifestantes, la división entre la oposición dentro y fuera de Siria así como “la voluntad de Estados Unidos de convertir a Siria en una nueva Turquía”. Kilo transmite los temores de sus compañeros en Siria: “De seguir armándose la oposición vendrá una guerra civil. Los compañeros en Siria temen que el caos aumente y salafistas combatientes como los 1.200 enviados por el sheij Abu Al Qa‘qa‘ en 2006 a Irak regresen para desestabilizar aun más el país”. [Sheij Abu Al Qa‘qa‘ es el pseudónimo del sheij Mahmud Gul Aghassi originario de Alepo asesinado en 2007 al salir de la mezquita que lideraba. Para más información ver: Thomas Pierret, Baas et Islam en Syrie. La dynastie Assad face aux oulémas, Paris: PUF, 2011].
N.S.: Los Comités Locales de Coordinación han surgido con el fin de coordinar a nivel interno las protestas contra el régimen. ¿Han logrado sus objetivos?
M.K.: Los Comités Locales de Coordinación son ahora la organización más importante con la que cuenta la oposición en Siria. De los que tampoco soy miembro. Hay varios comités como el de comunicación, de organización etc. Son ellos quienes dirigen y convocan las manifestaciones y organizan el trabajo popular.
Los Hermanos Musulmanes sirios son una gran referencia en el Consejo Nacional Sirio
N.S.:Últimamente ha habido nuevos factores relevantes en las protestas. Uno de ellos es el Ejército de Liberación Sirio. ¿Cree que con la entrada de un actor armado en el movimiento de oposición, Siria está más cerca de la guerra civil?
M.K.:No, no creo que vaya a haber una guerra civil en Siria. Pero creo que el recurso a las armas representa una derrota para el movimiento de la libertad en Siria. No hay que usar las armas en un conflicto cuyos objetivos son democráticos. Se trata de un error estratégico. Hay que mantener el carácter pacífico del movimiento popular y continuar manifestándose pacíficamente.
N.S.: No obstante, tras más de ocho meses de manifestaciones pacíficas, el balance ofrecido por la ONU sobrepasa los 3.500 muertos a manos de las fuerzas del orden sirias. Hay un sector de la oposición que no confía en que el régimen vaya a cambiar de estrategia mediante una resistencia pacífica.
M.K.: Sí, pero yo creo que es un problema que tiene que ser resuelto políticamente. Tanto por parte del régimen como por parte de la oposición. El régimen ha utilizado las armas para obligar al pueblo a responder por la vía armada. No hay que utilizar las armas o el régimen les obligará a proseguir la política que él mismo ha elegido, es decir: la violencia. La violencia es una opción incompatible con las demandas democráticas.
N.S.: La Liga Árabe se ha desplazado a Siria para reunirse con el régimen y buscar una salida política y el fin de la violencia, pero en menos de 24 horas se reinició la represión. ¿Tienen la Liga Árabe o los regímenes de la región alguna influencia sobre el gobierno sirio?
M.K.: Creo que el régimen sirio ha decidido no respetar la voluntad de otros regímenes árabes. Piensa que debe primero vencer en la lucha interna y ello le permitirá después deshacerse de las críticas y condenas de la política árabe.
N.S.: ¿Podría el régimen de Bashar al Assad mantener una política autónoma con respecto al resto de la región?
M.K.:Eso es lo que cree: que los árabes van a cambiar su posición una vez haya terminado con el movimiento popular. [Bashar al Assad] siempre habló del aislamiento internacional que sufría hasta que en 2008 llegó la visita de Sarkozy. Y está convencido de que esta experiencia se va a volver a repetir. Es decir, que el mundo va a ceder, los árabes van a ceder y que será una vez más aceptado y reconocido.
El régimen sirio está convencido de que el mundo va a ceder ,y Assad será una vez más aceptado
N.S.: ¿Y ello a pesar de todas las declaraciones y condenas de la comunidad internacional y regional?
M.K.:Usted sabe que hasta 2008 la comunidad internacional repitió las mismas declaraciones y condenas que expresa hoy. “El régimen sirio está aislado, va a seguir aislado, y debe quedarse aislado”. Y de repente, Sarkozy viajó a Damasco y ese aislamiento internacional terminó.
N.S.: El contexto actual es diferente con las revoluciones en curso en la región y los precedentes que éstas han sembrado en el mundo árabe…
M.K.: Por supuesto, pero hablo del régimen y cómo piensa él y no de mí.
N.S.:Usted forma parte de una generación de opositores e intelectuales que, desde dentro, han exigido la apertura del régimen tanto de Assad padre el hijo. ¿Qué rol pueden usted y sus compañeros jugar en la revolución actual?
M.K.: Ayudar al pueblo a recuperar su libertad, ayudarle a construir un Estado civil y democrático. Ese es mi rol y ese debe ser el rol de la oposición.
N.S.: ¿Cómo lo lleva a cabo en el día a día?
M.K.: Resistiendo a las armas y manteniendo la paz interior. Ayudando al pueblo a entender lo que está ocurriendo con el régimen y a organizarse cada vez mejor. También contando lo que ocurre y jugando un papel más activo en otros países del extranjero.
N.S.: ¿Estaría usted dispuesto a ocupar un puesto político si el régimen cambiara?
M.K.: No. En cuanto el régimen cambie me retiraré a un pueblo del norte de Siria para vivir solo. Una vez mi sueño se haya realizado debo retirarme.
N.S.: En una entrevista a finales de marzo de 2011, usted estaba dispuesto a dialogar con el régimen. ¿Sigue hoy abierto a esta opción?
M.K.:No. No soy partidario del diálogo a menos que refuerce al movimiento popular, disminuya el número de personas que hoy son neutrales y debilite al régimen. Bajo estas tres condiciones estaría listo para dialogar. Solo si estas tres condiciones se diesen.
N.S.: Entonces hoy no hay diálogo…
M.K.: Ni hoy, ni mañana.
N.S.: La comunidad internacional titubea por miedo a que no exista una alternativa real al régimen actual. ¿Hay una alternativa política siria capaz de llevar a cabo un proceso democrático estable?
M.K.: Por supuesto. Como ve, el pueblo lleva en las calles ocho meses, y hay una élite muy educada que es neutral, que vive aparte, marginalizada. Y creo que existen las ganas y fuerzas necesarias para reconstruir Siria, política, económica y socialmente, para convertirlo en un país moderno, abierto y democrático.
La resistencia popular debe continuar hasta que haya un régimen capaz de aceptar el cambio
N.S.: ¿Pero cree usted que están suficientemente organizados como para evitar el caos que vaticina el régimen en el caso de un colapso del gobierno?
M.K.:Hay una parte que sí está organizada y otra que no. En realidad la mayor parte no lo está, pero sería fácil organizarles. Es una cuestión de tiempo.
N.S.: ¿Cree usted que el régimen de Bashar al Assad caerá?
M.K.:Creo que es imposible que el régimen recupere su posición tal y como era antes del 15 de marzo. Ha sufrido cambios muy importantes. Y cuando ciertos miembros del régimen hablan de reforma es porque ellos mismos están convencidos de que el régimen no puede proseguir bajo su forma actual.
N.S.: ¿Tras ocho meses de manifestaciones cree que las reformas serán suficientes para el pueblo?
M.K.: No. Hasta ahora no ha habido reformas sino operaciones limitadas para engañar al pueblo.
N.S.: ¿Entonces cree que el pueblo aceptaría reformas reales si las hubiera?
M.K.: Creo que sí, a nadie le gusta morir o ver morir a su gente en las calles.
N.S.: ¿Cree que el régimen dará al pueblo las reformas que pide?
M.K.: No, en absoluto.
N.S.: ¿Quiere decir que Siria se encuentra en un callejón sin salida?
M.K.: Exacto, en un impasse.
N.S.: ¿Qué solución ve usted a corto plazo?
M.K.: Creo que la resistencia popular debe continuar, continuar hasta que haya un régimen capaz de aceptar el cambio y de implementarlo. Es una cuestión de tiempo.
N.S.: Los eventos en Siria están teniendo repercusiones a nivel regional. Respecto a Líbano, las consecuencias son más palpables, como el secuestro de opositores sirios en territorio libanés, incursiones del ejército sirio en la frontera con Líbano, así como el aumento de las tensiones entre las facciones del 14 y el 8 de marzo a favor o contra el régimen sirio. ¿Cree que las protestas en Siria pueden desatar a corto plazo enfrentamientos en Líbano?
M.K.: No lo creo. El régimen está absorbido por los eventos internos y no tiene tiempo ahora para desestabilizar a Líbano. En cualquier caso, el régimen libanés no está actuando contra el gobierno sirio. ¿Qué ha hecho Líbano? Michel Kilo elude pronunciarse sobre determinados asuntos, como el CNS o la connivencia del régimen libanés con el régimen sirio.
N.S.:A parte de Líbano y la Liga Árabe, otros países están jugando un rol clave en el desenlace de las protestas en Siria, como Turquía, Rusia y China y la comunicad internacional en general. ¿Es usted favorable a una intervención extranjera?
M.K.: Estoy totalmente en contra de una intervención extranjera. Y creo que la mayor parte de los sirios se opone también. Simplemente no queremos destruir nuestro país. De todas formas es un escenario muy poco probable en la actualidad.
N.S: ¿Piensa que el caso de Libia ha sido un fracaso?
M.K.: El caso de Libia no es el de Siria. Es cierto que se trata de un sistema y un régimen similares, pero la sociedad siria no es la sociedad libia. No somos Libia, no somos una société des sables [por sociedad tribal]. Somos una sociedad civilizada.
N.S.: En el año 2000 se produjo un cambio generacional con el relevo de Hafez al Assad por su hijo Bashar, al que se veía como un joven reformador educado en Europa y capaz de liderar una transición hacia una mayor apertura política y social. Haciendo balance, ¿ha habido grandes cambios entre el régimen de Al Assad padre y el del hijo?
M.K.: No. Bashar se ha mantenido en la misma postura que el antiguo régimen.
N.S.: ¿Cree que Bashar al Assad es un rehén de los asesores de la vieja guardia aun en el régimen?
M.K.: [Bashar al Assad] tiene las competencias necesarias para hacer las reformas que quiera. Eso es todo.