A lo largo de la historia, el Mediterráneo ha sido un ámbito de relaciones inevitables, tanto para el conflicto como para el comercio, el diálogo y los intercambios. En el otoño medieval, las relaciones entre las dos orillas mediterráneas eran intensas, incluso más que en la actualidad. Los intercambios eran fluidos y constantes, en un sentido y en otro, para bien o para mal. Tomar conciencia de esta historia es insoslayable en el momento presente, en que todos queremos una notable intensificación de las relaciones entre la Unión Europea y los países del sur del Mediterráneo.
Como contribución a la historia de los países mediterráneos y a la profundización del diálogo y la interculturalidad, el IEMed presenta el dossier «Ramon Llull, el inicio del diálogo»,que constituye un importante material de conocimiento y debate. El estudio es fruto de los diferentes encuentros conmemorativos que han tenido lugar con motivo del 700 aniversario de la estancia de Ramon Llull en Bugía (1307), la actual Bejaïa argelina. Estos encuentros han servido de acompañamiento de la exposición bibliográfica «Raimundus, christianus arabicus. Ramon Llull y el encuentro entre culturas» que, por primera vez, ha recogido manuscritos e impresos pertenecientes a las principales bibliotecas catalanas, mallorquinas y argelinas, con la finalidad de dar a conocer internacionalmente este legado.
A lo largo de 2007, Argel, Barcelona, Palma de Mallorca, Bejaïa y Perpiñán han sido los puntos de encuentro de instituciones gubernamentales, asociaciones locales y universitarios de ambas orillas. En este número de Cuadernos del Mediterráneo ofrecemos las aportaciones hechas por diferentes especialistas sobre el filósofo catalano-mallorquín, la ciencia y el pensamiento que estudió y desarrolló, así como las dificultades existentes para el diálogo en la época medieval. Algunas de estas aportaciones son también una reflexión sobre la actualidad, que toman como pretexto la figura luliana.
Ramon Llull fue uno de los primeros personajes interculturales que, con su obra, nos ofrecen algunas pautas de pensamiento y acción que continúan vigentes en el siglo xxi. Polígloto autodidacta capaz de expresarse y escribir en las lenguas de la cultura de Europa y el Mediterráneo, el latín y el árabe, utilizó al mismo tiempo el catalán como lengua tanto de creación literaria como de transmisión científica, y fue un verdadero pionero dentro de la Europa medieval. Aunque su objetivo era misional, no creía en el convencimiento por la fuerza, en una época muy propensa a la violencia. Su acción pretendía convencer y persuadir mediante la razón. Ofrecer razones en las controversias o disputas era un arma muy poderosa para mantener sus puntos de vista. En este sentido, no es exagerado afirmar que fue un precursor no sólo del diálogo de civilizaciones, sino también del proceso euromediterráneo, porque visitó con una cierta frecuencia varios países del norte y del sur, en una época en la que los viajes no estaban exentos de riesgos.
Hoy en día, la existencia de un proyecto euromediterráneo definido en la Conferencia de Barcelona de 1995 y ratificado diez años después ha contribuido a crear una poderosa cultura de cooperación y diálogo entre la Unión Europea y sus socios mediterráneos. A pesar de todas las dificultades que ha debido afrontar, el Proceso de Barcelona es el instrumento más eficaz de acción para la consecución de la paz y la democracia en toda esta zona. La situación actual, marcada por una serie de conflictos con el denominador común de una pretendida tensión entre Occidente y el mundo árabe, hace necesarias iniciativas que profundicen en el diálogo y el conocimiento mutuo en los países de ambas orillas.