El presente número de Quaderns de la Mediterrània recoge diversas aportaciones que instan al diálogo entre culturas y civilizaciones, a pesar de mostrar las serias dificultades que ello implica en unas sociedades que tienen una profunda memoria histórica, ejercitada desde sus propias percepciones.
En el dossier «Fronteras y diálogo en el Mediterráneo», prestigiosos intelectuales laicos y religiosos reflexionan conjuntamente sobre el porqué de las heridas que nos repelen, sean éstas políticas o religiosas, para así poder iniciar un diálogo que ayude a superar las tensiones. Con ello el Instituto Europeo del Mediterráneo (IEMed) se suma a la llamada formulada por diferentes intelectuales y líderes políticos, concretada en la propuesta de la Alianza de Civilizaciones hecha por el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, en la Asamblea General de la ONU, en septiembre de 2004, y confirmada de nuevo junto al primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, en Palma de Mallorca en noviembre de 2005.
El IEMed lleva casi dos décadas comprometido con el Mediterráneo y, especialmente, con el diálogo entre las diversas culturas que conforman este mar preñado de desacuerdos y luchas, pero también de alianzas y creatividad. Nuestros seminarios, debates, estudios y publicaciones de carácter interdisciplinar conectan a la sociedad civil de los diferentes países mediterráneos para obtener un mayor conocimiento mutuo e ideas contrastadas y poder incidir así en las voluntades políticas que afectan a los vecinos de la ribera mediterránea.
Sin duda, el escenario mundial que afecta actualmente al Proceso de Barcelona, iniciado con la Conferencia Euromediterránea en noviembre de 1995, se ha enrarecido y no es tan halagüeño como diez años atrás, cuando las expectativas políticas y económicas eran más optimistas. Son muchas las causas del deterioro. Entre las más evidentes cabe señalar: el recrudecimiento del conflicto palestino-israelí, las guerras de Afganistán e Irak, el terrorismo acrecentado después del 11 de septiembre y las migraciones incontroladas. Sin embargo, las expectativas de nuestros vecinos en relación con Europa no dejan de crecer y son muchas las esperanzas puestas en el proceso de asociación.
Pero es en los momentos de conflicto, si no nos ciega la cerrazón, cuando se evidencia como más necesaria una nueva lógica que pueda contribuir a un verdadero diálogo. Porque, a pesar de haber entrado en el siglo XXI, todavía aplicamos la lógica eurocentrista como un valor imperante. Lógica utilizada, en gran medida, en los discursos llevados a cabo por las diversas civilizaciones mediterráneas, cada cual por su parte en sus momentos álgidos, desde las clásicas grecolatina o arabomusulmana a la cristiano-occidental o la europeo-occidental.
¿Actúa el Mediterráneo como un espejo que retorna de forma invertida las imágenes mutuas? Sin duda, el Mediterráneo reproduce a lo largo de la historia el escenario de enfrentamientos, poderes e ideologías opuestos. Pero su espacio contiene una historia llena de intercambios y mestizajes culturales que son, a la postre, aquellos que nos van a servir para poder alcanzar el reencuentro si somos finalmente capaces de reinterpretar nuestra historia y de contemplar nuestros respectivos patrimonios como un valor conjunto.
Este año se conmemora el sexto centenario de la muerte de Ibn Jaldún, un gran andalusí, nacido en el norte de África, que fue capaz de aplicar a la historia conceptos de valor universal, de describir el auge y la caída de los imperios y que fue consciente de la aportación de las diversas culturas a la civilización.
Hay que destacar el logro de la creación de la Fundación Euromediterránea Anna Lindh para el Diálogo entre Culturas y la puesta en marcha de las redes de los países euromediterráneos que la forman, así como su plan de acción que, sin lugar a dudas, servirá para mejorar las buenas prácticas. Ante la necesidad de buscar los elementos de un verdadero diálogo para valorar las aportaciones de las diversas culturas, más allá de los aspectos únicamente económicos dictados por la globalización o los repliegues identitarios, el IEMed, coordinador de la red española de dicha Fundación, quiere contribuir con la revista Quaderns de la Mediterrània a un mejor conocimiento mutuo y a aportar aquellos elementos interculturales que puedan servir de puente entre los diversos mediterráneos que constituyen la civilización que hemos de crear conjuntamente.