El dossier de este número 27 de Quaderns de la Mediterrrània lleva por título «Patrimonio cultural e identidad» y se inscribe en el marco del Año Europeo del Patrimonio Cultural, impulsado en 2018 por la UE con el objetivo de reforzar el sentimiento de pertenencia de los ciudadanos a un espacio europeo común. La vocación mediterránea del IEMed extiende la reflexión sobre el patrimonio cultural material e inmaterial al espacio euromediterráneo desde el inicio de Quaderns de la Mediterrània, en el año 2000. Este dossier presenta visiones que incluyen elementos identificativos de la historia y la cultura de diferentes países de ambas orillas. Por dicha razón, también ofrecemos, de forma excepcional, los relatos ganadores del concurso internacional «Un mar de palabras», que organiza cada año el IEMed, y que esta última edición, la undécima, ha contado con el lema «Memoria e identidad: repensar el patrimonio cultural».
Ambos proyectos reflejan nuestro compromiso de unirnos a la serie de iniciativas que se han llevado a cabo este año en toda Europa, y que han contribuido a que los ciudadanos se acerquen a su patrimonio cultural y se comprometan activamente con él. El patrimonio cultural influye en nuestra identidad y nuestra vida cotidiana, forma parte de los pueblos y ciudades, los paisajes naturales y los yacimientos arqueológicos, la música de la región euromediterránea. No solo se encuentra en la literatura, el arte y los objetos, sino también en los oficios aprendidos de nuestros antepasados, las historias que contamos a nuestros hijos, la comida de la que disfrutamos en compañía y las películas que vemos y en las que nos reconocemos. Por ello se suele diferenciar entre patrimonio material y patrimonio inmaterial, ambos complementarios y absolutamente necesarios.
De todos estos aspectos tratan los artículos y relatos que conforman el presente dossier. A través de los paisajes, los olores, las formas de vida o las construcciones históricas, los textos aquí reunidos pretenden acercar a los pueblos del Norte y del Sur de ese mar en el que todos nos reflejamos, el mar Mediterráneo. En muchos de los relatos de los jóvenes participantes de «Un mar de palabras» queda patente la importancia que adquiere para estos jóvenes de ambas riberas mirar hacia el pasado, familiar o colectivo, para entenderse a sí mismos y poder reunir fuerzas para enfrentarse al futuro, un futuro cada día más complejo.
El gran desafío de las sociedades mediterráneas, más allá del papel de la economía o la política, será la construcción de relaciones estables y duraderas, basadas en la confianza, entre pueblos, entre los individuos y sus culturas. Es todo un reto porque la confianza depende en gran medida de nuestra forma de percibir al vecino y, en el ámbito mediterráneo, el imaginario colectivo tiende demasiadas veces a estar marcado por la conflictividad. Recuperar la memoria de los individuos del Mediterráneo es, pues, un objetivo ambicioso y necesario a la vez. Tan solo mediante la salvaguarda de aquellas experiencias, positivas o negativas, que refuercen los valores compartidos, podremos descubrir intereses comunes.
El dosier que presentamos está dividido en tres partes que cuentan con aportaciones de antropólogos, escritores y artistas visuales que reflexionan sobre distintos aspectos del patrimonio cultural material e inmaterial: 1) Identidades complejas; 2) El patrimonio cultural: entre el arte y la guerra; 3) Un mar de palabras. Completa este dossier la entrevista efectuada a la autora y directora teatral Yesim Ozsoy, cuyo trabajo indaga en las tradiciones ancestrales turcas para proponer un imaginario compartido e internacional.
Hoy más que nunca, pensamos que profundizar sobre el patrimonio cultural material e inmaterial que recorre ambas orillas del mare nostrum es conocer, construir y desarrollar nuevos enfoques a partir de la poliidentidad, basados en la responsabilidad de su preservación y en el conocimiento y el respeto a las tradiciones, muchas veces compartidas, que enriquecen la visión humana y nos ayudan a reconocernos. Solo así podremos transmitir este patrimonio a las próximas generaciones para que también puedan encontrar su lugar en el mundo y construir el futuro de la región euromediterránea.