El Parlamento Europeo ha declarado 2008 Año Europeo del Diálogo Intercultural, y los ministros de asuntos exteriores de los países EuroMed, Año del Diálogo Intercultural Europa-Mediterráneo. Se trata de un elemento simbólico que, sin embargo, puede ser una oportunidad para activar políticas culturales y sociales que favorezcan el diálogo euromediterráneo.
El hecho de que la Unión Europea retome con renovado impulso el Proceso de Barcelona iniciado en la Conferencia Euromediterránea celebrada en 1995 es una buena noticia para los socios mediterráneos. Cabe destacar que la profunda implicación de la Comisión y de todos los países miembros del Proceso de Barcelona no es sencillamente una cuestión de cortesía o solidaridad con los países del Sur, sino la voluntad de estabilidad y progreso económico del Mediterráneo, que interesa tanto a los europeos ribereños como al resto de la Unión Europea. Esto es aún más evidente en lo que respecta a los aspectos más sensibles de la agenda mediterránea: los flujos migratorios o los problemas derivados del conflicto cultural, como la crisis provocada por las caricaturas; se trata de fenómenos cuyo epicentro se encuentra en Europa y el Mediterráneo, aunque tengan repercusión en todo el mundo.
Hablar de diálogo cultural siempre es difícil, porque las memorias históricas, religiosas y políticas plantean lecturas diversas cargadas de razones diferenciadas, y también porque nos basamos más en estereotipos que en el conocimiento efectivo de la realidad cambiante de las sociedades implicadas. Sin embargo, el carácter instrumental del diálogo será más efectivo si se realizan acciones que ayuden a captar los elementos necesarios para conseguir una comprensión más amplia de las civilizaciones y culturas: puentes creativos que los escritores, artistas, historiadores, filósofos y antropólogos pueden construir con un imaginario rico y sugerente.
Por este motivo, el dossier que presentamos de Quaderns de la Mediterrània, bajo los auspicios de Euromed, tiene como objetivo que las voces de escritores e intelectuales destacados de los países de la Unión Europea y la costa sur del Mediterráneo nos aporten su conocimiento, su sensibilidad y algunos elementos instrumentales, con el fin de contribuir de forma efectiva al diálogo intercultural entre Europa y el Mediterráneo.
En estos últimos años, la Unión Europea es cada día más consciente de la importancia de la cultura y de la necesidad de potenciar el diálogo intercultural entre los distintos países y sociedades que conforman el espacio euromediterráneo. Uno de sus instrumentos principales es la Fundación Euromediterránea Anna Lindh para el Diálogo entre Culturas, así como la aplicación de los programas EuroMed Audiovisual, EuroMed Heritage, EuroMed Information and Communication, EuroMed Youth y, recientemente, el programa EuroMed Gender. Se podría considerar que, a pesar de la voluntad existente, es necesaria una mayor implicación financiera. No obstante, no cabe duda de que las problemáticas están bien identificadas y de que se intenta trabajar con una mayor sensibilización intercultural entre los socios mediterráneos. También corresponde un papel importante a otras acciones de carácter bilateral y multilateral, tanto a nivel gubernamental como de la sociedad civil.
Desafortunadamente, en los procesos de modernización social, los efectos no se calculan por años, sino por generaciones. Al trabajar en el ámbito del desarrollo y la promoción social nos damos cuenta de que los sistemas y las infraestructuras de hormigón son menos rígidas y más fáciles de modernizar que las mentalidades. Para lograr la modernización social se requiere un esfuerzo mucho más intenso, profundo y continuado en el tiempo. Para ayudar desde fuera hace falta dinero, pero también son necesarias la asistencia técnica, la ayuda personalizada sobre el terreno y la implicación de los gobiernos y, sobre todo, de la sociedad civil.
Los días 28 y 29 de mayo de 2008 se celebrará en Atenas la Conferencia Ministerial Euromed Cultura. Uno de sus principales objetivos es el fortalecimiento de la capacidad de los países en el ámbito de la expresión cultural y el acceso a sus formas diversas, con el fin de establecer intercambios culturales más equilibrados. En sus debates estratégicos, los ministros han de poder explorar todas las dimensiones de cooperación (regional, bilateral, entre los países del Sur), incluida la cooperación directa entre los socios individuales euromediterráneos, con el objetivo de potenciar a los operadores culturales en los países socios; reforzar los programas e iniciativas propias y resolver los desequilibrios estructurales. Por otra parte, esta conferencia ministerial ofrece una oportunidad real en el 2008 para que la sociedad tome conciencia de la prioridad de los intercambios culturales y las actividades en este ámbito. Por consiguiente, debemos felicitarnos por esta oportunidad de acercar el Partenariado Euromediterráneo a la gente de la región.