Co-edition with Estudios de Política Exterior
Entrevista

“Ni Israel ni Hamás confían en Erdogan como mediador”

Lara Villalón
Periodista

Ihan Uzgel ejerció de profesor de Ciencias Políticas durante casi tres décadas en la Universidad de Ankara, en una facultad conocida como Mulkiye, donde trabajaban los académicos de más prestigio en Turquía. Tras cursar sus estudios posdoctorales en Cambridge y Georgetown, Uzgel se especializó en la política exterior turca, poniendo el foco en Europa, Oriente Medio y las relaciones con Estados Unidos. Uzgel fue víctima de las purgas administrativas iniciadas por el gobierno en 2016, contra cofradías islamistas infiltradas en el aparato del Estado, pero también contra funcionarios cercanos a partidos de izquierda y opositores al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan. Conocida como “muerte social”, miles de académicos fueron señalados, se les prohibió trabajar en cualquier institución pública y acceder a servicios sociales.

Ilhan Uzgel en un acto del partido socialdemócrata de oposición CHP. Ankara, diciembre de 2023./ Servicio de comunicación del CHP.

En el último lustro, Uzgel ha potenciado el trabajo con think tanks y medios de comunicación, analizando la política exterior turca. Se reúne con afkar/ideas para analizar la postura del presidente Erdogan en la ofensiva israelí en la Franja de Gaza. La guerra interrumpió un proceso de acercamiento diplomático entre Turquía e Israel, después de años de distanciamiento tras la muerte de 10 ciudadanos turcos en el asalto del ejército israelí a una flotilla que intentaba llevar ayuda humanitaria a Gaza en 2010. Desde el pasado octubre, Erdogan ha virado su postura, desde ofrecerse como mediador en el conflicto a sugerir una intervención militar para frenar la guerra. El mandatario no considera a Hamás una organización terrorista, asegura que se trata de un “grupo de liberación” y ha tildado de terroristas las acciones del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu. Turquía acoge desde hace años a destacados miembros de Hamás, después de abandonar Siria en 2012 por estar en contra de la represión del presidente sirio Bashar al Assad.

P: Al inicio de la guerra en la Franja de Gaza, Erdogan se ofreció como mediador en el conflicto, pero poco después tomó una postura más firme contra la ofensiva militar de Netanyahu. ¿Cómo definiría la posición actual del gobierno turco en la guerra de Gaza?

R: El gobierno de Erdogan y los movimientos islamistas en Turquía en general, vienen de una tradición que siente simpatía y apego por la causa palestina. En sus discursos, incluso antes de la guerra, era habitual que mencionara la mezquita de Al-Aqsa en Jerusalén, los ataques de Israel… Sin embargo, en los últimos cinco meses, el gobierno de Erdogan ha hecho muy poco para aliviar el conflicto en Gaza o para reducir el sufrimiento humano. Solo ha autorizado protestas en Turquía a favor de Palestina. Ha permitido que sus seguidores protesten contra las empresas que supuestamente apoyan o pertenecen a empresas israelíes, lo cual es muy primario. Atacan cafés de Starbucks, rompen botellas de Coca- Cola en público. Este tipo de acciones no tienen repercusión en la guerra de Gaza. Erdogan ni siquiera ha dictado sanciones económicas contra Israel. Al contrario, el comercio bilateral entre Turquía e Israel ha aumentado en los últimos meses. Este es el panorama: una retórica dura contra Israel, contra el gobierno de Netanyahu, pero en la práctica no están haciendo nada. No han tomado una medida que ayude a los palestinos en general ni a la población de Gaza en particular.

«Este es el panorama: una retórica dura contra Israel, contra el gobierno de Netanyahu, pero en la práctica [Erdogan] no está haciendo nada»

 ¿Qué tipo de acciones podría tomar Erdogan que supongan una ruptura con Israel o que fueran un reflejo de su retórica?

Podría, por ejemplo, detener el funcionamiento de la estación de radar de Kurecik en la provincia de Malatya, una plataforma que es crucial para los sistemas de defensa antimisiles de la OTAN, que hasta donde sabemos, también protegen el espacio aéreo de Israel. O podría restringir el uso estadounidense de la base de Incirlik en Adana, por su apoyo incondicional a Israel. Claro que estamos hablando de medidas extremas, pero si seguimos los discursos de Erdogan parece que se dispone a tomarlas. Sin embargo, sobre el papel, la realidad es muy diferente, el comercio bilateral aumenta y sigue su curso sin interrupciones. Se sigue entregando petróleo a Israel a través del puerto turco de Ceyhan. Por el momento Erdogan no ha tomado ninguna medida drástica. Estos discursos duros están destinados a complacer a su público. Al final, son solamente palabras.

Turquía es un miembro destacado de la Organización de Cooperación Islámica (OCI). ¿Ha buscado vías diplomáticas dentro de la organización para poner fin al conflicto en Gaza?

Es un espacio complicado, igual que la Liga Árabe, porque desde hace años Israel ha trabajado para normalizar relaciones con estos países. Esto ha tenido un gran impacto para la población palestina. Varios países de estas organizaciones, entre ellos Turquía, condenan la ofensiva en Gaza pero sobre el papel no han adoptado acciones drásticas contra lo que está ocurriendo. Tampoco existe una postura unánime en ninguna de estas organizaciones, lamentablemente, ni la ayuda ni las medidas que están tomando están a la altura de las expectativas ni de las aspiraciones de los palestinos.

«Turquía se posicionó abiertamente del lado de Hamás por su cercanía a los Hermanos Musulmanes. Creo que Israel no quería a un interlocutor así para mediar»

Como en otros países, en Turquía se han producido protestas multitudinarias a favor de Palestina. Sin embargo, algunas las ha dirigido el propio Erdogan. ¿Qué postura cree que tiene la opinión pública respecto al conflicto?

Las encuestas indican que gran parte de la sociedad no quiere que Turquía intervenga en el conflicto. Más allá de esto, es una oportunidad para Erdogan para contentar a las bases más conservadoras y religiosas de la sociedad, con discursos que apelan a los Hermanos Musulmanes, a los que muchos actores no lo ven como un socio en el que se puede confiar. Depende de cómo se desarrolle la situación, puede ignorar a Hamás o puede actuar para terminar con la presencia de Hamás en el país. Si le das algo para negociar, puede cambiar de idea. Así es como se ha mantenido en el poder durante más de 20 años. Sí, Erdogan siente cercanía con Hamás ataques a la religión, etcétera. Esta apropiación de la causa palestina ha provocado situaciones muy curiosas en Turquía, en las que gente laica u opositora a Erdogan no tenía un espacio para protestar a favor de Palestina que no fueran las marchas progobierno. En Estambul se produjeron incluso protestas en las que participaron islamistas y partidos de izquierda.

Al inicio de la guerra, Erdogan se ofreció como mediador. Tras conseguir reunir a Kiev y Moscú para alcanzar un acuerdo para la exportación de grano a través del mar Negro (que fracasó el pasado verano), se esperaba una acción similar por parte de Ankara. Sin embargo, semanas después, tomó una posición mucho más discreta respecto a otros mediadores como Catar o Egipto. ¿Por qué?

Las negociaciones se llevan a cabo con Israel y Hamás. Estos no consideran a Erdogan como un mediador en el que se puede confiar. Primero de todo, perdió la credibilidad hace mucho tiempo. Segundo, creo que los poderes regionales no quieren que Erdogan se involucre en este conflicto. De hecho, Erdogan jugaba con cierta ventaja porque tenía buenas relaciones con Netanyahu. Al menos eran buenas hasta septiembre pasado, cuando se encontraron en la Asamblea General de Naciones Unidas, un mes antes del terrible ataque de Hamás. Erdogan tuvo la oportunidad de hablar con Israel y Hamás, pero ninguno confió en él como mediador. En cambio, prefirieron trabajar con Egipto y Catar. Además es necesario señalar que Turquía se posicionó abiertamente del lado de Hamás por su cercanía a los Hermanos Musulmanes. Creo que Israel no quería a un interlocutor así para mediar.

Fuentes del gobierno turco señalaron a la prensa que Erdogan había “invitado” a los miembros de Hamás que residen en Turquía a irse del país. Sin embargo, parte de los flujos de dinero que maneja la organización pasa por Turquía a través de empresas pantalla y criptomonedas. ¿Cómo es la actual relación entre el gobierno turco y Hamás? ¿Cree que la presencia de Hamás en Turquía incomoda al gobierno?

Creo que Erdogan es capaz de instrumentalizar cualquier cosa. Es decir, hace años acogió a destacados miembros de los Hermanos Musulmanes, que en su mayoría residían en Estambul y tenían empresas y medios de comunicación. Sin embargo, tras normalizar relaciones con Egipto y el presidente Abdelfattah al Sisi, de repente empezaron a ejercer presión contra los Hermanos Musulmanes. Echaron a algunos de Turquía, los forzaron a dejar el país, como precondición para normalizar relaciones con Al Sisi. Por eso creo pero si las circunstancias cambian, puede darles la espalda. Si yo fuera uno de los líderes de la organización, no confiaría en Erdogan.

Turquía se encontraba en un proceso de acercamiento diplomático con Israel cuando ocurrió el ataque del 7 de octubre y se desató la guerra en la Franja de Gaza. ¿Cree que este acercamiento se ha pausado o se ha suspendido, después de que ambos países retiraran a sus respectivos representantes diplomáticos?

Cuando termine la guerra, porque la guerra terminará en algún momento, pasado algún tiempo, la opinión pública respecto a Israel volverá a normalizarse. Cuando se entre en este proceso de normalización y algunos países se acerquen a Israel, quizás Turquía reconsiderará solventar sus relaciones diplomáticas de nuevo. De hecho, los actuales lazos diplomáticos tampoco  están tan mal, si consideramos que sus relaciones económicas siguen su curso sin ningún tipo de interrupción e incluso han mejorado desde el inicio de la guerra. De mejorar las relaciones, designarían de nuevo a sus respectivos embajadores y ya está.

Creo que ocurrirá en algún momento y no será nada novedoso. Erdogan no hace enemigos eternos, un día rompe relaciones con alguien y al día siguiente las arregla. Es la misma historia una y otra vez. Lo hemos visto con otros líderes en Egipto, Grecia y otros países de la Unión Europea.

«Erdogan no hace enemigos eternos, un día rompe relaciones con alguien y al día siguiente las arregla. Lo hemos visto con otros líderes en Egipto, Grecia y otros países de la Unión Europea»

En los últimos tres años Turquía ha dado un giro en su política exterior, normalizando sus relaciones  con los países vecinos en un intento de reflotar su economía, dañada por la inflación y una grave devaluación de la moneda nacional. Sin embargo, la guerra en la Franja de Gaza ha disparado las tensiones regionales. ¿Cree que puede interferir en el proceso de acercamiento de Turquía a otros países?

Entre 2019 y 2021 Turquía se encontraba muy aislada a nivel regional, especialmente en la región este del Mediterráneo. El gobierno se dio cuenta de que no podía continuar así, que no podía operar en esta situación. Turquía no tenía embajador ni en Egipto, ni en Siria, ni en Israel. Se encontraba en una situación muy extraña en la que ni siquiera fue invitada al Foro del Gas del Mediterráneo Oriental, pese a ser un poder económico regional.

De repente el país estaba mermado a nivel económico, pero también diplomático. Por eso decidió poco a poco ir mejorando las relaciones con los países vecinos. También con Estados Unidos y la Unión Europea. Creo que este proceso sigue en curso y no se verá afectado por el conflicto en Gaza, al menos a nivel diplomático. A diferencia de otros países, Turquía no ha sufrido el impacto económico de los ataques de los hutíes de Yemen en el mar Rojo. Hay países de la región que aún mantienen relaciones diplomáticas con Israel, otros que han incrementado sus tensiones con Tel Aviv, pero por el momento no se cruzan con la política exterior actual de Erdogan.

En este sentido, Israel sí participó en foros del Mediterráneo oriental en los que Turquía no fue invitada, cuando forjó una alianza con Libia que establecía nuevas jurisdicciones marítimas, aumentando las tensiones con Grecia y Egipto. ¿La situación actual ha tenido algún impacto en esta cuestión?

En el Mediterráneo oriental, Erdogan alteró sus relaciones con Egipto, con Israel, con Grecia, con la idea de defender los derechos de las delimitaciones marítimas. Turquía llegó a un punto de gran aislamiento regional, en el que al bloque opuesto se sumaron aún más países, como Francia, Emiratos Árabes Unidos e, incluso, Estados Unidos. Se empezó a formar un gran bloque de oposición a Ankara que cooperaba en materia de energía, comercio, defensa y diplomacia. Al darse cuenta de que estaba perdiendo poder en la región y sufriendo económicamente, Erdogan intentó restaurar los lazos con estos países y por el momento este acercamiento sigue en marcha. Incluso con Grecia han mejorado mucho las relaciones bilaterales y ambos gobiernos han querido mostrar en público el acercamiento./

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