MEDOMED. Red de Jardines Botánicos del Mediterráneo y Oriente Medio

Fundación de Cultura Islámica

Madrid

La Fundación de Cultura Islámica de Madrid presentó en octubre de 2008 en Granada el Primer Seminario Internacional de expertos en el marco del proyecto MEDOMED. Red de Jardines Botánicos del Mediterráneo y Oriente Medio. Este a su vez forma parte de un amplio programa que lleva por títuloMEDOMED. Paisajes Culturales del Mediterráneo y Oriente Medio”, que, aparte de la red de jardines botánicos, comprende un área de patrimonio cultural, otra dedicada al desarrollo sostenible y otra, a la educación y la formación en esas regiones. El objetivo del proyecto es doble: por una parte, pretende conservar los jardines y dar a conocer sus aspectos científicos y culturales; por otra, es una herramienta para generar empleo e integrar distintos sectores sociales.

El ser humano ha modificado el paisaje a lo largo de los siglos, adaptándolo a sus necesidades espirituales y materiales. Cada civilización ha marcado una impronta específica en la naturaleza, condicionada por sus parámetros culturales, el clima y la diversidad biológica de su entorno. Estos paisajes (parques, jardines, jardines botánicos, huertos y campos de cultivo) han modelado a su vez la personalidad de las poblaciones, su forma de vida y la manera de relacionarse con la tierra. En este sentido, la civilización islámica demostró a lo largo de los siglos un notable interés por la naturaleza, basado en las premisas coránicas que instan a su contemplación como fuente de conocimiento. Según la tradición islámica, la naturaleza fue creada como fuente de inspiración espiritual, y también de sustento. Debido a este amor por la naturaleza, a lo largo de la historia los musulmanes diseñaron bellos jardines para el disfrute, que aún se pueden contemplar en España, Siria, Turquía, Irán o el Magreb. Éstos sobresalieron, además, en la creación de espacios agrarios, no solamente productivos sino también experimentales y de aclimatación -en especial en al-Ándalus-, precursores de los jardines botánicos del Renacimiento. En estos predios se cultivaron especies tanto autóctonas como exóticas, fruto de su traslado e introducción desde otras regiones orientales del Mediterráneo, Norte de África, Golfo Pérsico y Oriente. Ello propició una “revolución verde” que permitió el cultivo intensivo de especies vegetales que habrían de vivificar la economía, enriqueciendo la gastronomía, la farmacopea y la industria textil. Esta eclosión se acompañó de un extraordinario desarrollo de los conocimientos agrícolas y botánicos, contenidos en los numerosos tratados geopónicos escritos en árabe a lo largo de siglos. Los jardines de aclimatación históricos, respetuosos con el medio ambiente y la naturaleza, podrían servir de modelo en la actualidad como respuesta a los retos que la humanidad afronta respecto al uso, la gestión y la conservación de la biodiversidad y de los conocimientos tradicionales asociados a ella.

Situación actual

Sin embargo, a pesar de hallar todas las premisas para una correcta gestión de los recursos naturales en la tradición islámica, y a pesar de la gran riqueza de su patrimonio paisajístico, los países de mayoría musulmana de la cuenca mediterránea han abandonado en gran medida estas cuestiones debido a su actual situación socioeconómica. En efecto, el Mediterráneo afronta problemas medioambientales que amenazan a todos los Estados de la región como son la escasez de agua, la pérdida de patrimonio natural, la contaminación y el escaso desarrollo del medio rural. Los jardines botánicos del Mediterráneo Sur y Este no cuentan con suficientes recursos económicos para contribuir a la conservación de la biodiversidad y realizar investigaciones agronómicas que repercutan en todo el área mediterránea. Adolecen de falta de legislación específica, planes de sensibilización y acciones educativas para la población.

El número de jardines botánicos en el Mediterráneo y Oriente Medio es muy reducido y está por debajo de las necesidades requeridas para asegurar la conservación in situ y ex situ de la flora y los recursos filogenéticos. Tampoco cumple las expectativas en lo que respecta a su posible contribución al desarrollo económico de la región como recurso turístico y cultural. 

En la actualidad, los jardines botánicos cumplen una importante función. A su dimensión científica, cultural y de conservación de la biodiversidadse añade la de instrumento de lucha contra la pobrezamediante la formación profesional, la generación de empleo y el estímulo para la integración de todos los sectores sociales. El trabajo en red de agentes medioambientales y culturales de la zona mediterránea y medio oriental, a través del proyecto “MEDOMED. Red de Jardines Botánicos del Mediterráneo y Oriente Medio”, supone aunar esfuerzos para incrementar la actividad y el intercambio en la conservación, investigación y educación en esta parte del mundo. El proyecto, ya iniciado en diversos países del área mediterránea, se centra en la recuperación, desde el punto de vista arquitectónico y botánico,de jardines botánicos históricos,y de jardines históricosde época o estilo islámico, caídos en desuso. Asimismo, cabe destacar la creación de jardines botánicos de nueva planta, nuevo diseño y compromiso actual, y el intercambio y la colaboración entre jardines botánicos ya existentes en el Mediterráneo y Oriente Medio.

Actuaciones

La Fundación de Cultura Islámica, a través de la Red MEDOMED, ya ha iniciado varias acciones en diversos países del área mediterránea en colaboración con diferentes instituciones. En Marruecos está participando en la rehabilitación del Jardin d’Essais Botaniquesde Rabat: un jardín de aclimatación de principios del siglo XX concebido por el gran paisajista francés Jean Claude Nicolas Forestier. Además de asesorar desde el punto de vista científico en lo referente a la gestión, las colecciones botánicas y la restauración paisajística, la Fundación de Cultura Islámica ha concebido un Jardín Andalusí de nueva planta, que recupera tanto las especies vegetales empleadas en la España musulmana, como la morfología, el sistema de regadío y la filosofía de los jardines de aquella época. En ese mismo espacio, ha realizado un proyecto de restauración de un antiguo Pabellón Neo Morisco,con fines culturales y pedagógicos, y junto con la Asociación Maroc, Nature et Culture, ha concebido el Jardín de los Sentidos, adaptado y accesible a las personas discapacitadas.

En la monumental ciudad de Alepo, en Siria, el Ayuntamiento ha cedido a la Fundación de Cultura Islámica un terreno de 2.500 metros cuadrados en pleno parque público Assabil, para la creación de un jardín de inspiración andalusí desde el punto de vista paisajístico y botánico, en cuyas instalaciones está previsto instalar un aula de la naturaleza con una exposición permanente sobre el jardín andalusí,  y toda clase de talleres temporales. Asimismo, la Fundación está colaborando con la Universidad al-Quds de Jerusalén en la construcción del Jardín Botánico Andalusí,que ocupará un terreno contiguo a la Facultad de Ciencia y Tecnología. En este jardín está previsto instalar una biblioteca botánica, un banco de semillas y un herbario. Los fondos de la biblioteca prestarán especial atención a la historia de la ciencia en al-Ándalus.

Para su trabajo en red, MEDOMED cuenta con un equipo científico dirigido por el Presidente de la Fundación de Cultura Islámica, Cherif Abderrahman Jah, y compuesto por expertos en patrimonio, gestión de jardines botánicos, botánica, medio ambiente y educación. Encabezando el comité científico se encuentra Esteban Hernández Bermejo, especialista en gestión de jardines botánicos y bancos de germoplasma, de la Universidad de Córdoba y la Universidad de Castilla-La Mancha, y Antonio Almagro, arquitecto investigador de la Escuela de Estudios Árabes del Consejo Supeior de Investigaciones Científicas. Cuenta asimismo con la colaboración de diversas entidades nacionales e internacionales, como el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, la Unión para la Conservación de la Naturaleza (UICN-Med), la Universidad de Castilla-la Mancha, el Internacional Council of Monuments and Sites (ICOMOS), el Institut National de la Recherche Agronomique (INRA) de Marruecos y la Fondation Mohammed VI pour la Protection de l’Environnement, entre otros.