Las dificultades del diálogo

Maria-Àngels Roque

Directora de Quaderns de la Mediterrània

Desde que publicamos el primer número de Quaderns de la Mediterrània, hace ya diez años, hemos apostado por nuestra participación en el diálogo multicultural para construir elementos que nos conduzcan al reconocimiento de la  interculturalidad,  tanto a través de las culturas híbridas del Mediterráneo, fruto de la historia, como de aquellas prácticas compartidas que hoy en día están vigentes, pero no reconocemos. Esta publicación nació con el objetivo estratégico de contribuir al conocimiento mutuo entre Europa y el Mediterráneo, y ofrecer visiones complementarias sobre la diversidad que propiciaran un mayor entendimiento. La revista Quaderns de la Mediterrània está basada, desde sus inicios, más en la estructura que en la coyuntura, por ello los textos conservan el rigor analítico de los grandes especialistas y la frescura intrínseca de los creadores.

Los temas que hemos tratado durante estos años han sido numerosos, ya que nos ocupamos de una región muy extensa, pero siempre han formado parte de los principales debates que inciden en las políticas euromediterráneas. Así, nuestras ideas han contribuido a la pluralidad de estos debates, como explica en la introducción al presente número el director general del IEMed, Senén Florensa. Podemos decir, en este sentido, que nos hemos avanzado a los debates que se han forjado alrededor de las conferencias ministeriales, proponiendo nuevas  visiones  en  los  encuentros, seminarios y publicaciones que hemos realizado. Los números de Q.M  incluyen dossieres sobre valores, mujeres, jóvenes, medios de comunicación, diversidad, espiritualidades y representaciones, patrimonio cultural, así como otros trabajos específicos focalizados en países del Sur y el Este mediterráneos.

Hemos dividido este dossier, que titulamos «Diez años de diálogo mediterráneo», en tres partes representativas de los temas más recurrentes que han ido apareciendo en este debate multicultural: 1) el diálogo sobre la interculturalidad y el reconocimiento mutuo, 2) los retos y las estrategias para conseguir ese diálogo, y 3) las representaciones y  la memoria,  claves para reflexionar sobre la interculturalidad.

A lo largo de esta década, Quaderns de la Mediterrània ha ofrecido elementos de reflexión y acción, fruto de la participación de intelectuales, artistas, escritores, miembros de asociaciones, etc., para dar así voz a la sociedad civil. Nuestro objetivo es aportar un conocimiento de carácter interdisciplinar desde ópticas contrastadas. Es muy difícil apreciar lo que no se conoce, por ello todos nosotros solemos mantener unas fotografías fijas de las sociedades. Éstas, sin embargo, evolucionan constantemente, como todas las culturas que están vivas. Así, es conveniente conocer las razones por las que se produce una determinada situación si no queremos caer en la trampa del determinismo cultural.

En este número ofrecemos algunos de los artículos aparecidos en estos diez años; sin embargo, podríamos haber escogido muchos otros, tanto por su calidad como por las firmas destacadas que los acompañan. Por razones de espacio, estuvimos tentados a ofrecer fragmentos de todos ellos, pero hemos creído más coherente, a pesar de haber podido caer en el reduccionismo,  ofrecer unos cuantos artículos completos, ya que todos los números de Quaderns de la Mediterrània  se pueden consultar libremente en la web. Por otra parte, en esta década hemos perdido a algunos de nuestros colaboradores como Mohamed Chukri, Bronislaw Geremek, Baltasar Porcel, Raimon Panikkar o Mohamed Arkoun. Los artículos que aquí reproducimos sirven de homenaje a tan insignes escritores e intelectuales.

Podríamos argumentar que, a lo largo de estos diez años, los retos del diálogo intercultural no han hecho más que crecer, no sólo a causa de los conflictos bélicos sino también, como manifiesta Tahar Ben Jelloun, por los profundos malentendidos entre Oriente y Occidente, por los etnocentrismos y los estereotipos, por no querer reconocer al Otro ni a nosotros mismos. La entrevista que realizamos a Juan Goytisolo, que ya ha colaborado en anteriores números de Quaderns de la Mediterrània, ofrece algunas claves de la incomunicación que ha caracterizado esta década. Así, el escritor argumenta que, puesto que no admitimos el carácter híbrido de nuestras culturas y no aprendemos a sumar los elementos positivos y artísticos que tienen todas ellas, como ya manifestaba el gran arquitecto catalán Antoni Gaudí, se repiten una y otra vez los horrores de la guerra y el  exterminio.

El primer dossier de la revista apareció a finales del año 2000 y se titulaba «Los retos de la interculturalidad en el Mediterráneo». En la presente publicación conmemorativa hemos seleccionado los artículos de Alain Touraine y Amin Maalouf aparecidos en aquel primer número, que inauguraron y clausuraron asimismo el seminario internacional homónimo al dossier. En su texto emblemático, Maalouf manifiesta: “La identidad de cada uno de nosotros está formada por numerosas filiaciones, pero en lugar de asumirlas todas, tenemos la costumbre de erigir una sola –la religión, la nación, la etnia u otras- como filiación suprema, que confundimos con identidad total, que proclamamos frente a los otros y en cuyo nombre, a veces, nos convertimos en asesinos”.

Años después, en el número 6 de Quaderns de la Mediterrània, «Fronteras y diálogo en el Mediterráneo», nos hacíamos una serie de preguntas, perplejos ante el alud de conflictos no resueltos en la región mediterránea: ¿Los conflictos son principalmente culturales y religiosos, o debemos considerar que en el fondo nos hallamos ante un vocabulario de la identidad y el resentimiento que explica tensiones y aspiraciones de naturaleza social, económica y política? ¿Cuál es la incidencia de dichos factores en los conflictos más significativos que ha conocido recientemente el espacio mediterráneo? Si un espacio se define por la intensidad de sus intercambios  internos, ¿de qué calibre y de qué naturaleza son dichos intercambios? ¿Qué transformaciones se han introducido en las riberas del Norte y el Sur, del Este y el Oeste? ¿Estas transformaciones amenazan los equilibrios demográficos establecidos, o se pueden integrar en la perspectiva futura de una civilización mediterránea? ¿Qué valores y qué identidad se reclaman hoy en día para una Europa que se encuentra en el centro de un mundo cada vez más globalizado? Estas preguntas fueron lanzadas y debatidas por los diversos colaboradores del número en cuestión.

El tema del diálogo es, en efecto, espinoso, y el planteamiento sobre el diálogo intercultural siempre resulta resbaladizo, como manifiesta en el número 10 de la revista el antropólogo Arjun Appadurai. Es difícil abordar este tema de frente, ya que nos encontramos ante un cúmulo de historias reales o míticas, preponderancias, resentimientos. Los estereotipos son la base de numerosos malentendidos y prejuicios, incluso entre personas que pertenecen a una misma cultura o área de civilización. Es posible que hoy, en las riberas mediterráneas, más allá del lirismo sobre el encanto del olivo y el naranjo en un paisaje embriagador, asistamos no sólo a la ruptura de la visión armónica que describían los viajeros románticos, sino a la comprobación, especialmente  a partir del 11 de septiembre de 2001, de una realidad desoladora: el diálogo cultural euromediterráneo y con el mundo islámico se ha resquebrajado. Como manifiestan diversos autores en Q.M, somos testigos de un empeño sistemático de fabricación de la figura del enemigo. Se multiplican las retóricas insensatas sobre el bien y el mal, dejando poco espacio político para la negociación. 

No obstante, si en nuestras páginas hemos sido críticos, también hemos intentado ser lúcidos y buscar aquellas pistas de acercamiento que puedan ser necesarias para todos. ¿Es eso posible?, se pregunta Jean Daniel en el artículo que aquí publicamos, fruto de la reflexión surgida del Grupo de Sabios para el Diálogo entre los Pueblos y las Culturas en el Espacio Euromediterráneo, creado por Romano Prodi. Él mismo responde que una civilización común fija su horizonte en lo universal, por lo tanto en la igualdad, mientras que el diálogo se alimenta de la diversidad y, en general, del gusto por la diferencia. A ello añade que el único medio para que todos podamos construir un futuro común creativo consiste en intentar conducir juntos la evolución planetaria, más allá de la retórica de las civilizaciones. Por su parte, la socióloga Fatema Mernissi, con un humor no exento de profundidad, exclama en su bello y simbólico artículo sobre el adab o la alianza con el extranjero como estrategia para vencer en un planeta globalizado: «¿Matar o dialogar? ¿La espada o la pluma? He aquí la eterna cuestión que los gobernantes de imperios han planteado a sus expertos  en estrategia».

Quaderns de la Mediterrània siempre ha fomentado las colaboraciones de mujeres intelectuales, creadoras, representantes del mundo asociativo; en definitiva, de aquellas mujeres valientes que no se consideran víctimas pero luchan por defender sus derechos y su dignidad. Así lo manifiestan en sus artículos Nawal Al Sadawi, Rosa Martínez, Sirin Tekeli, Nozha Sekik o Jasmina Musavegovic, entre otras muchas mujeres cuyo capital social y artístico alimenta el nuevo escenario mediterráneo.

Por otra parte, el 23 de mayo de 2008 se celebró en Barcelona el Encuentro de Escritores e Intelectuales para el Diálogo Intercultural Europa- Mediterráneo, con el fin de aportar estrategias que contribuyesen a superar los retos y crear condiciones previas para establecer el diálogo. Los participantes eran conscientes de la necesidad de incidir en los grupos o estructuras sociales que pudieran erigirse en agentes privilegiados para una nueva política cultural a favor del diálogo. En este sentido, los jóvenes, las mujeres, las comunidades de inmigrantes, los poderes locales, los operadores y las industrias culturales o los medios de comunicación constituyen elementos de primera magnitud para incidir en este diálogo. Entre las acciones específicas recomendadas por los escritores para influir en las políticas culturales ligadas a los imaginarios encontramos la revisión de los manuales de historia, la promoción de la movilidad y la libre circulación de personas e ideas, la cooperación interuniversitaria y la educación en la convivencia, así como el fomento de la creatividad artística y su visibilidad en ambas orillas del Mediterráneo.

¿Dónde están las fronteras, dónde están los velos reales y mentales, dónde  los rechazos? En el numero 10 de Q.M., Claudio Magris planteaba en su artículo «Escrituras de frontera» una búsqueda de referentes inmateriales que nos pueden unir en el imaginario: «La literatura es un viaje cuyo fin es librarse del “mito del otro lado”, entender que todos nos encontramos unas veces aquí y otras veces allá, que todos somos “el Otro”». Esta capacidad de situarse al otro lado de la frontera está muy presente en los escritores y artistas, que nos suministran referentes muy valiosos desde la diversidad y a través de  la estética.

Asimismo, la memoria forma parte de las representaciones, pero tiene una parte importante de subjetividad, de tradición, que debemos admitir y entender. El vínculo comunitario es el resultado de una larga acumulación de experiencias y conocimientos, toda una construcción mitológica e histórica que da a la memoria un carácter orgánico. Así lo explica el malogrado historiador y político europeo Bronislaw Geremek, a la vez que nos alerta de que «Europa, en el decurso de su historia, ha pagado un elevado y doloroso precio por sus discordias y conflictos religiosos».

¿Es posible encontrar representaciones compartidas como las de los místicos, que muestran en las tres religiones monoteístas una visión del dios cosmológico profundamente enraizada en la metafísica, en la naturaleza y, por tanto, en nosotros mismos? En el número 12, que lleva por título «Espiritualidades y representaciones», los autores nos aportan visiones de esa  interculturalidad espiritual (Julia Kristeva a partir de la figura de Teresa de Ávila, Luce López-Baralt a partir de san Juan de la Cruz, o el poeta sirio-libanés  Adonis centrándose en la estética sufí de Ibn Arabí). Con razón Federico Mayor Zaragoza en el número 13 de Quaderns de la Mediterrània insiste en la importancia de los legados inmateriales, trazos característicos de varias civilizaciones, con frecuencia mestizos, que representan incluso con mayor fuerza que la herencia material los orígenes y la pujanza de la infinita diversidad de la especie humana.