Finanzas islámicas a la francesa

“La industria financiera francesa puede crear sinergias entre las finanzas convencionales y las islámicas, para ofrecer alternativas interesantes a los inversores y a los fondos islámicos”.

ENTREVISTA con Jean-Paul Laramée par F. L.

París puede competir con Londres en el campo de las finanzas islámicas. Ésta es, en todo caso, la posición que defiende Jean- Paul Laramée, director de la consultora francesa Secure Finance, una empresa que fundaron en 2003 juristas y magistrados en su mayoría, así como expertos financieros. El objetivo de este grupo es poner en relación el mundo financiero y el jurídico, hacer caer las barreras apriorísticas y luchar contra los delitos financieros. Y puesto que las finanzas islámicas representan el 12% del producto mundial bruto (entre el 15% y el 20% en los seis o siete próximos años), Secure Finance se asegura de la adecuación de esos productos al derecho francés, europeo e internacional.

FATIMA LAHNAIT: ¿Por qué razón Secure Finance se interesa por las finanzas islámicas?

JEAN-PAUL LARAMÉE: En diciembre de 2006, Secure Finance elaboró un texto pionero al publicar La necesidad de conformidad de las entidades financieras y de las empresas de inversión. Esta obra de referencia, en la que trabajó durante dos años un equipo de expertos que aúna a magistrados, juristas y universitarios, y también a miembros de las autoridades reguladoras y a expertos de la banca y de las finanzas, se dedicaba a descifrar la revolución filosófica, jurídica, organizativa y cultural que implicaba para el sector financiero el pasar de un llamamiento a respetar las normas a una obligación de aceptarlas, a raíz de las modificaciones que la Comisión bancaria había introducido en el Reglamento 97-02, las cuales justificaba por la complejidad del trabajo de los banqueros.

Sin embargo, éramos perfectamente conscientes de que, acto seguido, nos haría falta reemprender nuestra labor de descifrar esta revolución, filosófica, jurídica, organizativa y cultural que está desatando, en el marco de la globalización de la economía, el formidable desarrollo de las finanzas islámicas. Más aún porque, en nuestra primera obra, nuestro proyecto debía inscribirse absolutamente en una perspectiva interdisciplinar e internacional. Pero también abrirse a una reflexión sobre lo que pueden decirnos los tres monoteísmos (y, especialmente, el Islam, que rige las finanzas islámicas) respecto a la universalidad de una moral expresada a través de la globalidad del mandamiento de respeto al prójimo, y el concepto de una humanidad histórica, inscrita en una comunidad en marcha hacia la consecución de su ideal. Ya que, para retomar las palabras de Dominique de Courcelles en su prólogo, “El enfoque historicista de lo religioso implica una ética de la acción en el mundo”.

F.L.: Recientemente, ha publicado usted Finance islamique ‘à la française’, une alternative éthique, un moteur pour l’économie, en colaboración con otros autores. ¿Cuál es su planteamiento del tema?

J.P.L.: Se nos presentaba una doble exigencia. Obviamente, había que delimitar el marco, tanto teórico como operativo, de unas fórmulas, nuevas e innovadoras, de financiación y de inversión que respondieran en primer lugar a la obligación de aceptar los principios religiosos del Islam, igual de exigente –si no más– que la que imponen los principios de prudencia en nuestro entorno secular. Pero también captar y hacer comprender los pormenores de este nuevo sector de la industria financiera, para abrirse a la investigación y a la práctica en los países donde el ejercicio de las actividades bancarias y financieras islámicas es reconocido por las autoridades públicas. Esta doble apertura no podía hacerse sin la adhesión al proyecto de sus protagonistas, juristas, investigadores, universitarios y financieros de confesión musulmana, forzosamente más capaces de aportar aclaraciones y precisiones respecto a la ética empresarial en el Islam. Pero, aunque nuestro primer objetivo fue hacer inteligibles y accesibles para cualquier persona los principios y conceptos de la banca y las finanzas islámicas, no es menos cierto que nuestras preocupaciones se han centrado también en las técnicas y mecanismos jurídico-financieros, confirmándonos en nuestra voluntad de buscar la sinergia óptima entre universitarios, investigadores y profesionales, sin excluir ninguna nacionalidad ni confesión religiosa. Nuestra labor no tiene como única ambición poner de relieve los principios de las finanzas “respetuosas con la Sharia” y sus aplicaciones, sus normas de funcionamiento y de inversión. Pretende también definir las dificultades económicas, jurídicas y fiscales relacionadas con la implantación de los bancos y de las instituciones financieras islámicas en Francia y más ampliamente en Europa. Y, sobre todo, proponer soluciones innovadoras y eficaces para sacar el máximo partido de las posibilidades que ofrecen actualmente las leyes y normas francesas, y para reducir los obstáculos demasiado numerosos que complican su implantación así como las muchas demoras que frenan las distintas etapas del modelo de desarrollo y funcionamiento de estas instituciones. En resumen, esta obra define lo que podrían –o deberían– ser las bases de unas finanzas islámicas “a la francesa”, que al mismo tiempo pueden constituir “una alternativa ética y un motor para nuestra economía”. Estas tres expresiones resumen la convicción común del equipo de Secure Finance.

F.L.: La crisis financiera actual provoca mucha agitación. ¿Qué papel puede desempeñar en Francia el sistema bancario islámico?

J.P.L.: El sector financiero islámico puede dar una nueva respuesta, más ética, a las desviaciones y a las disfunciones del sistema financiero convencional que han originado la crisis financiera, económica y social que afecta a todo el mundo en la actualidad, y que llevan al conjunto de los responsables políticos y económicos a abogar por “un nuevo sistema financiero” mundial.

F.L.: Este modelo económico, si se pueden considerar las finanzas islámicas como tal, permite respetar el sentido de la ética y garantizar la rentabilidad de los productos bancarios. ¿Es una alternativa al sistema bancario clásico tal como lo concebimos en Europa?

J.P.L.: Creo que sí. De hecho, hace sólo unos meses, compartían esta convicción algunas voces autorizadas, esencialmente del mundo musulmán, y hoy se vuelve cada vez más ecuménica.

F.L.: Por segundo año consecutivo, organiza usted el Foro Internacional de las Finanzas Islámicas, en París, el 26 de noviembre de 2008. ¿Por qué ese entusiasmo por este sistema?

J.P.L.: Porque si Francia tarda demasiado, se situará como eterna rezagada. Y porque lo que está en juego para Francia es importante. Al igual que la situación paradójica que tiene nuestro país frente al desarrollo globalizado del mundo financiero islámico, en un momento en que: – el gobierno británico anuncia su determinación de lanzar, a partir de 2009, un bono islámico soberano (sukuk) de casi 1.000 millones de libras; – después de Londres, Ginebra surge como un hub europeo de gestión de la riqueza acorde con los preceptos del Corán, gracias a la actuación de las autoridades suizas que, desde 2006 y en línea con la política de la City, se muestran especialmente abiertas a la “banca islámica”.

Esto permitió al primer banco privado especializado en las finanzas islámicas, Faisal Private Bank, obtener la licencia bancaria, en octubre de 2006; y a dos bancos de los Emiratos Árabes Unidos, Nacional Bank de Abu Dabi y Abu Dabi Investment House, establecerse a su vez en Ginebra a finales de 2007; – Hong Kong pone en marcha dos grupos de trabajo para llegar a ser el centro de las finanzas islámicas de la región de Asia-Pacífico y atraer los excedentes del ahorro de la China continental; – Hungría aspira a convertirse en el hub de las finanzas islámicas en Europa del Este, reproduciendo el modelo bancario islámico de Bahrein, para convertirlo en el vector de una estrategia a largo plazo; – Singapur, el único país no musulmán que forma parte de la Islamic Financial Services Bank (IFSB, siglas en inglés) –la institución responsable de armonizar las finanzas islámicas en el mundo– y que reconoció a su primer banco islámico en mayo de 2007, se posiciona con determinación en el mundo financiero islámico, al suprimir el impuesto suplementario que afectaba a los productos islámicos y los perjudicaba respecto a sus equivalentes convencionales; – los países del Golfo, Malaisia, Indonesia, Líbano, Irán, Pakistán o Turquía se inscriben en una fase de expansión acelerada…

F.L.: ¿Hay una voluntad política de garantizar el desarrollo de las finanzas islámicas en Francia?

J.P.L.: La voluntad política de ver a nuestro sector financiero desempeñar un papel protagonista en el desarrollo de las finanzas islámicas en el mundo es clara. El presidente, Nicolas Sarkozy, manifestó apenas unas semanas después de su nombramiento, su voluntad de reforzar el poder de atracción de la plaza financiera de París, para convertirla en un polo de competitividad en industria financiera, tecnologías e innovación… Un año después, el 3 de julio de 2008, la ministra de Economía, Christine Lagarde, confirmó que las finanzas islámicas eran una de las palancas de este refuerzo del poder de atracción, y anunció que adaptaría el entorno jurídico para que la estabilidad y la innovación de nuestra plaza financiera pudieran beneficiar a las finanzas islámicas.

F.L.: ¿Cree que esta declaración de intenciones va a reforzar el poder de atracción de la plaza financiera de París? ¿Cuántos años va a necesitar para ser competitiva frente a Londres en este sector?

J.P.L.: El hecho es que las iniciativas de los medios profesionales y del gobierno para sacar el mejor partido operativo de nuestras posibilidades se suceden de manera esporádica y bastante tímidamente… y que Francia y su industria financiera llevan cerca de 10 años de retraso, en relación al desarrollo de las finanzas islámicas en Gran Bretaña, cuyo primer ministro se jacta de haber hecho de Londres la primera plaza financiera islámica del mundo…

F.L.: ¿Piensa que los bancos franceses llegarán a situarse en este ámbito y a atraer una clientela?

J.P.L.:Nuestro país tiene la capacidad jurídica e institucional necesaria para optimizar el atractivo de la plaza de París para los inversores islámicos. Nuestra industria financiera tiene una capacidad especial para crear sinergias excepcionales entre las finanzas convencionales y las islámicas, para ofrecer a los inversores y a los fondos islámicos propuestas y alternativas atractivas. BNP Paribas, que creó su departamento financiero islámico en 2003, con el nombre de Najmah, ha sido galardonado en octubre de 2008 con el premio Islamic Finance House of the Year durante la ceremonia de entrega de los premios Banker Investment Banking en Londres.

F.L.: ¿Cuáles son las ventajas de la industria bancaria francesa?

J.P.L.: Esta industria dispone de una ventaja fundamental que es una joven élite pluricultural, cuya competencia en cuanto a contratos y a finanzas islámicas era reconocida y buscada en todo el mundo, permitiría hacer de París el centro de la reflexión alternativa y de la innovación en lo que respecta al sector financiero islámico.

F.L.: Teniendo en cuenta la coyuntura actual, ¿cuáles son las perspectivas de evolución de las finanzas islámicas?

J.P.L.: La cuestión es de gran actualidad porque la crisis financiera mundial, que ha golpeado con fuerza a nuestra industria financiera, no ha frenado el desarrollo de las finanzas islámicas, que continúan en una progresión de dos cifras (del 10% al 15% anual, que debería permitirles sobrepasar el billón de dólares a partir de 2009), cuya oferta de productos financieros se desarrolla a un ritmo sostenido, y que tienen una penetración extraordinaria en Asia y en África. Mientras, la economía francesa busca desesperadamente los recursos necesarios para su supervivencia y su futura reactivación.

F.L.: Se calcula que Francia tiene entre seis y siete millones de musulmanes. Sin embargo, ninguna institución bancaria les propone productos financieros compatibles con sus principios religiosos. ¿Por qué?

J.P.L.: Probablemente se debe a la incertidumbre ligada al temor del comunitarismo, que suscita tantos interrogantes e impide todavía a nuestro país ver las finanzas islámicas como una oportunidad nacional más que como una amenaza. Los musulmanes de Francia, que forman la mayor comunidad islámica del mundo occidental, no disponen de una variedad, que cada vez esperan un mayor número de ellos (como seguramente confirmará el sondeo organizado por Secure Finance y Oumma. com, desde principios de noviembre), de productos y servicios alternativos acordes con su sensibilidad religiosa y que, por extensión, podría aportar a todos los franceses una respuesta dinámica y ética a sus problemas financieros, de crédito, de inversión, etcétera. Así pues, está en juego una refundación de nuestro mercado financiero, gracias a unas finanzas islámicas “a la francesa”, que sea un motor para nuestra economía y ofrezca a todos los franceses una alternativa “dinética”.