¿Es el artista un creador?

Abdo Nawar

Profesor adjunto de la Universidad Libanesa y director de la Asociación Shams

El origen más popular de la creación se fundamenta en Dios y ofrece una explicación al inicio del mundo. Sin embargo, la existencia del artista resulta asimismo evidente en los descubrimientos científicos que brindan un modelo cosmológico de la creación y la evolución del universo. En efecto, la imaginación, que constituye la base sobre la que se construye todo descubrimiento, es el origen de los diversos ámbitos artísticos. La exploración empieza a partir de la semilla de la imaginación y se desarrolla gracias a las destrezas del creador, ya sean estas artísticas o científicas. Hasta principios del siglo xx, la creación se atribuía únicamente a lo divino; a partir de entonces, los científicos e incluso a los artesanos empiezan a verse distinguidos con el título de creadores. El arte puede definirse, entonces, como la expresión de los creadores que soportan el infierno de sus respectivas sociedades, se purgan en el purgatorio de su técnica artística y se crean en el paraíso divino.      


Y Dios creó el mundo.

La versión más popular de la creación comienza con Dios, al menos eso nos han enseñado desde niños. Al principio, la tierra era caos y vacío, y Él hizo la luz y la vida. A través del relato de la creación, la Biblia ofrece una explicación sobre el origen del mundo, según la cual este se creó en varias etapas a lo largo de seis días, y el séptimo, el creador se convirtió en espectador que contempla su propia creación. Este creador divino recibe numerosas fuentes de inspiración: artes visuales, música, artes escénicas, multimedia… Una multitud de estéticas que se van transformando con ocasión del amanecer o el ocaso, la brisa primaveral y las tormentas de nieve, las estrellas fugaces, la ternura y la fuerza de los seres vivos.  

El Big Bang ofrece otra versión de la creación del mundo, esta vez científica. Los científicos imaginan diversos escenarios en el origen del universo. Sus explicaciones se basan en pruebas científicas que, a primera vista, parecen despojadas de cualquier rastro de lenguaje artístico y quedan supeditadas a un modelo cosmológico instaurado por esos mismos científicos para describir el origen de la evolución del universo. Ahora bien, aunque el artista no está presente en el origen de esta versión de la creación, su existencia resulta más que evidente en los descubrimientos científicos que han conducido a dicha perspectiva.    

La imaginación, que constituye la base sobre la que se construye todo descubrimiento, es el origen de los diversos ámbitos artísticos. La exploración empieza a partir de la semilla de la imaginación y se desarrolla gracias a las destrezas del creador, ya sean estas artísticas o científicas. A la manera del célebre astrónomo Johannes Kepler, numerosas figuras científicas del pasado hicieron notables descubrimientos utilizando su intuición y su imaginario, por un lado, y su capacidad de razonamiento y deducción, por otro. La creación es un territorio tanto de artistas como de científicos, puesto que el arte es el camino de la creación en cualquier época y lugar, según la mayoría de las teorías. Así, el arte es inseparable de la creación.

Llegados a este punto, surge una pregunta: si Dios es un artista, ¿acaso los artistas también son divinos?

Utilizamos el término diva para designar a las grandes cantantes, del mismo modo que las grandes obras se atribuyen a manos divinas. En la Divina comedia de Dante, el narrador de la obra emprende un viaje imaginario del infierno al paraíso. El descubrimiento de la propiedad divina se lleva a cabo a través de una serie de etapas surgidas de la imaginación del escritor (poeta y artista) que reflejan las diversas inquietudes humanas. El legendario viaje de Dante no es sino el camino que conduce a todo artista a culminar su creación. Dante describe un sistema cosmográfico fruto de su imaginación. A partir de los diversos conocimientos vigentes en su época, Dante desarrolla una visión propia del paraíso, el infierno y el purgatorio que se encuentra entre ambos.

Sin embargo, hasta principios del siglo xx, la creación se atribuía únicamente a Dios. Dios es creador, el único creador. Los artistas no crean, sino que generan, conciben, producen o reproducen obras. Culminan un acto de creación sin merecer por ello un título que solo se atribuye a Dios. Los tapices iraníes no están reproducidos a la perfección. En muchas ocasiones, un solo defecto, por mínimo que sea, aparece señalado a propósito para recalcar que la perfección pertenece a Alá y solo a él, el único.        

¿Artista, creador o artesano?

Durante la segunda mitad del siglo xx, el título de creador empieza a atribuirse primero a los artistas y luego a los científicos, e incluso a los artesanos. La creatividad está en manos de los creadores tanto en el ámbito artístico como en el científico o el numérico. Así, la creación se convierte en algo común. Todo el mundo crea: desde palomitas hasta croissants, desde falafel hasta humus, y todos se atribuyen a sí mismos sus creaciones para, acto seguido, reivindicar los derechos que estas conllevan. El hombre sustituye a Dios, pues se convierte en creador, y el arte constituye su herramienta habitual.

Sin embargo, desde principios del siglo xx, el poeta y crítico literario americano T. S. Eliot nos anuncia que «los poetas inmaduros imitan, los poetas maduros roban»[1]. A partir de entonces, la creación se asocia a la costumbre de copiar al otro. Pablo Picasso se inspiró en esa idea para formularla de un modo más riguroso: «Los buenos artistas copian, los grandes roban»[2].  

El teatro surge a partir de experiencias reales o imaginarias. El cine, llamado séptimo arte, utiliza técnicas distintas, pero los temas tratados en él no son más que imitaciones. El ejemplo más impactante proviene del cine americano, que refleja el miedo, la angustia y las fobias de los americanos y las impone al resto del mundo mediante un dramático suspense. El arte visual copia las imágenes y las transforma gracias a diversas estéticas. Decididamente, «la creatividad no es más que la transformación de aquello que existe. Es copiar, transformar y combinar»[3]

Entonces, ¿el arte se convierte así en una simple herramienta? ¿La creatividad se encierra en un concepto más limitado y más relacionado con las vicisitudes de la existencia?

Roger Assaf dans La ville aux miroirs (Madinat Al Maraya).

La noción de artesanía redefine las ideas mismas de la creatividad. La noción de creación confundió al artista con el artesano durante mucho tiempo. En el siglo xvii, ambas nociones permanecían diferenciadas de un modo sutil. El artesano poseía un oficio que le permitía vivir, mientras que el artista presentaba una obra que no podía ser consumida. En palabras del filósofo francés Maurice Blondel: «El artifex (artista o artesano) es el hombre que encarna una idea, el fabricante de un ser no provisto por la naturaleza»[4]. El artista y el artesano están separados por una línea muy fina, pero ambos son creadores. Comparten una misma vocación con respecto a sus obras. Producen una obra original. Siguen un método determinado y muy parecido, respetando las técnicas definidas según las reglas del arte. El artesano utiliza sus creaciones para impresionar, mientras que el artista crea para expresarse.  

Arte, guerra y política en el Líbano

Podemos encontrar otro ejemplo relacionado con el vínculo entre arte y creatividad en el arte libanés, sometido a grandes carencias de creatividad en casi todos los ámbitos artísticos. El desarrollo de estos en las últimas décadas se encuentra estrechamente relacionado con las distintas fases de la guerra que han sufrido los libaneses, y que ha tenido graves consecuencias en dichos ámbitos artísticos. Más concretamente, el teatro libanés, al igual que la mayoría de actividades, se halla muy condicionado por la precariedad de las condiciones laborales de los profesionales y la discontinuidad de la experiencia teatral. Durante la segunda mitad del siglo xx, la mayoría de profesionales de la escena libanesa no han visto respetada la esencia del espectáculo artístico. A este respecto, Antoine Moultaka[5] afirma que el teatro ha tomado el camino de un tipo de entretenimiento mediocre.[6] No existe rastro alguno de un teatro creador, sino copiador. Roger Assaf[7], uno de los pioneros del teatro libanés, señala por su parte que su trabajo no es solo artístico, sino también cultural y político[8], y vincula la escasez de escritura dramática en el Líbano al hecho de que «la escritura dramática se ha visto desfasada con respecto al lenguaje moderno relacionado con el desarrollo del lenguaje corporal y audiovisual»[9]. Sin embargo, los actuales intentos de crear espacios que permitan a los jóvenes presentar sus creaciones en un marco más o menos acorde con sus ambiciones y puntos de vista crecen de forma exponencial. Aun así, la precariedad o práctica inexistencia de recursos financieros ha obligado a los artistas a recurrir a la financiación de fundaciones e institutos extranjeros, y ese vínculo cada vez más estrecho con Occidente ha acentuado, asimismo, la tendencia a la imitación. De este modo, la calidad de las creaciones artísticas se mide en relación con las normas occidentales. Únicamente las representaciones folklóricas escapan a esa situación, aunque habitualmente permanecen constreñidas en el marco de los rituales tribales o religiosos.   

En el Líbano, como en el resto del mundo, desde finales del siglo xx el arte y la creatividad se han convertido en puentes de diálogo y conocimiento mutuo entre las naciones. Nos conocemos unos a otros a través de nuestro trabajo artístico y nuestra creatividad, que proviene del exterior y no del interior, puesto que no somos autodidactas. Bien al contrario, dependemos[10] de todo aquello que nos rodea, vivo o inerte… Entre intercambios culturales y diplomacia cultural.

Entre el infierno y el paraíso: el artista en la sociedad de su tiempo

El arte es, pues, la expresión de los creadores que soportan el infierno de sus respectivas sociedades, se purgan en el purgatorio de su técnica artística y se crean en el paraíso divino. Un mundo con una mayor «creatividad» se concibe como un mundo más valioso[11]. Ciertamente, los artistas ven ese mundo de maneras diversas, pero no en convergencia, de modo que intentan encontrar un terreno de entendimiento a partir de sus concepciones naturales del arte y la creatividad, para así lograr conciliar sus conocimientos y pensamientos.

Shesh Besh’ de Marilyse Aad, Fouad Yammine et Elie Youssef.

El arte y la creatividad son inseparables. La creatividad, ya sea copiada o transformada, se manifiesta en el arte y está presente en todas las actividades sociales que realizamos. Su modesta sublimidad se esconde en nuestros gestos más cotidianos. Cada vez que los artistas se reúnen (en festivales, encuentros, etc.), su mirada copia y transforma el alma del instante para crear otro mundo, un universo consustancial para ellos que, una vez liberado a través de la obra artística, se convierte en algo común que nos pertenece a todos.

Pero aún queda por averiguar si el artista es divino…

Notas

[1]https://www.babelio.com/auteur/TSEliot/115619#:~:text=Il%20est%20l’auteur%20de,la%20cath%C3%A9drale%22%20(1935).&text=5)%20Voir%20plus-,T.%20S.,novembre%201997%20sur%20France%20Culture [consultado el 3 de diciembre de 2020].

[2] https://julienkaci.medium.com/les-grands-createurs-copient-bc34d3d3f316 [consultado el 4 de diciembre de 2020]

[3] Ibid.

[4] https://www.lalibre.be/debats/opinions/artisan-et-artiste-quelle-est-la-difference-51b87fc3e4b0de6db9a91f88# [consultado el 6 de diciembre de 2020].

[5] Antoine Moultaka es un director teatral y actor libanés, uno de los pioneros del teatro del siglo xx en su país.

[6] http://rdl.com.lb/1998/1994/art.htm [consultado el 4 de diciembre de 2020].

[7] Roger Assaf es un comediante y director teatral libanés, considerado uno de los dinamizadores más importantes del teatro árabe más comprometido social y políticamente. Es también fundador de la Asociación Shams.

[8] http://www.lorientlitteraire.com/article_details.php?cid=7&nid=3093 [consultado el 3 de diciembre de 2020].

[9] Ibid.

[10] Kirby Ferguson, Embrace the Remix, 10 de Agosto de 2012, TED – Ideas Worth Spreading / TED.COM https://www.youtube.com/watch?v=L1s_PybOuY0&feature=emb_logo [consultado el 2 de diciembre de 2020]

[11] Mathieux Olivier, La créativité artistique ; une approche phénoménologique https://escholarship.mcgill.ca/downloads/z316q517x?locale=en – p-2  [consultado el 5 de diciembre de 2020].