En 2014 celebramos los 25 años del Instituto Europeo del Mediterráneo. Desde la fecha de su creación en 1989, el Instituto ha desarrollado un programa de actuación basado en un trabajo riguroso de aproximación, estudio y difusión de la compleja realidad mediterránea. El objetivo y el compromiso de nuestras actividades ha sido contribuir a la estabilidad, el progreso, la cooperación y el diálogo en la región.
Centrado inicialmente en el estudio y la difusión de las realidades del área mediterránea, el Instituto vive un punto de inflexión en 1995, gracias a la organización del I Foro Civil Euromediterráneo, cuyo objetivo fue incorporar la voz de la sociedad civil al diálogo político entre los estados. A partir de entonces, el Instituto comienza a actuar también como plataforma de cooperación, mediación y diálogo para contribuir a la progresiva construcción de un espacio de paz y estabilidad, de prosperidad compartida y de diálogo entre culturas y civilizaciones en el Mediterráneo. Un ejemplo de ello es la contribución activa en las principales redes de la sociedad civil euromediterrania: Euromesco y la Fundación Anna Lindh.
En este marco nace, en 2000, la revista Quaderns de la Mediterrània, que con el presente número 20-21 ha querido sumarse a la serie de iniciativas que conmemoran los 25 años de trabajo del IEMed. Con el título “Mediterranean Scenarios / Escenarios mediterráneos”, nuestro dossier reúne a colaboradores que nos han acompañado desde los inicios de la publicación, como Edgar Morin, Fatema Mernissi, Tahar Ben Jelloun, José Enrique Ruiz- Domènec o Federico Mayor Zaragoza. Junto a ellos, otros especialistas de reconocido prestigio se han prestado a ofrecernos un análisis de la multiplicidad de escenarios mediterráneos presentes y futuros que es necesario tener en cuenta para esa construcción deseada. Sin embargo hoy en día, a pesar de la gran presencia de la sociedad civil, todavía planean gruesos nubarrones que no permiten conseguir ese espacio de diálogo y paz que constituye el objetivo principal del Instituto Europeo del Mediterráneo.
Así, las voces que componen este dossier nos alertan sobre la actual situación política y social de los países del sur en la Primavera Árabe y su relación con los países del norte. Mientras que Edgar Morin y Franco Rizzi hacen un breve balance histórico en relación con los acontecimientos ocurridos desde 2011, Tahar Ben Jelloun se centra en la actualidad más reciente para concluir que los pueblos árabes ya no temen a los dictadores y están decididos a luchar por su dignidad. En relación al Magreb, Sébastien Abis analiza en su aproximación político-económica cómo desde hace un cuarto de siglo la integración de los países del Magreb viene siendo debatida y anunciada, para acabar preguntándose si es realmente deseada.Cengiz Günay, por su parte, se centra en el papel de los países del Norte y en la importancia de la sociedad civil en la construcción del proceso político y social del Magreb. Desde la perspectiva balcánica –muchas veces olvidada, pero siempre influyente–, Tamara Djermanović, a partir de otro aniversario, en este caso el de la Gran Guerra, expone cómo el liberalismo salvaje ha hecho mella en estas sociedades. Abraham B. Yehoshua establece en su artículo una serie de razones por las que Israel no debe olvidar que es parte integral, desde el punto de vista geográfico e histórico, del Mediterráneo. Por lo que, si desea asegurarse una existencia duradera en la zona que fue base y origen de la formación y crecimiento del pueblo de Israel, debe encontrar un camino de renovación profundizando en su identidad mediterránea.
Si hablamos de escenarios no podemos dejar de lado el tema ecológico. Más aún en un ecosistema frágil como es el del Mediterráneo, por lo que es perentorio establecer unas bases políticas en la conservación medioambiental para obtener un futuro más deseable y justo. En este sentido, tanto Joandomènec Ros como Jérémie Fosse afirman que para gestionar una buena conservación del medio ambiente en la zona mediterránea es necesaria, en primer lugar, la cooperación real y efectiva entre los países de ambas orillas. En una visión prospectiva es importante tener en cuenta los cambios demográficos y familiares que ha experimentado la región mediterránea, y concretamente el sur, para perfilar las necesidades del desarrollo económico en la zona, según analiza el trabajo de Youssef Courbage. Es asimismo fundamental el conocimiento de nuestra historia para la construcción de nuestro futuro, en el que las ciudades constituyen un valor fundamental y base de civilidad –del término latino de ciudad, cives–, tema expuesto por el historiador José Enrique Ruiz-Domènec. También es importante el análisis de las diferentes corrientes artísticas que dominan hoy el panorama cultural mediterráneo (María Elena Morató, Marinella Ferrara, Isona Passola o Patricia Almarcegui).
Cerramos el dossier con Federico Mayor Zaragoza que, como buen observador en sus largos años al frente de la UNESCO, resume en su artículo las claves para un futuro de paz y estabilidad en la región. Por su parte, Miguel Ángel Moratinos, actor imprescindible en estos 25 años de historia, rememora la trayectoria del Instituto a través de sus actuaciones y sus personajes singulares.
Este dossier constituye, pues, un análisis de las diversas panorámicas que afectan hoy a la región mediterránea, tan compleja y cambiante siempre, y también una conmemoración de nuestra institución y nuestro trabajo, que no habría sido posible sin la colaboración y el compromiso permanente de muchas otras instituciones y personas que han creído en nuestro proyecto y nos han ayudado a avanzar en nuestro periplo euromediterráneo.