Actualmente Finlandia celebra el centenario de la igualdad de los derechos políticos de las mujeres. Las profundas reformas parlamentarias acometidas en este país no sólo hicieron posible que todos los hombres y mujeres adultos pudieran votar por sufragio universal y en igualdad de condiciones, sino que les concedieron pleno derecho a ser elegidos como representantes del pueblo. Dicho de otro modo, dieron a las mujeres finlandesas el derecho a votar a otras mujeres. Finlandia se convirtió así en el primer país en el que las mujeres podían ejercer sin limitaciones su derecho a votar y a ser elegidas para ocupar cargos públicos. En la actualidad, Finlandia está presidida por una mujer y la proporción de mujeres en el Parlamento alcanza el 38%. Las mujeres ocupan el 44% de los ministerios del gobierno actual. El porcentaje de mujeres elegidas para ocupar cargos públicos ha ido creciendo poco a poco. Hace un siglo las mujeres pedían el sufragio, la jornada laboral de ocho horas, igual retribución y el cierre de los burdeles. Algunas de estas demandas vuelven hoy a estar en la agenda. No son cuestiones fáciles de resolver, pero el gobierno actual se ha comprometido a darles respuesta. El sistema de bienestar finlandés es el resultado, en buena medida, del trabajo, el buen hacer y las innovaciones de las mujeres.
Y, en mi opinión, es también el motivo que explica la alta tasa de fertilidad y el elevado nivel de ocupación femenina actuales. Las políticas concebidas y llevadas a la práctica por las mujeres han dado buenos resultados. La participación de las mujeres en la toma de decisiones afecta tanto a la vida de los hombres como a la de las mujeres. Algunas de las medidas políticas responden a cuestiones tradicionalmente planteadas por las mujeres dedicadas a la política: educación, bienestar social y atención a las familias. Los permisos por maternidad, y también por paternidad, son el resultado de esas políticas. La fijación de cuotas y el principio de representación equitativa vigentes en los comités gubernamentales, consejos consultivos, grupos de trabajo y entidades municipales no sólo han aportado conocimiento femenino en áreas dominadas por los hombres, sino que también han hecho posible llevar un punto de vista masculino a grupos dominados por mujeres.
Las mujeres han seguido desempeñando un papel activo en la sociedad finlandesa. Eran y siguen siendo muy activas en los movimientos sindicales. Además, las votantes tienen conciencia social. Actualmente en Finlandia el 38% de parlamentarios son mujeres. No se imponen cuotas en las elecciones, sino que los partidos políticos cuentan con organizaciones femeninas participativas que logran aupar a sus candidatos electorales. Las organizaciones políticas femeninas más antiguas cuentan ya con un siglo de antigüedad: a lo largo de todos estos años han conseguido conferir un poder real a las mujeres, y todavía hoy lo siguen haciendo. Seguimos necesitando que participen más mujeres en las decisiones políticas. El nuevo reto que deberemos tener en mente de cara al futuro es lograr aumentar el número de mujeres que adoptan decisiones en el ámbito económico.
Tenemos que centrarnos en su número, pero también en los conocimientos que aportan, en tanto que género, y en su capacidad para dotar de una perspectiva femenina la toma de decisiones, a todos los niveles y en todas las fases. Como ha declarado el Foro Económico Mundial, el crecimiento económico se hace fuerte en las sociedades que tienen en cuenta la igualdad de género. Creo que la igualdad de género, el Estado del bienestar y el crecimiento económico están imbricados, se retroalimentan y se necesitan mutuamente. Es difícil que uno se dé sin los otros. He invitado a los ministros responsables de la igualdad de género de la UE a Helsinki para celebrar una reunión informal en octubre. El principal punto del orden del día será «Las mujeres y el poder y la toma de decisiones».
Los ministros tendrán la oportunidad de debatir, por ejemplo, sobre qué mecanismos disponemos para incrementar la presencia de las mujeres en los cargos de dirección de máximo nivel. Es importante potenciar la participación de las mujeres tanto en las decisiones políticas como económicas. Creo que todos estaríamos de acuerdo en que la igualdad de género y la igualdad social son imprescindibles para el crecimiento económico. Sin embargo, sólo entre el 10% y el 11% de los miembros de los organismos responsables de la toma de decisiones finales de las 50 principales empresas europeas son mujeres (base de datos europea sobre la participación de los hombres y las mujeres en la toma de decisiones). Así pues, para avanzar en el cumplimiento de los objetivos de la Estrategia de Lisboa y mejorar la competitividad de Europa resulta crucial que las mujeres estén representadas en los órganos responsables de tomar las decisiones, así como en la vida económica.
Conferencia Euromed de Mujeres
Desde una perspectiva mundial, empezamos a hablar de los derechos de las mujeres y los derechos humanos en Pequín, en 1995. Pero si las mujeres no forman parte del proceso de toma de decisiones, nunca será posible lograrlos. Además, los problemas sociales, económicos y políticos más acuciantes de nuestro mundo no se resolverán si las mujeres, de cualquier país, no tienen la posibilidad de acceder sin límites a la toma de decisiones e influir en ella. Finlandia va a presidir la Conferencia Euromed de Mujeres, que tendrá lugar en Turquía en el mes de noviembre. Los principales temas de la conferencia serán: 1) los derechos de las mujeres como garantía de los derechos humanos; 2) la participación de las mujeres en la vida socioeconómica y 3) los estereotipos de las mujeres en la educación, los medios de comunicación y la cultura.
Los hombres y la igualdad de género
Durante la presidencia finlandesa de la UE también debatiremos cómo la política de igualdad entre géneros mejora la situación tanto de hombres como de mujeres. Por ejemplo, no deberíamos olvidar que la legislación que prohíbe la discriminación por razón de sexo protege por igual a los hombres y a las mujeres. Parece que este hecho se olvida demasiado a menudo cuando se trata el tema de la igualdad entre géneros.
Sin embargo, llegados a este punto, quisiera enfatizar que «Los hombres y la igualdad de género» no debería considerarse una oposición a los objetivos principales de la política de igualdad, que busca mejorar la situación de las mujeres, sino que debería integrarse por completo en ella. De este modo se apoyará y reforzará la política de igualdad de género en su conjunto y su principal propósito: mejorar la situación de la mujer. El tema «Los hombres y la igualdad de género» se tratará más detalladamente en la conferencia invitada «Hombres e igualdad de género, hacia políticas progresistas», organizada conjuntamente por Finlandia y la Comisión Europea para octubre de 2006. Esta conferencia analizará las tensiones y los retos inherentes a las relaciones hombre-mujer y trazará objetivos estratégicos a través de los cuales los hombres puedan integrarse mejor en las políticas de igualdad de género. La conferencia se centrará en especial en la política: qué se ha hecho hasta ahora y qué habría que hacer con respecto a los hombres y la igualdad de género.
La relación entre el tema de los hombres y la igualdad de género por un lado y los procesos a nivel europeo por otro es evidente, por ejemplo, en las metas de empleo fijadas en la Estrategia de Lisboa y en los cambios demográficos. La participación más activa de los hombres en la vida familiar facilita a las mujeres la reconciliación entre la vida profesional y la privada y, por lo tanto, su participación en el mundo laboral de una forma más igualitaria. Las comparaciones entre los países miembros de la UE muestran que las mujeres que trabajan no lo hacen en detrimento de la tasa de natalidad, siempre y cuando existan los servicios necesarios, como, por ejemplo, de guardería. Sin duda, la mayor participación de los hombres en la familia y el apoyo activo de la paternidad pueden incidir positivamente en la tasa de natalidad. Creo que aún nos queda mucho por hacer en Finlandia, en la Unión Europea y en el Mediterráneo. Las mujeres todavía no han logrado un acceso completo al poder, todavía tenemos que esforzarnos en este sentido.